LAS NOTAS DEL CURSO

El 1x1 de los campeones de Liga: la pandilla de Lamine Yamal entierra el duelo por el adiós de Messi

Los jugadores del Barça celebran el título de Liga tras ganar al Espanyol (0-2= en el RCDE Stadium.

Los jugadores del Barça celebran el título de Liga tras ganar al Espanyol (0-2= en el RCDE Stadium. / Jordi Cotrina

Marcos López

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Sin que nadie los esperara tan pronto han llegado, y de forma irreverente, una pandilla de niños liderada por un adolescente, Lamine Yamal, para devolver la sonrisa al Barça y aplastar la nostalgia dejada por Messi. Y lo ha hecho dejando al Madrid en ruinas provocando la salida de Ancelotti, incapaz como fue de ganar al equipo de Flick ni un solo clásico.

Mientras, Mbappé, aturdido por ese 4-0, que le ha dejado sin Liga, sin Copa del Rey y sin Supercopa, se sigue preguntando las causas de que ese Barça, al que nadie imaginaba en su espontánea madurez, le ha arrebatado todo en su cara. Ni tres goles en un clásico como el de Montjuïc le han servido al delantero francés.

Ha sabido Flick fusionar ese espíritu juvenil, rebelde y con una sonrisa hasta en los momentos de máxima presión, con la veteranía de Iñigo Martínez, el jerarca de la defensa, y el gol que no se extingue nunca de Lewandowski. Y 'la pandilla de Montjuïc', hijos del destierro en Montjuïc, ha quedado arropada por jugadores maduros, tipo Koundé, Raphinha, De Jong y Dani Lomo que le han dado un equilibrio generacional a un equipo que ya figura en la historia de la memoria azulgrana. Estas son sus notas de final de curso:

De menos a más. Y de más a menos. Pero no era fácil para el Barça suplir la traumática ausencia de Ter Stegen, el portero titular y capitán. Llegó desde los greens de Marbella y su serenidad ha dado calma en los momentos convulsos. Ocho meses y TEK ya tiene una Liga. No se dejó llevar por la presión. Ni en los errores, algunos groseros que cometió al inicio, producto de su inactividad, ni en los aciertos.

Szczesny sale a despejar un balón ante Dumfries durante el Barça-Inter en Montjuïc.

Szczesny sale a despejar un balón ante Dumfries durante el Barça-Inter en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Es el mejor lateral derecho posible para el equipo de Flick. Y el socio adecuado para Lamine. Un prodigio físico, que solo se rompió al final, dejando, además, una temporada inmaculada. En defensa y en ataque: dos goles y tres asistencias.

Koundé inicia una jugada de ataque durante el Barça-Osasuna de Montjuïc.

Koundé inicia una jugada de ataque durante el Barça-Osasuna de Montjuïc. / Jordi Cotrina

Con 17 años (cumplió 18 en enero), Cubarsí se ha convertido en uno de los líderes de la defensa. Un central moderno, que adora defender y tiene, además, una clarividencia en el pase que asombra. Es ya mayor de edad, pero parece que toda la vida ahí, jugando sin red y disfrutando del vértigo. Fusión de Puyol y de Piqué, todo sintetizado en una figura silenciosa y eficaz.

Ferran Torres y Pau Cubarsí piden calma tras el 0-1 del Inter al Barça en Montjuïc.

Ferran Torres y Pau Cubarsí piden calma tras el 0-1 del Inter al Barça en Montjuïc. / Jordi Cotrina

A su edad (cumple 34 años el sábado), nunca había jugado así. Tan lejos de su área y teniendo al portero a casi 50 metros. Y el central vasco se ha comportado con una grandeza futbolística tras conectar desde el primer día con Flick. Ha sido la extensión del técnico en el campo, siendo la pareja ideal de Pau, con quien ha conectado de maravilla. Oficio, alma y liderazgo. El verdadero jefe. 

Iligo Martínez festeja el triunfo del Barça sobre el Madrid en el clásico.

Iligo Martínez festeja el triunfo del Barça sobre el Madrid en el clásico. / FCBARCELONA

A veces se olvida que todavía es joven. Tiene 21 años. Y ha completado su mejor temporada en el Barça, adueñándose de toda la banda izquierda. Lateral veloz y profundo, preciso en las asistencias: dio cuatro. Mejoró, y mucho, en la toma de decisiones, asumiendo sin problema alguno la presión de transformar al Barça en un equipo asimétrico ya que Raphinha se iba hacia dentro mientras él llegaba hasta la línea de fondo contraria.

