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La industria del deporte

El lío de la TV en deporte, por Marc Menchén

Hoy, el deporte es menos relevante que hace cuatro años a la hora de garantizar el alta de un nuevo cliente. Y si lo es, ya no al mismo precio de antaño.

Los jugadores del Atlético y el Barça, en un partido en el Metropolitano.

Los jugadores del Atlético y el Barça, en un partido en el Metropolitano. / AFP7 vía Europa Press / AFP7 vía Europa Press

Marc Menchén

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Es uno de los temas recurrentes, pero también una de las mayores preocupaciones dentro de la industria del deporte. Unos días es la piratería, otros el precio de las suscripciones, que si la televisión de pago o en abierto, que si dónde tendrían más visibilidad los patrocinadores... Venimos de un ciclo en el que las plataformas bajo suscripción han dominado la escena audiovisual de las competiciones premium, con contratos lucrativos que justificaban dar ese salto de las cadenas públicas al cerrado, pese al coste que tuviera en audiencias. Pero en los últimos meses hemos visto que el escenario vuelve a cambiar, y hoy ninguna competición tiene garantizado que su próximo contrato vaya a ser mejor.

Aquí hay varios elementos que hay que tener presentes. El primero es por qué, de repente, todas las propiedades deportivas empezaron a recibir atractivas ofertas de parte de compañías como Telefónica, Mediapro o DAZN, que han sido los players más activos durante la última década. En 2014, la teleco española acababa de comprar Digital+ y empezaba así la carrera por crear paquetes convergentes en el que la televisión era la punta de lanza de ofertas para vender sus servicios de telefonía e Internet.

LaLiga y la Champions

Entonces, el deporte era el contenido premium que movía a la gente, y así es como la actual Movistar Plus+ se hizo con LaLiga, Champions League, Premier League, NBA, Fórmula 1, ACB, Asobal... ¿Y qué ha pasado ahora? Que la penetración de la televisión de pago ya no crece como lo hacía y servicios como Netflix o Disney+ se han llevado parte del presupuesto de las familias para entretenimiento digital. Hoy, el deporte es menos relevante que hace cuatro años a la hora de garantizar el alta de un nuevo cliente. Y si lo es, ya no al mismo precio de antaño.

Telefónica es el mejor ejemplo de esta evolución. Sus últimos movimientos dejan claro que hoy LaLiga y la Champions son los dos productos que realmente mueven la aguja. Por lo demás, en los sucesivos concursos ha ido con la oferta que consideraba que era la justa respecto al retorno que tendría. Así dejó ir a Fórmula 1, MotoGP, Premier... para después recuperarlas, ya a través de un acuerdo de distribución con DAZN en la que el riesgo asumido es muy inferior.

Y en esas aparece el baloncesto, deporte por el que Movistar Plus+ apostó fuerte en su día. ACB debe decidir si busca un espacio en abierto, si renueva en unos nuevos términos con la plataforma de Telefónica o espera que DAZN Basketball sea el motor del próximo ciclo. RTVE, visto lo visto con LaLiga, no irá con todo a nada que no sea Selección.

El salto del Atleti con la Ciudad del Deporte

El Atlético de Madrid hace tiempo que logró consolidarse en el top-20 de clubs de fútbol de Europa. Aún a la sombra de Real Madrid y FC Barcelona en términos de negocio, lo que no se le puede negar al club rojiblanco es que continúa dando saltos para ascender en ese ranking. El traslado al Metropolitano en su momento y la apuesta por el Cholo Simeone cimentaron las bases del proyecto, que ahora arranca una nueva fase con el ambicioso proyecto de la Ciudad del Deporte. Cerca de 700 millones de inversión entre centro comercial, arena de conciertos, instalaciones deportivas y demás oferta de ocio. Y lo hace con socios estratégicos como Live Nation y Oak View Group, que garantizan que aquello alimente el negocio deportivo del Atleti.

Entre tanto Spotify Camp Nou y Santiago Bernabéu, quizás nos hemos despistado todos un poco y el proyecto de mayor impacto está en el Riyadh Air Metropolitano. El traslado desde el Vicente Calderón y su consolidación en la Champions League sirvieron para casi doblar la cifra de negocio anual, hasta 400 millones de euros en 2023-2024. ¿Los 600 millones serán el próximo reto de la entidad liderada por Miguel Ángel Gil Marín?