ACTUALIDAD AZULGRANA
El Barça sella el acuerdo con Nico Williams y pagará los 58 millones de su cláusula de rescisión
La operación: La intrahistoria de cómo Lamine Yamal seduce a Nico Williams
El mensaje: Laporta anuncia que "posiblemente" se producirá otro fichaje "que nos ilusiona mucho"

El jugador del Athletic Club Nico Williams, en Copa del Rey. / Ricardo Larreina / Afp7 / Europa Press


Joan Domènech
Joan DomènechPeriodista
Periodista. Título de Entrenador de fútbol nivel A. Deportista vocacional. Tras retirarme como futbolista, empecé a trabajar en Mundo Deportivo (12 años, 1988-2000). He asistido a cuatro Mundiales y cuatro Eurocopas. Coautor de varios libros. Miembro del colectivo ‘Periodistes Solidaris’ y 'Amics de Johan'.
Nico Williams, el delantero del Athletic, de 22 años, tiene prisa por llegar al Barça. Toda la prisa de la que careció, curiosamente, el pasado verano cuando el extremo esquivó los deseos de Deco, quien lo esperó hasta mediados de agosto, obligado entonces a activar la vía de Dani Olmo, que sí exhibió la paciencia necesaria –debutó en la tercera jornada de Liga– porque no existía el fair play necesario. Nico corre ahora velozmente para reunirse con su amigo Lamine Yamal en el nuevo Camp Nou. El pacto de hace 10 meses sigue vigente y el jugador, ahora sí, ha llegado a un acuerdo con el club azulgrana.

Nico Williams saluda a Lamine Yamal en Montjuïc antes del Barça-Athletic. / Efe / Alejandro García
Firmará el delantero hasta 2031, con un salario neto en torno a los siete u ocho millones, mientras el Barça, que también tiene prisa por cerrar la operación con el objetivo de que esté el 13 de julio en el primer día del segundo proyecto de Flick, busca las vías de ingreso necesarias para ejecutar la cláusula de rescisión, fijada en 58 millones de euros. O sea, la operación se le podría ir hasta los 62 millones sin necesidad siquiera de negociar nada con el Athletic, club con el que mantiene unas tensas relaciones desde el verano pasado. Y todo, claro, por culpa de Nico Williams.
Del no al ahora sí
El disgusto de Laporta, que vio cómo el extremo no esperó paciente al Barça, se ha tornado ahora en optimismo, como ya demostró el pasado miércoles en su cita anual ante los senadores. «Estamos intentando un fichaje que nos ilusiona mucho», dijo ante los socios más veteranos del club. No dijo el nombre de Nico Williams, pero tampoco hacía falta. Se le entendía todo al presidente, feliz porque ha sido el jugador quien ha desandado el camino trazado en el verano de 2024. Entonces, no quiso venir al Barça; ahora, sí. Y no es el club quien debe tragarse su orgullo en busca de un jugador que lo rechazó, sino que es el propio jugador quien llama a la puerta del club.

Deco, director deportivo del Barça. / MANU MITRU / EPC
El cambio es sustancial, sobre todo en la forma. En el fondo no porque solo hay un camino, y es más simple que el de Luis Díaz, que obligaría al Barcelona a negociar con el Liverpool, porque está fijado en la cláusula de 58 millones. Es la única vía. No hay otra porque el Athletic nunca negocia la venta de sus estrellas. Y Laporta no tiene los 80 millones que reclama el club inglés por el colombiano, cuya edad (28 años) le juega en contra ante la juventud (22) de Nico. De ahí el viaje de Deco, acompañado por Bojan, miembro de la dirección deportiva azulgrana, y Alejandro Echevarría, el directivo sin cargo, pero que ostenta más poder en el seno de la entidad, a Ibiza.
Acudieron a la isla para charlar con Flick e informarle del vuelco en la contratación del delantero donde la prioridad era Luis Díaz, pero ha sido sobrepasado por el deseo, la voluntad y el precio de Nico Williams. El técnico está de vacaciones en Formentera. A la vuelta, Deco se reunió en las oficinas del Camp Nou con el presidente Joan Laporta para trasladarle el estado de este dossier, que se reabrió el pasado viernes -hace justamente una semana- cuando Félix Tainta, el agente del extremo navarro, vino a Barcelona para reunirse con él.

