Fútbol

Ascenso a Segunda y matrimonio feliz entre Piqué y el Gobierno de Andorra

El club pirenaico volverá a jugar en la división de plata con la idea de reforzarse, fichar al técnico Ibai Gómez y quedarse para no volver a descender.

Los jugadores del Andorra mantean a Gerard Piqué, en el estadio de la Ponferradina.

Los jugadores del Andorra mantean a Gerard Piqué, en el estadio de la Ponferradina. / DIARI D'ANDORRA / FERNANDO GALINDO

Sergi López-Egea

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Hay campo, hay ascenso, hay matrimonio, hay felicidad… nunca Andorra se había sentido deportivamente tan feliz. Después de un año en el infierno y gracias a un gol de Lautaro de León, el conjunto pirenaico recuperó la salud en Ponferrada, tierras del Bierzo, para regresar a la Segunda División, éxtasis en la ciudad leonesa y en la patria andorrana, donde los aficionados celebraron el éxito de sus jugadores convencidos de que ya no hay vuelta atrás. Han subido para quedarse.

Matrimonio, al menos petición, la hubo en el estadio del Toralín, donde juega la Ponferradina y donde se disputó la vuelta en la final por el ascenso a Segunda. El empate a 1 de la ida representó una enorme preocupación. Tan dichoso se sintió el mediapunta Luismi Redondo que en plena celebración por la victoria le pidió a su novia que si quería casarse con él. El “sí, quiero” de su pareja fue celebrado como un gol.

Y matrimonio, de nuevo bien avenido, después de la crisis del invierno pasado, vuelve a haber entre las autoridades de Andorra y Gerard Piqué, propietario del equipo, que no se ha perdido un partido, tanto en casa como fuera, desde que Beto Company tomó la dirección del equipo; en enero, tras la destitución de Ferran Costa. Piqué subía el jueves a Andorra muchas semanas-para los andorranos, los catalanes siempre son ‘els de baix’-, seguía el entrenamiento de sus jugadores y se quedaba hasta el partido. O, si no, viajaba con los suyos.

La plantilla del Andorra celebra el ascenso a Segunda, en Ponferrada.

La plantilla del Andorra celebra el ascenso a Segunda, en Ponferrada. / DIARI D'ANDORRA / FERNANDO GALINDO

A la vez estaba preocupado y animado ante la posibilidad de que el ascenso no fructificara y el equipo continuara un año más en la Primera Federación. Por eso, propuso a los abonados del club que viajasen de Andorra a Ponferrada. Él pagaba el desplazamiento, autocar y entrada. 200 personas se beneficiaron de la iniciativa del propietario de la entidad.

En la ida hasta Eder Sarabia, hoy técnico del Elche, recién ascendido a Primera, quiso animar a sus exjugadores. Estaba por Andorra, la tierra de su mujer, y no se perdió el partido, como tampoco celebrar la victoria de su antiguo equipo a través de las redes sociales.

¿Qué pasará ahora? Es la pregunta del millón. “Ha sido una temporada muy complicada, con altibajos, pero, poco a poco, el equipo se fue reencontrando, controlando los partidos y siendo protagonista”, dijo Piqué en declaraciones al ‘Diari d’Andorra’. En invierno, el ambiente era totalmente diferente. El excentral azulgrana amenazó con llevarse al equipo a otro lugar. “No le faltaron ofertas”, requiere una fuente conocedora de la situación. El Gobierno andorrano protestó por las formas del exfutbolista, pero al final se reunieron, hablaron y hubo fumata blanca como en mayo en Roma.

El problema era siempre la ocupación del Estadi Nacional, en Andorra la Vella, que si era para ellos, que si tenía que jugar la selección de rugbi, que si estaba impracticable tras placajes y ensayos. Los play-offs, primero ante el Ibiza y luego frente a la Ponferradina, ya se jugaron en el nuevo campo, el Estadi de la FAF (Federació Andorrana de Fútbol), recién construido en la localidad de Encamp y con capacidad para 5.200 espectadores. Fue el Govern el que pagó el alquiler, a razón de 35.000 euros por encuentro. Ahora, Piqué o su mano derecha, Jaume Nogués, gerente y director del club, tienen que sentarse con las autoridades locales para ver cómo se abona el arrendamiento del nuevo estadio para toda la temporada.

La idea inicial era que en el Estadi de la FAF jugasen todos los equipos del país. Con césped natural tal posibilidad era inviable para un conjunto profesional. El Andorra quiere el uso exclusivo; un entrenamiento a la semana y un partido cada 15 días. La puja empezó con un millón de euros de partida. El club quiere que el Govern pague la mayor parte de la renta. Hay buena sintonía de momento.

Como también la hay para que Company, el artífice del ascenso, deje el banquillo y pase a ocupar otros menesteres en la dirección técnica del club. El sustituto será Ibai Gómez, exjugador del Athletic y el Alavés, y que esta temporada ha conseguido que el Arenas de Getxo alcanzase la Primera Federación. Renovar y fortalecer todas las líneas es el complicado planteamiento con el retorno del club pirenaico al fútbol profesional para quedarse en la categoría sin renunciar al sueño que Piqué tuvo a finales de 2018 cuando compró la entidad. Que Andorra tenga algún día un equipo en Primera siguiendo el ejemplo del Mónaco en la Liga francesa.

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