Pulso de alto voltaje

El derbi de Manolo, el jefe más pasional del Espanyol: puro sentimiento perico contra el Barça

El carismático técnico, que llegó al cargo en Segunda hace 14 meses sin ninguna experiencia en la élite, se ha ganado el respeto de todos.

Una victoria en su primer derbi en Cornellà supondría la salvación y su renovación automática.

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Manolo González, con su libreta, en un entrenamiento del Espanyol.

Manolo González, con su libreta, en un entrenamiento del Espanyol. / RCDE

Raúl Paniagua

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Barcelona
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Si hay algún técnico que se merece lucir su nombre como el primero que doblega al Barça en un partido de Liga en el RCDE Stadium ese es Manolo González. El templo blanquiazul va camino de cumplir los 16 años de vida y los pericos jamás han visto a su equipo llevarse un derbi en este campeonato. El único triunfo llegó en la Copa con el gol de Melendo en el minuto 88 el 17 de enero de 2018. El balance global es de 15 enfrentamientos en Cornellà, 13 en la Liga y 2 en la Copa, saldados con 8 victorias del Barça, 6 empates y ese único subidón local.

El entrenador gallego se asoma a su primer derbi en Cornellá con la idea de afianzar su extraordinaria labor. Cumple 14 meses en el cargo Manolo, que fue anunciado como nuevo técnico del primer equipo el 12 de marzo de 2024 en lugar de Ramis. Por delante tenía un reto tan ilusionante como tenebroso que salvó con el apoteósico ascenso sellado ante el Oviedo en la noche de Sant Joan. Sin experiencia en la élite y forjado en el barro de clubs como la Montañesa, el Badalona, el Ebro o la Peña Deportiva, el técnico se encontró con la oportunidad de su vida.  

Trabajo, constancia y talento

En cinco meses pasó de entrenar en Segundas B a Primera. Su escaso currículum, unido a su recordada profesión de conductor de autobuses, le acarreó más de un comentario reprobable. "Ya sé que no vengo del Bayern de Múnich, pero me llamaron ‘mediocre’. Me dolió mucho, es algo que jamás diría a nadie", confesó en una entrevista con EL PERIÓDICO horas después del ascenso.

Manolo González, el técnico del Espanyol, festeja con la afición perica el ascenso a Primera tras ganar al Oviedo.

Manolo González festeja con la afición perica el ascenso a Primera tras ganar al Oviedo. / RCDE

Todo lo supo voltear con la receta que siempre le ha avalado: trabajo y constancia. También talento. Porque Manolo ha sabido pilotar con maestría una plantilla que no figura precisamente entre las más poderosas de la historia perica. A tres jornadas del final, una victoria tendría un triple valor para el técnico. Sería el primero en ganar al Barça en la Liga en Cornellà, aseguraría la permanencia en Primera (más cerca tras la derrota del Las Palmas este martes en Sevilla) y supondría su renovación automática. Tres en uno.

Siempre de frente

El camino aún podría haber sido más feliz de no producirse el tropiezo del domingo en Leganés. Horas antes de ese duelo, ya hubo una cuestión sobre el cuadro azulgrana que no gustó demasiado a Manolo, que nunca ha escondido su nula simpatía hacia el vecino. "No todo gira alrededor del Barça en este mundo, ¿eh? No veo sentido preguntar ahora por el Barcelona cuando jugamos en cinco o seis días", soltó el técnico. No es hombre de rodeos y misticismos el míster blanquiazul. Siempre va de frente, una cualidad que valora mucho el vestuario. Así ha conseguido mantener unida a la plantilla, desde los titulares indiscutibles a los suplentes habituales. 

Manolo González, en el entrenamiento de este martes junto a Carlos Romero, Puado y Expósito.

Manolo González, en el entrenamiento de este martes junto a Carlos Romero, Puado y Expósito. / RCDE

Repasando los precedentes, el Espanyol estuvo muy cerca de tumbar en casa a su rival en el derbi de 2022, pero un gol de Luuk de Jong lo evitó a 17 segundos del final (2-2). La última visita concluyó con un doloroso 2-4 que otorgaba la Liga al Barça y hundía a los pericos camino de Segunda en una noche que acabó con una penosa invasión. Antes, hubo citas para todos los gustos, con varios empates meritorios y algún que otro desastre, como el 1-5 vivido en diciembre de 2010 o el 0-4 de diciembre de 2018.

El último empujón

En el año del retorno a Primera la visita del Barça emerge como el momento ideal para sellar un objetivo que se acaricia desde hace semanas. Falta ese último empujón. No parece el equipo de Flick el rival ideal para lograrlo, pero el Espanyol de Manolo ha demostrado que en casa es capaz de cualquier cosa. Ya cayó el Real Madrid en Cornellà y solo pudo empatar el Atlético. En los últimos siete meses solo fueron capaces de ganar en el RCDE Stadium el Sevilla y el Betis.

Manolo González, junto a Ancelotti, en el partido de la primera vuelta.

Manolo González, junto a Ancelotti, en el partido de la primera vuelta. / Kiko Huesca / (EPA) EFE

La afición ha disfrutado de un equipo intenso, fiable y con una idea clara de juego que el técnico ha ido moldeando adaptándose a los mimbres. El cuadro perico es el que menos posesión tiene de la Liga (39%) y el que menos chuta a puerta, pero lo solventa con otras virtudes menos vistosas que también otorgan puntos. 

La afición se identifica y es feliz con su entrenador. Lo considera uno de los suyos. Es el hombre que ha aportado estabilidad en un club volcánico

Montilivi: el momento más duro

No han faltado momentos duros en el curso, especialmente el sufrido en Montilivi, cuando el Espanyol cayó 4-1 el pasado 23 de noviembre. Aquella primera media hora dejó "muy jodido" a Manolo y el nombre de Sergio González volvió a planear en el entorno perico. Pero Garagarza se mantuvo firme y siguió apostando por el técnico al que ya le otorgó las llaves del filial en una de sus primeras decisiones.

El tiempo le ha dado la razón. Y la grada también. La afición se identifica y es feliz con su jefe. Lo considera uno de los suyos. Es puro sentimiento, algo que adquiere más relevancia contra el Barça. Manolo se ha convertido en una figura incuestionable de consenso que ha guiado a los pericos hacia una estabilidad casi impensable en un club volcánico con la propiedad a 10.000 kilómetros. Falta solo ese pasito que selle el merecido objetivo.