BARCELONA, 05/04/2025.- El defensa del FC Barcelona Alex Balde durante el encuentro correspondiente a la jornada 30 de Laliga EA Sports que disputan hoy sábado FC Barcelona y Betis en el Estadio Olímpico Lluis Companys de Barcelona. EFE/Alejandro García

Balde, en un partido del Barça. / Alejandro García / EFE

Discutido y cuestionado desde hace más de un lustro ha tenido que llega un técnico alemán para obtener su mejor versión. Superó su grave lesión en el tobillo que le hacía poco menos que inservible para el equipo. Flick lo recuperó para la causa cuando nadie lo creía. No es el centrocampista deslumbrante del Ajax. Ni tampoco juega en idéntica posición, aunque el alemán ha sabido crear un paisaje adecuado para que se vea en estos últimos meses el rostro más saludable de Frenkie.

Frenkie de Jong se queja al colegiado canario Hernández Hernández durante el clásico Barça-Madrid en Montjuïc.

Frenkie de Jong se queja al colegiado canario Hernández Hernández durante el clásico Barça-Madrid en Montjuïc. / Jordi Cotrina

El dueño del centro del campo, transformado en un jugador total que ordena, crea y manda sino que recupera balones tal si fuera un Makelele de la vida. Uno tesoro rescatado tras años de dudas, lesiones, murmullos y sospechas temiéndose en muchos momentos lo peor. Pero en este año, y modelado por Flick, se ha convertido en una auténtica bendición para el Barça. Y para el fútbol. 22 años. Hay un equipo con Pedri. Y otro sin él.

Pedri celebra el gol

Pedri celebra el gol / AFP/JOSEP LAGO

En su primera temporada en el Barça, no ha podido vivir tranquilo. Ni en lo legal -inscrito tarde- ni en lo físico, castigado por tres lesiones musculares. Jugó poco en Liga (22 partidos, 1.185 minutos) y grandes números: 9 goles, 4 asistencias. Nada más llegar tuvo un impacto muy positivo, encajando de maravilla en la libreta de Flick, aunque, al final, no tuvo la continuidad necesaria por tantos problemas que ha vivido.

Flick charla con Dani Olmo antes de hacerle en la segunda mitad del Dortmund-Barça.

Flick charla con Dani Olmo antes de hacerle en la segunda mitad del Dortmund-Barça. / Ap

Nadie ha hecho tanto a su edad. Nadie es nadie. Ni Messi. Le falta gol, dicen. Suma siete y ha repartido 14 asistencias, una auténtica locura. Lo que no le falta es personalidad, creatividad y magia. Cuando el equipo desfallecía, él reía. Sostuvo al Barcelona, capaz como fue de organizar el ataque desde la banda derecha. Y se mostró incontenible para cualquier lateral zurdo que se le pusiera por delante en el camino. Una aparición descomunal. Suyo fue el golazo que silenció al Espanyol y abrió el camino del título azulgrana.

Lamine Yamal festeja con la grada de Montjuïc el triunfo sobre el Madrid que le acerca a la Liga.

Lamine Yamal festeja con la grada de Montjuïc el triunfo sobre el Madrid que le acerca a la Liga. / Jordi Cotrina

Con 36 años cierra una temporada casi perfecta. Y su mejor curso en el Barça, con 25 goles en 32 jornadas de Liga, que son, en realidad, 40 tantos en 50 partidos . Punto y final de la ‘máquina flickniana’. 

Lewandowski celebra el segundo gol de su cuenta.

Lewandowski celebra el segundo gol de su cuenta. / Jordi Cotrina

Estaba de salida en la banda izquierda, pero luego desaparecía. Los rivales no lo han detectado nunca. Generoso en el esfuerzo y en el pase (11 asistencias), certero en el remate (18 goles), es ya una estrella mundial. Ha sostenido al equipo en todo momento aportando clarividencia desde su punto de partida: la banda izquierda. Pero nunca se ha quedado ahí quieto. Más bien todo lo contrario, imprescindible como ha sido en la presión.

Raphinha supera a Courtois en el cuarto gol durante el duelo Barça-Madrid del domingo.

Raphinha supera a Courtois en el cuarto gol durante el duelo Barça-Madrid del domingo. / JORDI COTRINA

El suplente perfecto. Otro jugador rescatado por Flick, que le ha dado oro: 10 goles y seis asistencias. Una pieza de inmenso valor porque ha reaccionado cuando más lo necesitaba el Barça. Justo cuando más lo ha necesitado Flick mejor rendimiento ha ofrecido. Ahora al valenciano hasta le gusta jugar de ‘nueve’. Ha terminado de baja el curso tras ser operado de urgencia al sufrir una apendicitis, que le impedirá jugar los últimos partidos.

