Osasuna se aprovecha de otro esperpento del Atlético a domicilio

Tiene que estar temblando Diego Pablo Simeone pensando en el Mundial de Clubes, ya desde hace semanas su único aliciente de la temporada. Todos los partidos del torneo, lógicamente, son lejos del Metropolitano. Y resulta que su Atlético, implacable en casa, se ha convertido en un chollo para sus rivales fuera de casa. Una sola victoria a domicilio de los seis últimos intentos está marcando el larguísimo final de Liga de los colchoneros. Osasuna, este jueves, se aprovechó de ello para mantener su pelea por jugar el año que viene la Conference League. Catena y Budimir marcaron los goles que profundizan en esta tendencia desquiciante del Atlético.

Hace cinco días, Sorloth solventó la vista de la Real al Metropolitano con cuatro goles en media hora. Simeone aprovechó la ausencia por sanción de Julián Álvarez en esa cita para ensayar un 4-3-3 extraño en él, casi inédito en su larga etapa al frente del Atlético. Y fuera casualidad o no, lo cierto es que al conjunto colchonero le sentó bien esa disposición ante los donostiarras.

Vuelve Julián Álvarez

En Pamplona regresaba Julián y, con él, el Atleti recuperó su 4-4-2 de cabecera. Un sistema que le está funcionando en casa, pero con el que no consigue ser contundente a domicilio. La novedad en El Sadar fue la ubicación de Barrios como interior izquierdo, el puesto en el que Lino y Gallagher se vienen alternando durante todo el curso.

En la primera parte, Sorloth fue el único jugador del Atlético que escapó de la mediocridad general. El noruego probó a Sergio Herrera en un cabezazo en plancha y estuvo involucrado en dos acciones con Catena y Juan Cruz que bien pudieron acabar en penalti a favor de los rojiblancos, aunque ni el VAR ni el árbitro lo entendieran así.

La única anotación relevante, sin embargo, la redactó Osasuna. Demostraron de nuevo los navarros por qué son el mejor equipo de la Liga a domicilio. Lo hizo esta vez Catena, cabeceando un córner a los 25 minutos que puso por delante de los de Vicente Moreno en su única aproximación verdaderamente peligrosa de la primera mitad.

El susto de Barrios

Azpilicueta y Lino salieron al campo para buscar una reacción, pero tuvo que consumir Simeone enseguida su tercer cambio. En una jugada muy extraña, Barrios se fue al suelo con síntomas de estar conmocionado. Dio la sensación de que pudo impactar con su cabeza en la rodilla de su compañero Llorente al caer. Fuera por esa razón o por otra, la prudencia invitó a la sustitución del canterano, que salió del campo por su propio pie y se sentó en el banquillo, dos claros síntomas de tranquilidad.

Los cambios extraños fueron los que vinieron después, sacando del campo a Sorloth y a Julián cuando el Atlético necesitaba marcar. En realidad, nada cambió en exceso. El Atlético continuó instalado en el área de Osasuna, pero sin la imaginación, intensidad y profundidad necesarias para intimidar a Sergio Herrera y encontrar el empate.

Y pasó lo que tenía que pasar, lo que se podía incluso oler. Que Osasuna, en una salida aislada, consiguió el segundo. A falta de 10 para el final, Kike Barja colocó un centro y Budimir se anticipó a Le Normand para anotar su 20º gol del campeonato, para abrochar un nuevo esperpento del Atlético lejos del Metropolitano.