Andá p'allá, bobo

Este Barça eléctrico no necesita regalos para proclamarse campeón

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas / ·

Emilio Pérez de Rozas

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De nuevo, cómo no, el bueno y campechano Manolo González acertó de pleno en su sentencia cuando le pidieron si le haría el pasillo al Barça: “De momento, el Madrid aún no ha perdido”.

Y no perdió. Otra vez en el 95, o 96, o 97, hasta que gane el Madrid. Otra vez Araujo, en la persona de su clon mallorquín Copete, le abrió la puerta al joven Jacobo Ramón para que hiciese lo que siempre hace el Madrid, remontar. Bueno, a veces, falla, sí.

No hubo regalo del ‘Mallorqueta’ porque el equipo insular, pese a que lleva una gran temporada, no está para hacer regalos y menos de visita al Santiago Bernabéu. Y, además, porque este Barça no quiere regalos. No veo yo a Hansi Flick descorchando cava en su casa para celebrar el título de Liga, no, no lo veo.

Un partido muy serio

A este Barça le gusta ganarse las cosas a pulso, incluso sufriendo, a veces, pocas, sin un fútbol excelente pero poniendo el alma sobre el campo y tratando de ser mejor que su rival si no es por juego, por compromiso, determinación, coraje y ambición.

Y de eso se tratará esta noche en el coqueto estadio del RCD Espanyol, equipo que, como el Mallorca, tampoco está para regalar nada, pues aún necesita algún punto para salvarse y ya le metió mano al mismísimo Real Madrid, en ese mismo campo. Así que pocas bromas con este partido.

Jacobo Ramón y Vallejo celebran el gol de la victoria del Real Madrid contra el Mallorca.

El defensa del Real Madrid Jacobo Ramón Naveros (i) celebra su gol durante el partido de la jornada 36 de LaLiga de fútbol que Real Madrid y RCD Mallorca disputan este miércoles en el estadio Santiago Bernabéu. EFE/Chema Moya / Chema Moya / EFE

La temporada que están protagonizando los chicos de Flick y no tan chicos merece un final por todo lo alto, merece una conquista personal, individual y colectiva. Los habrá que pensarán que, incluso, merecen conquistar el título en casa de su máximo rival ciudadano y, si es así, todos desearíamos que las cosas se produjesen con el debido respeto y sentido común, cosa que sé que muchos de ustedes creen que será imposible. Imposible no hay nada si uno se lo propone.

No nos engañemos, por más desastroso Real Madrid que estemos contemplando últimamente, un Real Madrid dejado de la mano de Dios, lo normal era que el Barça se ganase el título por sí mismo, de la misma manera que se ha ganado a pulso la posibilidad de ‘campeonar’ sin ayuda de nadie.

Un caótico Real Madrid, con un entrenador que ya no es su entrenador, recupera el minuto 95 para remontar ante el Real Mallorca y obligar al Barça a ganar el derbi para proclamarse campeón.

Incluso un Real Madrid que ya no sabe qué entrenador tiene, un Real Madrid que no ha despedido al técnico al que le queda todavía un año de contrato, un Real Madrid cuyo ‘mister’ está, hoy y ahora, confeccionando la lista de convocados de Brasil, un Real Madrid que tiene a uno de sus centrales acusado de cosas muy graves y a ‘Carletto’ perseguido por Hacienda, un Real Madrid que tiene nuevo entrenador y aún no ha sido anunciado, pese a que lo conoce todo el mundo, un Real Madrid del que pretende huir Rodrygo, un bicampeón que con la llegada de Kylian Mbappé lo iba a ganar todo de calle, vuelve a necesitar el minuto 95 para remontar un partido calcado al 80% de los encuentros que ha jugado este año.

Que acabe bien

Esta nueva victoria imposible del Real Madrid, que a ellos les encanta pese a haberse quedado este año en la orilla, será la palanca que utilice esta noche Flick para que sus chicos no piensen que está todo hecho. En Madrid, siguen pensando que aún hay Liga, pues son el Real Madrid, así que bien hará el Barça en no concederles ni un partido más de ilusión.

No olvidemos que el Espanyol ya le ha chafado más de una Liga al Barça y, aunque estuvo flirteando con el descenso, se presentan ante el líder con el ánimo, el carácter y la necesidad, también ellos, de cerrar, ya mismo, una temporada para olvidar.

De la misma manera que al Barça no le han regalado el título de Liga, al Espanyol tampoco le han regalado la salvación. No deja de ser un derbi, que, insisto, debería concluir con señorío. Sé que no es fácil, por eso sería aún más hermoso.

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