EL LADO OSCURO EUROPEO

Triple y maldito final de la Champions para el Barça

Fútbol: Al Barça se le escurre la gloria entre los dedos (4-3)

Baloncesto: El Barça sucumbe en un desenlance dramático en Mónaco y se queda sin 'final-four' (85-84)

Balonmano: Los árbitros expulsan al Barça de la Champions (30-31)

Lamine,  Satoransky y Mem

Lamine, Satoransky y Mem / LAP

Marcos López

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Queda todo unido por un invisible hilo. Invisible y oscuro hilo que se ha roto en el último suspiro llevando al Barça a quedarse sin la Champions, a pesar de que lo tuvo en su mano. En su mano lo tenía el Barça de Flick cuando quedaban solo dos minutos para acabar el partido en Milán firmando una remontada prodigiosa (del 2-0 al 2-3 sobre el Inter). Pero no le sirvió de nada porque terminó abatido (4-3).

Y en su mano estaba el Barça de Peñarroya en Mónaco para conseguir el pasaporte que le llevara a la ‘final four’ de la Euroliga en Abu Dabi, aunque falló en el último tiro (85-84). Y en la mano del Barça de Ortega estuvo en el penúltimo lanzamiento de la semifinal ante el Magdeburgo (30-31). Ni final de Champions en fútbol. Ni en baloncesto. Ni en balonmano. La maldición ha sido triple y sin margen de reacción alguna porque llegó en el último momento.

Marcus Thuram, el delantero del Inter, consuela a Lamine Yamal tras la eliminación del Barça en la Liga de

Marcus Thuram, el delantero del Inter, consuela a Lamine Yamal tras la eliminación del Barça en la Liga de / LAP

Martes, 6 de mayo. El Barça empieza horrible en la vuelta de la semifinal contra el Inter en Milán (3-3 en la ida de Montjuïc). Lautaro Martínez (m. 21) y Calhanoglu (m. 45+1 de penalti) abren un hueco en el marcado que parece insalvable. El descanso atormenta a los azulgranas con un aplastante 2-0. Pero luego, y en una furiosa reacción, son capaces de marcar tres goles (Eric García, m. 54, Dani Olmo, m. 60, y Raphinha, m. 87), que le abren, y de par en par, las puertas de una final de Champions, algo nunca visto en la última década.

Y entonces Lamine Yamal agarra un balon, quiebra a la defensa italiana y suelta un zurdazo que es repelido por el palo izquierdo convirtiéndose en el maldito prólogo del 3-3 de Acerbi (m. 90+3), un central disfrazado de delantero centro, campando libremente por el área de Szczesny. En la prórroga se certificó, y con el gol de Frattesi (m. 99), la caída de la generación de Lamine cuando más cerca estaba de pelear por la sexta Champions. A tan solo dos minutos se quedó. Ese fue el tiempo que transcurrió entre la madera que salvó a Sommer y el descuido de Araujo para vigilar a Acerbi.

Kevin Punter intenta una jugada de ataque ante la defensa del Monaco en el quinto partido del play-off de cuartos de final de la Euroliga.

Kevin Punter intenta una jugada de ataque ante la defensa del Monaco en el quinto partido del play-off de cuartos de final de la Euroliga. / Efe / Sebastian Nogier

Martes 6 de mayo. "Nos quedamos a una canasta de la final four", confesó desolado Juan Carlos Navarro cuando se consumó también la eliminación en la Liga Endesa ante el Unicaja de Málaga. No le faltaba razón al director deportivo de la sección de baloncesto. Llegó el equipo de Peñarroya a un ajustadísimo final en el quinto y decisivo encuentro del play-off ante el Mónaco. Acabó perdiendo y por un solo punto: 85-84.

Tuvo el Barça la posibilidad de quebrar esa línea oscura en un partido donde no logró mantener una trayectoria sólida. Aún y así, disfrutó, gracias a las manos de Kevin Punter, de la posibilidad de la última jugada del partido. Tiró y falló. Se había colocado por delante el Mónaco, quien luego falló un ataque que le daba una vida extra al equipo de Peñarroya. Quedan 5.9 segundos, tiempo más que suficiente para organizar un ataque aprovechando que los azulgranas tenían la posesión tras capturar un rebote el propio Punter, mientras Willy Hernangómez se adelanta para intentar correr en la transición ofensiva.

Pero el escolta norteamericano no ve a su compañeros y tras cruzar la línea del centro del campo (el marcado iluminaba que aún quedaban 3.8 segundos), opta por la vía más arriesgada. Se juega un triple cuando al Barça le bastaba una canasta de dos puntos. Ni vio a Willy, que estaba en mejor situación. Un fiel retrato de todas las malas decisiones adoptadas en los instantes finales por el Barça. "Hemos hecho una eliminatoria increíble, que se nos escapa por un punto", se lamentó el técnico, que se queda en blanco. Ni Euroliga. Ni Liga. Ni Copa del Rey. Ni Supercopa.

El árbitro muestra la tarjeta roja a Thiagus Petrus, el jugador del Barça, en la semifinal ante el Magdeburgo.

El árbitro muestra la tarjeta roja a Thiagus Petrus, el jugador del Barça, en la semifinal ante el Magdeburgo. / Efe / Christhoper Neundorf

Sábado 14 de junio. “Nos quedamos con cuatro en la última jugada. Y la baja de Dika se ha notado también. El equipo se ha dejado la vida, pero nos sale cruz otra vez”, confesó abatido Carlos Ortega, el técnico del Barça de balonmano, tras caer eliminado en la semifinal de la Champions (30-31). El partido fue dramático para los azulgranas. Sufrió tres expulsiones directas, la lesión de Dika Mem (m. 47) y entró en el territorio final con el duelo igualado ante el Magdeburgo. No le pudieron pasar más cosas, y en menos tiempo. A cada cual peor porque dejaban sin respuesta a los azulgranas, castigados, además, por una parcial actuación arbitral, que expulsó a tres jugadores. El primero fue Thiagus Petrus, una vez revisado en el vídeo su ligero manotazo en la cara de Kristjansson. Luego, la lesión de Memm. O sea, se quedó el Barça sin su gran estrella en el momento caliente de la noche de Colonia.

Y en el penúltimo minuto otras dos expulsiones directas: Carlsbogard y Ariño, justo después de un resbalón -”no tiene sentido una pista así”, se quejó luego. Pese a todo, tuvo un último ataque, ya con 30-30 en el marcador, mal gestionado porque acabó con un tiro lejano de Richardson, atajado por Portner. Quedaban 25 segundos. Y el Barça defendió la última jugada con solo cuatro hombres. Los alemanes tuvieron paciencia para mover la pelota de lado a lado hasta hallar la silueta de Hornke, quien se levantó en solitario para marcar en el último segundo el decisivo gol que echó a los azulgranas de Europa. Salió cruz.