Opinión | Apunte

Juan Cruz Ruiz

Juan Cruz Ruiz

Periodista y escritor

Aquel gol de Carles Puyol, por Juan Cruz Ruiz

El remate de Pedri que se convirtió en el primer gol de la final de Copa.

El remate de Pedri que se convirtió en el primer gol de la final de Copa. / AFP7

Pedri es, perdonen que les diga, como aquel Carles Puyol que en mayo de 2009 avanzó su cabeza para dejar sin aliento a la defensa madridista en un partido que parecía escrito por el dios del fútbol. 

Era la época en que al equipo de Guardiola lo celebraban los rivales incluso cuando eran visitantes. Aquel gol lo vi a distancia, estando en Buenos Aires, y ahora he visto aquí también este abrazo al fútbol que, por ejemplo Pedri, señaló como la parte de arriba de la historia azulgrana en este tiempo de confrontaciones con el gran equipo de la capital, y del mundo. 

Ese gol de Pedri, que tiene otra factura, otro origen estético y, por supuesto, otra época del Barcelona, llegó ahora como la consolidación de una primavera que se parece a aquellas que, en el tiempo de Pujol, le dio al equipo la alegría de ganar y de competir. 

“El Barça”, se dijo entonces, “volaba en LaLiga”. Era otro tiempo, y es curioso como ahora, con otro resultado, pero con el mismo entusiasmo, el equipo se las haya ido arreglando con el pasado para cubrir los malos tiempos con los tiempos de una esperanza que entonces, cuando Guardiola, le dio al Barça el abrazo que se merecían las épocas de Kubala, Suárez, Cruyff y, por supuesto, Rodaldinho y Messi

Es emocionante que, de otras maneras, y con otras maneras, el equipo se haya ajustado a la potencia que hubo en esos tiempos, y que uno de los jugadores de ahora, Pedri, con Lamine Yamal, hayan recogido lo que parecía privativo de épocas tan esenciales para la identidad del fútbol que representaron esos genios. 

Recibí muchas emociones desde lejos, la primera fue la de Alejo Stivel, argentino que es de España de hace rato, y del Barça de siempre. Él fue el que me recordó el gol de Puyol. Mi amigo Albert, que estaba en el campo, me envió un emocionante recordatorio desde el estadio sevillano: la grada celebrando los años del Barça, y yo lo miré como si esos fueran también mis años de aficionado. Mi amigo Justo, un poeta de Nerja, me envió las fotos que hizo su hija para que yo viera cómo brillaba el campo en que ganó el Barcelona. 

El entusiasmo en la grada de Buenos Aires era el mío y el de un andaluz de Barcelona, no éramos más, pero el corazón universal del campo andaluz vivió como un subrayado que hace que este año se parezca, por ejemplo, a aquel del 2 de mayo de 2009, cuando el Barça volaba en LaLiga.