Ferran desata la euforia de todo el Barça tras igualar a dos la final copera ante el Madrid.

Ferran desata la euforia de todo el Barça tras igualar a dos la final copera ante el Madrid. / Valentí Enrich / SPO

Vale por dos. O por tres, ya que jugó de medio centro, central y, finalmente, de lateral diestro por la lesión de Koundé. Muy útil. Realmente ha sido muy útil porque empezó llenando los huecos en el eje del centro del campo, muy útil porque Flick lo usó de central y ahora se ha revelado goleador desde la banda. Suyo fue el primer gol al Inter llegando desde atrás en San Siro. Suyo fue también el primer tanto del clásico en Montjuïc ante el Madrid.

Eric García marca de cabeza el 1-2 del Barça al Madrid en Montjuïc.

Eric García marca de cabeza el 1-2 del Barça al Madrid en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Lesionado Ter Stegen fue titular tres meses. Hasta que Flick dio por terminada la pretemporada de Szczesny. Luego, suplente. Nunca sintió la confianza de su entrenador, que le retiró la titularidad por su impuntual al llegar tarde a una sesión de entrenamiento en Arabia con motivo de la Supercopa. Después, desapareció. Nunca más se supo de Iñaki.

Vitor Roque frente a Iñaki Peña, al que solo pudo batir de penalti.

Vitor Roque frente a Iñaki Peña, al que solo pudo batir de penalti. / Jordi Cotrina

Joven (22 años) que cambia partidos desde el banquillo con goles (5) y asistencias (4). Y los cambia con su carácter inyectando energía y vitalidad cuando aparece en los encuentros. Lo ha sido gracias a que ha sabido superar los malos momentos que vivió al inicio del curso, desconectado como andaba ante el gol. Pero, poco a poco, ha recobrado la confianza y la puntería. Ya se vio en el tiempo añadido sellando el segundo y definitivo tanto ante el Espanyol.

Flick felicita a Fermín tras el 4-3 del Barça sobre el Madrid en Montjuïc que le acerca a la Liga.

Flick felicita a Fermín tras el 4-3 del Barça sobre el Madrid en Montjuïc que le acerca a la Liga. / Jordi Cotrina

Deja un gran final de temporada y la sensación de recurso más que válido para suplir a Balde. Empezó la temporada con muchas dudas, eclipsado por la potencia del lateral zurdo titular. Aunque luego, y administrado con paciencia por Flick, su rendimiento ha ido aumentando. Y para bien.

Gerard Martín gana un balón aéreo en el Inter-Barça de San Siro.

Gerard Martín gana un balón aéreo en el Inter-Barça de San Siro. / Afp / Piero Cruciatti

Nadie supo ver su importante papel al inicio. Pero con 21 años equilibró al Barça ante de que volviera De Jong.Fue, de nuevo, Flick, quien creyó en sus posibilidades después de una temporada anterior en la que apenas asomó por Montjuïc. El alemán, en cambio, agradeció el equilibrio defensivo, orden y trabajo que le daba el joven centrocampista.

Marc Casadó se acerca a felicitar a Lewandowski tras el doblete de Mestalla.

Marc Casadó se acerca a felicitar a Lewandowski tras el doblete de Mestalla. / JAVI FERRANDIZ / SPO

Venía de una grave lesión y está siendo educado por Flick en otros roles. Ha jugado en varias posiciones del centro del campo, incluso tirado a la banda izquierda como tercera pieza del ataque. No ha tenido tanto impacto, pero es normal, como antes de que se rompiera la rodilla en Valladolid con la selección española. "Mucha gente cree que no sé jugar a fútbol y no tiene ni puta idea", llegó a decir el andaluz.

Pablo Páez Gavira, Gavi, en la sala de prensa de Sant Joan Despí.

Pablo Páez Gavira, Gavi, en la sala de prensa de Sant Joan Despí. / AFP7 vía Europa Press

Perdió su condición de intocable superado por la pareja Cubarsí-Iñigo. Le tocó esperar en el banquillo. Era el pilar de la defensa; ahora, no. El uruguayo, que venía lesionado de la Copa América, entró tarde en el esquema de Flick. Y le costó adaptarse a ese método tan arriesgado donde se premia la precisión y la anticipación.

