Dembélé acerca al PSG a la final de la Champions

El PSG saltó en el Emirates impregnado del carácter de Luis Enrique, con ambición y con furia, todo personalidad. Y Ousmane Dembelé ejemplifica parte de la transformación del equipo francés en esta primera temporada sin Mbappé. En un madrugador gol, el exjugador del Barça evidenció lo bien que le ha salido al asturiano el experimento de colocarle en el centro. Un gol que acerca al equipo parisino a la final de la Champions y deja tambaleante al Arsenal de Mikel Arteta (0-1).  

Dembelé corrió como un galgo desde el centro del campo, abrió el juego hacia Kvaratskhelia, que recibió más solo de lo aconsejable, y este, que encararía a un dragón, la devolvió al Mosquito, quien acertó a batir a David Raya antes de los cuatro minutos de partido. Fue un disparo mordido pero efectivo. Su octavo gol en esta Champions, el 33ª de la temporada. Números de la superestrella que es en París y no fue nunca en Barcelona.

Con las botas puestas

Arteta había pedido a los aficionados ‘gunners’ que acudieron al Emirates con “las botas puestas”, una forma de decir que también jugarían el partido, y ciertamente la grada empujó al Arsenal a salir de la jaula de los parisinos. Costó lo suyo. El PSG no ofreció las facilidades del Real Madrid. Y necesitó el equipo londinense de algún ejercicio de elasticidad notable de Raya, el segundo portero menos goleado de la Champions, para sostenerse en el partido. Menuda parada hizo a disparo de Doué en la primera mitad.

Bukayo Saka atizó el fuego en el Emirates, que acogió el encuentro más importante desde su inauguración en 2008. Y menudo encuentro, cuánto despliegue físico. El extremo inglés de 23 años puso el ataque del Arsenal en combustión con su habilidad por el regate y una intensidad que bordeó la agresividad gestual hacia el árbitro. La mejor ocasión de empatar la tuvo Martinelli al borde del descanso. Donnarumma se agrandó como ya hiciera en la vuelta de cuartos ante el Aston Villa.

Volvió a intervenir nada más comenzar la segunda parte a un tiro cruzado de Trossard. Con la punta de los dedos desvió el balón el italiano. Antes, el VAR se había tomado su tiempo para anular un gol de Mikel Merino tras un saque de falta de Declan Rice, más apagado que ante el Madrid. Dos oportunidades que indicaron que el Arsenal salió del descanso con una actitud más proactiva y más fiera. Ahí estaba Arteta marcando la percusión con una frenética gesticulación desde la banda.

Las cosas se pusieron aparentemente feas para el PSG con la caída en combate de Dembélé, una lesión muscular. Falta saber si podrá actuar en la vuelta en París. Entró en su lugar Barcola, que confirió enseguida un ritmo renovado a los franceses. Dio un regalito a Joao Neves que este desaprovechó chutando alto. Poco después al extremo francés se le escapó un mano a mano con Raya que llevó a Luis Enrique a escupir serpientes. 

Y en medio de la pérdida de ideas y velocidad en el Arsenal, Gonçalo Ramos estrelló un contragolpe en el larguero. Pudo aclarar la eliminatoria en esa ráfaga de oportunidades el PSG. En cambio, se ha guardado trabajo para el Parque de los Príncipes. El viaje a Múnich no está sellado aún.

"Mi mensaje a los jugadores ha sido el mismo que ante el Madrid: estamos en el descanso de la eliminatoria, hay que ajustar algunas cosas y debemos ir a ganar a París", ha declarado Arteta tras el partido.

"Hemos vivido una semifinal con mucha emoción. Hemos demostrado qué tipo de jugadores, qué tipo de personalidad y que forma de jugar queremos. Nos queda una partido y un gol te lo pueden hacer en cualquier jugada. Va a ser una vuelta trepidante", ha valorado Luis Enrique.