Oklahoma City-Indiana: la final de la NBA de las ciudades pequeñas

Un tornado perturbó el viaje de los Indiana Pacers a Oklahoma City. El avión del campeón de la Conferencia Este debió bajar y parar varias horas en Tesla, a la espera de que la amenaza se alejara de su camino hacia su primer partido de la final de la NBA, la próxima madrugada. No ha sido fácil para la franquicia de Indiana regresar al escenario mayor de la competición. No competía por el anillo desde el año 2000. Ahora ha construido un equipo formidable y ni un tornado se puede interponer en su camino.

Si acaso, puede frenarles el Trueno, o dicho al completo, los Oklahoma City Thunder, el campeón del Oeste, mejor equipo de la temporada y bastante más favorito al título. Uno y otro, los Thunder y los Pacers, se enfrentan en una final que sobre el papel no entusiasma particularmente a los ejecutivos de la NBA. Dos representantes de ciudades pequeñas implican en general índices de audiencia bajos, y si Indianápolis es el 25º mercado mediático de EEUU, Oklahoma City es el 47º. No son Nueva York y Los Ángeles, precisamente.

Por suerte para la NBA, el contrato televisivo de los próximos años ya está sellado y no importa si esta final la verá mucha o poca gente. Firmó el verano pasado los acuerdos de derechos audiovisuales para los próximos 11 años con NBC, ESPN y Amazon, por un total de 75.000 millones de dólares. Quizá se verá perjudicada por una reducción de ingresos en concepto de merchandising o taquillaje en los pabellones, de los que se lleva una parte, al igual que el sindicato de jugadores. Está por ver.

Puede ser para la NBA una final para cultivar nuevos héroes de la competición, dar a conocer a las estrellas que vienen, ahora que los Lebron Jones o Stephen Curry avanzan hacia su crepúsculo. Este es el momento de poner bajo los focos a Tyrese Haliburton y Pascal Siakam, de Indiana, y a Shai Gilgeous-Alexander y Jalen Williams, de Oklahoma City. Nombres conocidos para los fieles seguidores de la NBA, no tanto para los ocasionales.

Shai Gilgeous-Alexander, o SGA como es habitual referirse al base de los Thunder, viene a ser el jefe de la tropa, el jugador con más magnetismo. Es el MVP de la temporada y el máximo anotador, con una media de 32,7 puntos por partido. Y solo tiene 24 años. Jalen Williams es un alero explosivo, con una presencia en el All Star y mucha conciencia defensiva, que ha superado todas las expectativas que había sobre él. Con ambos como figuras, Oklahoma City fue el mejor equipo de la fase regular.

Excampeón con Marc Gasol

Indiana echó a los Knicks, los cuales acaban de despedir a su entrenador, y su jugador más emblemático es Tyrese Haliburton, que no gusta a todo el mundo. Es un base cerebral, que no pierde balones y que hace mejores a sus compañeros: anotador sin ser un chupón. Le secunda Paskal Siakam, pívot camerunés de 31 años que ya fue campeón con Toronto Raptors al lado de Marc Gasol y que resultó dominante ante los Knicks en la final del Este.

Gane quien gane, la NBA coronará a su séptimo campeón en siete años. La gloria se reparte en el baloncesto profesional norteamericano. Y también a uno inédito; ni Indiana ni Oklahoma City han logrado nunca un título.