Nico Williams y Lamine Yamal durante el partido ante Suiza de la fase de grupos de la UEFA Nations League / Getty Images
Debía ser una cita secreta, pero fue descubierta por Carlos Monfort, el periodista del diario Sport, destapando así el radical cambio de Nico. Un cambio que obliga ahora al Barça a encontrar el dinero para ejecutar esta operación que completaría el ataque para el próximo curso.
El problema para Laporta no ha sido fichar a jugadores. El verdadero problema ha sido siempre inscribirlos. Y si no que se lo pregunten a Iñigo Martínez, Koundé, Dani Olmo o Pau Víctor. El club necesita aligerar su plantilla para ajustarse al fair play que le exige la Liga. "No son muchísimas cosas las que tiene que hacer, pero sí algunas", precisó Javier Tebas, el presidente de la patronal de los clubs, esta pasada semana.
Vender jugadores
El Barça, según recordó Laporta, se encuentra en la norma del 1:1 (un euro que ingresas, un euro que puedes gastar), algo de lo que discrepa LaLiga. No le queda otro camino que liberar salarios de su plantilla, como el de Ansu Fati, uno de los más elevados, al que intenta, de momento sin éxito, colocar en el Mónaco para que asuma una parte de su ficha. Luego, reuniendo pequeñas cantidades a través de las salidas de Iñaki Peña, Pablo Torre, Oriol Romeu, que vuelve de su cesión al Girona, y Christensen, entre otros, se puede hacer una pequeña hucha similar a la efectuada con los 12 millones recaudados con Álex Valle y Todibo.

Ter Stegen se despide de los aficionados del Barça en el Nuevo Zorrilla tras el partido contra el Valladolid. / Afp / César Manso
Ahí entra también el futuro de Ter Stegen, el capitán y uno de los dos únicos jugadores –el otro es Frenkie de Jong– que siguen de la época de Josep Maria Bartomeu, actores involuntarios de lo que Laporta calificó de «nefasto legado». El fichaje de Joan Garcia, que firmará hoy hasta 2031 en la ya tradicional foto con el presidente –imagen que, curiosamente, no se dio en la renovación de Lamine Yamal–, coloca al alemán en la antesala de la puerta de salida.
Tiene contrato por tres años más y es el capitán del Barça, pero el club le ha enviado un poderoso e indiscutible mensaje de que ya no es el número uno en la jerarquía. Ese rol corresponde a partir de ahora al exguardameta del Espanyol. Librarse, aunque sea en forma de cesión, de una parte de la elevada ficha de Ter Stegen aliviaría, y mucho, al Barça.
Pago al contado
De momento, y a la espera de que Flick o Deco le digan algo, el alemán sigue viéndose la próxima temporada en el Barça. Pero el verano, y ante la perspectiva de perderse el Mundial de Estados Unidos-2026 con Alemania si no tiene continuidad, se adivina largo para el capitán azulgrana. Para Nico Williams, en cambio, todo se podría acelerar una vez alcanzando el acuerdo entre Tainta y Deco, consciente Laporta de que negociar el pago de la cláusula a plazos resulta casi utópico. Lo intentó el Barça con el Espanyol para sacar a Joan Garcia de Cornellà y la respuesta perica fue rotunda. Nada de facilidades. Y en idéntica situación se encuentra ahora el Athletic.
No quiere el club vasco, enemistado como anda con el Barcelona (Uriarte, su presidente, ni se saludó con Laporta en la última visita azulgrana a San Mamés), por lo que exigirá que la cláusula más el IPC-en torno a los 62 millones de euros- sean abonados al contado. No hay, por lo tanto, margen para negociación alguna. Por eso, es importante que ese pacto con el jugador se active antes del 9 de julio, cuando el equipo de Valverde reemprenda los entrenamientos, aunque el extremo dispondrá de cuatro días más de vacaciones por haber disputado la Nations League con la selección española. Justo ese día, el 13 de julio, vuelve también el Barça de Flick al trabajo.
El mejor escenario posible para Nico Williams, una vez ha tomado la decisión de abandonar Bilbao, a pesar de que tenía contrato hasta 2027, sería evitarle su incómodo retorno a Lezama. Incómodo y, a la vez, innecesario porque él ya eligió reunirse en Barcelona con Lamine Yamal, su amigo, compinche, bro y socio de ataque. El ataque que podría ser, si se le suma Ferran Torres, el ataque de España.
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