El defensa del Barcelona Ronald Araujo, durante el partido de la jornada 29 de LaLiga que FC Barcelona y Girona disputan este domingo en el estadio Lluis Companys de Barcelona. EFE/ Alejandro García. (Barcelona) (girona)

El defensa del Barcelona Ronald Araujo, durante el partido de la jornada 29 de LaLiga que FC Barcelona y Girona disputan este domingo en el estadio Lluis Companys de Barcelona. EFE/ Alejandro García. (Barcelona) (girona) / Alejandr garcía / EFE

No tuvo presencia fija, eclipsado por la potencia de Koundé como lateral derecho y luego por la reubicación de Eric García. Se convirtió Héctor Fort simplemente en un recurso. Un recurso poco utilizado por Flick.

Héctor Fort inicia una jugada de ataque en el Barça-Mallorca de Montjuïc.

Héctor Fort inicia una jugada de ataque en el Barça-Mallorca de Montjuïc. / Jordi Cotrina

Solo jugó tres partidos (Valencia, Athletic y Rayo) antes de su grave lesión, aunque asombró este niño de 17 años e imponente físico.  Se instaló en la casa que fue durante lustros de Busquets y no sintió presión alguna. Fue uno de los primeros y grandes descubrimientos de Flick antes de que cayera gravemente lesionado en Vallecas.

Marc Bernal, el jugador del Barça.

Marc Bernal, el jugador del Barça. / FCBARCELONA

Se lesionó en septiembre y regresó en mayo. O sea, toda una temporada ha vivido el Barça sin su portero titular. Y sin su capitán. Una vez recuperado de su grave lesión en la rodilla derecha, el alemán quiso complicarle la situación a Flick estimulando la competencia con Szczesny. Pero el técnico eligió al polaco.

Ter Stegen cuando se lesionó en el Estadio de la Cerámica

Ter Stegen cuando se lesionó en el Estadio de la Cerámica / Revierfoto/dpa

Ni rastro del ‘10’. Tal vez haya sido el único jugador que no haya podido rescatar Flick para la causa. Ha tenido la eterna condición de suplente (apenas 232 minutos de Liga, 298 en todas las competiciones), la irrefutable prueba de que no se ha sumado a la causa del técnico azulgrana. Once partidos ha jugado. En realidad, son once ratos. No ha completado los 90 minutos en ninguno. Y no ha marcado ni un solo gol.

Ansu Fati intenta presionar al defensa Valjent del Mallorca

Ansu Fati intenta presionar al defensa Valjent del Mallorca / Jordi Cotrina

Debutó en la Liga. Era la primera jornada en Mestalla. Apenas 26 minutos. Luego, una grave lesión en el tendón de Aquiles le hizo desaparecer de la escena azulgrana. Reapareció en Milán ante el Inter el pasado 30 de abril. O sea, ocho largos meses de baja. Y no ha podido, por lo tanto, ser un elemento de rotación en la defensa para dar descanso a los titulares Cubarsí-Iñigo.

Andreas Christensen, durante el partido frente al Mónaco en el Gamper.

Andreas Christensen, durante el partido frente al Mónaco en el Gamper. / Dani Barbeito

Ha jugado más que Ansu. Y ha logrado dos goles. Su condición de máximo realizador del filial en Primera RFEF no le ha dado minutos ni continuidad al delantero, que ha sido muy poco usado por Flick. Marcó Pau Víctor en Pamplona a Osasuna y luego al Mallorca.

Pau Víctor, en la portería del Valladoli.

Pau Víctor, en la portería del Valladoli. / Valentí Enrich / SPO

Venía de Montilivi, donde terminó teniendo poca presencia en el proyecto de Míchel. Y en Barcelona, más de lo mismo. Ha sido un centrocampista marginal, que no ha tenido hueco en los planes de Flick. A pesar de su condición residual, el cántabro, de 22 años, ha firmado tres goles en la Liga: uno al Villarreal (septiembre) y dos al Sevilla (octubre). 

Pablo Torre, en un partido con el Barça en Montjuïc.

Pablo Torre, en un partido con el Barça en Montjuïc. / FCBARCELONA

Flick ha cambiado todo. Con su orden y método ha inyectado un plan al Barça. Con su valentía y atrevimiento ha revitalizado al mismo equipo que terminó sin energía la pasada temporada. Ha huído, en todo momento, de las excusas. A cada problema, por grande que fuera, ha terminado encontrando la solución más adecuada sienfo infalible contra el Madrid, al que ha derrotado, tanto en el Bernabéu (0-4) como en Montjuïc (4-3). Es su Barça. Un Barça desacomplejado, al que le encanta vivir al borde del vértigo, con esa defensa tan adelantada, y que se ha transformado en una máquina de hacer goles.

Raphinha abraza al técnico del Barcelona, Hansi Flick.

Raphinha abraza al técnico del Barcelona, Hansi Flick. / Jordi Cotrina

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