Ecos del Inter-Barcelona: "La mejor semifinal de la historia de la Champions; nadie quería que acabara"

El Inter y el FC Barcelona proporcionaron una semifinal tan repleta de goles, de giros de guión, de despliegue físico y de jugadas exquisitas que hoy las bendiciones se regalan, no en el Vaticano, sino en los espacios comunicativos dedicados al fútbol. Abundan las gracias, sí, se dan las gracias recargadas de adjetivación exclamativa por un espectáculo que ha seducido a expertos de todos los países. En el repaso de la prensa internacional, no es difícil encontrar la sentencia definitiva: "Ha sido la mejor semifinal de Champions de la historia", dice por ejemplo el Daily Mail. "Es el partido que nadie quería que acabara", se proclama en la BBC.

Deportes AnálisisFrancisco Cabezas

El éxito del Barça no es la Champions, sino que hayamos aprendido a amar otra vez el fútbol

Las valoraciones se adentran en el terreno de las emociones. Por lo que hicieron sentir al espectador durante los 180 minutos, tanto al partidista como al imparcial. Thierry Henry, en su aparición televisiva después de cada jornada de Champions, puso palabras a sus sensaciones: "Seré honesto, me he aburrido viendo fútbol en el último año o dos. Aburrido. Por eso quiero decir gracias Inter, gracias Barça. Es lo que queremos ver, es por eliminatorias así que amamos el fútbol. Equipos abiertos, que van a por el otro… Gracias Inzaghi, gracias Flick y gracias a todos los que han participado en estos dos partidos”.

Un dato ayuda a elevar a los altares la eliminatoria: los 13 goles que se marcaron entre la ida y la vuelta no se había vivido desde el 2018, cuando el Liverpool despachó a la Roma por 7-6 en el global. Fueron dos partidos tan palpitantes que casi nadie ha prestado atención a los presuntos errores arbitrales, tan remarcados por algunos comentaristas en Barcelona, haciéndose eco de las quejas de Flick, Pedri o Èric. Línea argumental demasiado vulgar. No lo merece semejante divertimento.

"Hermoso experimento"

"Esta eliminatoria nos lo ha dado todo. Desde el principio al final. Una semifinal que ha sido entretenimiento puro. Lo que hemos contemplado ha sido algo muy especial. Un auténtico placer", apostilló Alan Shearer, venerado goleador inglés ahora ganándose la vida como prolífico comentarista. Sin salir de Inglaterra, Jonathan Liew, un articulista a seguir en The Guardian, ha escrito lo siguiente: "Teatro perfecto, tensión perfecta, imperfección perfecta, un choque de estilos perfecto y un equilibrio perfecto: entre una juventud extravagante e intrépida y una experiencia canosa y gesticulante". Y sobre el Barça, apunta: "Para el hermoso experimento hoy fallido del Barcelona, fue una lección de que vivir sin concesiones no es lo mismo que vivir sin consecuencias".

Milán, la huella de la imperfección del osado Barça de Flick

En el día de los panegíricos, conviene también fijarse en lo que se dice en Italia y en concreto en las páginas rosadas de La Gazzeta dello Sport. Así comienza su crónica: "Fue un desafío memorable. Fue un Inter memorable. Y quizá el resultado por sí solo lo diga todo: 4-3, como el partido del siglo, el más celebrado en la historia de nuestro fútbol, hace 55 años en la Ciudad de México", escribe hiperbólicamente en referencia al Italia-Alemania del Mundial de 1970. "Esta noche milanesa -prosigue- también se vuelve legendaria. Pocas veces hemos vivido acontecimientos tan apasionantes, intensos, llenos de episodios, de emociones, de historias. Y de héroes (deportivos, por supuesto). Un espectáculo. El Barcelona, lleno de talento pero con limitaciones defensivas, se rindió; Yamal, el niño que marcará el fútbol mundial en las próximas décadas, se ha rendido". Hay euforia en Italia, como es lógico.

El Barça vuelve a inspirar admiración en Europa. Hacía demasiados años que eso no ocurría. Pero el Inter bajo la dirección de Simone Inzaghi se está musculando y también suscita elogios a mansalva. Merecidos. Es un equipazo. "Fue el mejor partido de mi carrera en cuanto a emociones y adrenalina. Fue un anuncio para todo el fútbol mundial", se agrandó el presidente del Inter, Beppe Marotta.

En L'Equipe, la publicación que regala cada año el Balón de Oro, evocó a la naturaleza en su crónica: "El cielo de Milán ya no pudo contener las lágrimas anoche. Siguieron cayendo, con alegría y tristeza, a veces teñidas de nerazurro, a veces secas de blaugrana, hasta el final de una prórroga que hubiera hecho llorar a los dioses del fútbol. Los aficionados del Inter y del Barcelona, y todos los aficionados al deporte rey en general, pensaron que ya lo habían visto todo en el partido de ida de la semifinal entre estos dos equipos".

Un equipo sin dramatismo, por Jordi Puntí

Y añade: "Los lombardos y los catalanes son un poco reservados. Aún tenían un poco, mucho, apasionadamente y locamente, en sus botas. Nos ofrecieron una semifinal tan suntuosa como indecisa y sorprendente". Jornada de parabienes. Por todas partes. Odas al fútbol visto en Barcelona y Milán. Justificadas.