NÁPOLES-CAGLIARI (2-0)
El Nápoles se lleva el 'scudetto' en una noche volcánica y hace estéril el triunfo del Inter en Como (0-2)

Aficionados del Nápoles exhiben pancartas con los cuatro títulos de su equipo en la Serie A. / Lap / Alfredo Falcone


Marcos López
Marcos LópezPeriodista
Apenas 22 minutos. Apenas 22 minutos fue campeón el Inter en el viernes en que dirimía el ‘scudetto’ en Italia. Apenas 22 minutos le duró al conjunto de Inzaghi la alegría porque un escocés se disfrazó de nuevo dios argentino en el Estadio Diego Armando Maradona. Fue Scott McTominay quien se inventó un gol, maravilloso gol que le dio el cuarto título de Liga gracias a esa plástica chilena -estaba incluso agarrado el exjugador del Manchester United- en medio de un clima volcánico, con la ciudad del sur de Italia ardiendo.
Acaba el Nápoles, con 82 puntos, uno más que el Inter (81). Acaba la Liga que ha dominado Conte, un entrenador que supo sobreponerse a la ausencia de Kvaratskhelia, traspasado en el mercado de invierno al Paris SG para formar delantera con Dembélé y Barcola.
Conte, cinco títulos con tres clubs distintos
Un torneo donde se desplomó de manera inesperada el conjunto interista. Y queda Conte como el único técnico que ha ganado el 'scudetto' con tres clubs distintos: Juventus (2011-12, 12-13, 13-14), Inter (20-21) y ahora Nápoles (24-25). O sea, sumó su quinta Liga, que terminó llorando en un inacabable abrazo con Lukaku, uno de los jugadores claves en la conquista de este 'scudetto'.
Así empezó el partido el equipo del sancionado Conte -lo observaba desde la tribuna, lejos del banquillo-, con un arrebato de fútbol ofensivo que le duró toda la primera mitad. Ajeno, o eso pretendía, a lo que sucedía en el Como-Inter. Aunque el gol de De Vrij (m. 20) trajo el silencio al maradoniano estadio. Era inevitable que la angustia se apoderara del Nápoles hasta que apareció McTominay, un tipo que ha entrado ya en la eternidad napolitana.

MacTominay celebra el 1-0 del Nápoles al Cagliari en el estadio Diego Armando Maradona. / Lap / Alfredo Falcone
Al décimoquinto disparo -¡sí, décimoquinto!!- llegó el primer gol napolitano que llenó la caótica ciudad partenopea de humo, bengalas y un deslumbrante color rojo adueñándose de la noche.
La exhibición de la primera parte, con una lección de juego coral, atrevido, dinámico y sólido -el Cagliari ni pisó el área de Meret- tuvo una furiosa salida en la segunda cuando Lukaku, un bisonte transformado en delantero centro, dictó un ejercicio de potencia y lucidez para llevarse por delante al exazulgrana Yerry Mina por delante y firmar el 2-0.
Era un balón colgado desde la defensa napolitana, sin mucho sentido, al que el poderoro goleador belga le llenó de valor y eficacia. De nada servía que el Inter, aprovechando la expulsión de Pepe Reina, el portero del Como de Cesc, en su último partido oficial, ampliara su renta, y gracias a Correa, el autor del 0-2.
Ese partido se jugaba, en realidad, en Nápoles. Hizo su trabajo el Inter, pero fue un trabajo estéril porque se había complicado la vida en los dos últimos meses. Y fue ahí cuando perdió la Liga. No solo en la última jornada.

Lukaku festeja el 2-0 del Nápoles al Cagliari tras una gran jugada individual. / Ap / Gregorio Borgia
Lo que ocurría allí era una anécdota porque el equipo de Conte se agarró al balón con tal fiereza que transformó una final en una noche divertida, llena de pasión y, sobre todo, conexión infinita con miles y miles de aficionados. Tanto en el estadio como en las calles de la ciudad.
El Nápoles de Conte le ha quitado la Liga al Inter de Inzaghi, que aspiraba al triplete y, de momento, va 0 de 2. Se quedó sin la Copa de Italia (perdía con el Milan por un contundente 3-0), se quedó ahora sin el ‘scudetto’ y se lo juega todo el próximo sábado 31 de mayo en la final de la Champions en Múnich ante el Paris SG de Luis Enrique.

De Vrij festeja con Carlos Augusto el 0-1 del Inter al Como. / Ap / Luca Bruno
Supo gestionar con delicadeza y, además, con astucia el Nápoles esa final. Entró a lo grande con una espectacular primera parte en la que arrinconó al Cagliari, al que deshumanizó con su juego. Y luego, tras el descanso, aprovechó su primera oportunidad para ampliar la renta transformando los 40 minutos finales en una maravillosa cuenta atrás hacia la gloria.
Dos 'scudettos' le dio Maradona al Nápoles. Dos 'scudettos' ha logrado el Nápoles sin Diego.
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