INTER-ROMA (0-1)
El Inter pierde con el Roma y se derrumba antes de visitar al Barça

Simone Inzaghi, el técnico del Inter, se lamenta de un error de sus jugadores en San Siro durante el duelo con el Roma. / LAP


Marcos López
Marcos LópezPeriodista
Se está cayendo, y con enorme estrépito, el Inter en el momento cumbre de la temporada. No solo perdía esta semana la posibilidad de jugar la final de la Copa Italia tras ser derrotado por el Milán sino que era abatido por la Roma en un duelo clave para el ‘scudetto’, a tan solo tres días de visitar Montjuïc para jugar el miércoles la ida de las semifinales de la Champions contra el Barça.
La crisis interista es un hecho. Ha jugado tres partidos y ha recibido tres derrotas consecutivas, encajando cinco goles y sin marcar ninguno, abriendo un escenario inesperado en Milán después de que la temporada fuera de ensueño.
A Simone Inzaghi, el técnico interista, se le amontonan los problemas en los últimos días. Ha perdido brillantez en su fútbol, acosado por el Nápoles en la lucha por el título italiano.
Sin Thuram y Pavard
No tiene tampoco a Marcus Thuram, una de sus grandes estrellas del ataque, quien asistía desde la grada preocupado al duelo contra el conjunto romanista dirigido por Claudio Ranieri. Y, además, al inicio de la primera mitad caía lesionado Pavard (M. 15), una de sus columnas defensivas, por lo que tiene poco margen para estar en Barcelona.

Pavard es atendido por los médicos del Inter antes de abandonar por lesión el partido contra el Roma en la primera mitad. / LAP
San Siro estaba más que preocupado porque no era su Inter. El tradicional Inter que dominaba la Serie A y asustaba por Europa. Llevaba ya tres partidos consecutivos sin ganar. El empate contra el Bayern (2-2) en su casa le abrió, eso sí, la puerta de la semifinal europea. Pero la derrota con el Bolonia (1-0) le complicó el panorama en la Liga, unido, además, al doloroso tropìezo con el Milán (0-3) en la semifinal copera. Va de mal en peor el Inter.
Equipo agotado
Se le vio cansado, sin energía y con poco juego. Basta comprobar que el 0-1 del Roma se quedó corto antes de llegar al descanso. Apenas siete disparos en 45 minutos y solo uno a puerta, prueba de que Lautaro no estaba tan bien acompañado como siempre.

Marcus Thuram, en la grada de San Siro durante el Inter-Roma. / Afp / Piero Cruciatti
El equipo de Ranieri, tras el gol de Matías Soulé, que llegó tras una serie de rebotes mal defendidos en el área del Inter, se adueñó del encuentro, perdonando en un par de ocasiones el 0-2.
Tenía por delante el grupo de Inzaghi toda la segunda mitad para esquivar el calificativo de crisis a esas dos semanas en las que he perdido su encanto. Llegada la hora de partido, todo continuaba igual, asomándose con cierto peligro el Roma.
Ni una sola ocasión había creado el Inter desesperando a su entrenador, que no movía ficha. Cansado de la falta de chispa de su equipo, el técnico ordenó un doble cambio modificando los personajes que se movían por las bandas: Dumfries, que volvía tras una lesión muscular, por Darmian y Zalewski por Di Marco.
Débil e ineficaz
Y el primer remate a puerta interista llegó gracias, precisamente, a un cabezazo de Dumfries (m. 65), que aprovechó el descuido de Angeliño, el lateral zurdo español. Pero quedó frustrada esa oportunidad por las manos de Svilar, el meta serbio del Roma.
A partir de ahí sí se vió la versión más ofensiva del conjunto de Inzaghi, quien empezó a acorralar a su rival, sobre todo por la presencia de Dumfries, aunque se desestructuró defensivamente permitiendo que el Roma pisara el área del portero suizo Sommer.

Simone Inzaghi, el técnico del Inter, se lamenta de un error de sus jugadores en San Siro durante el duelo con el Roma. / LAP
Erró en la puntería, pero demostró que el próximo rival del Barça no es tan sólido como hace unas semanas. Angeliño y Dovbyk se plantaron solos para liquidar el partido. El lateral lo hizo de maravilla para asistir al exdelantero del Girona, quien tenía la pelota soñada por cualquiera, en la frontal del área pequeña. Dovbyk estuvo lento y hasta apático dando tiempo a que Acerbi se cruzara oportunamente celebrando esa acción defensiva como si hubiera marcado un gol.
Lautaro, desaparecido
Y, en realidad, tenía idéntico valor porque mantuvo con el 0-1 al Inter en el último cuarto de hora de una angustiosa y soleada tarde en Milán. Angustiosa porque Lautaro Martínez, la gran estrella ‘nerazurra’, no es el mismo sin Marcus Thuram a su lado. Por eso, Inzaghi, ya en el minuto 80, deshizo su modelo clásico táctico porque necesitaba marcar sí o sí.

Svilar, el meta del Roma, despeja el balón ante Bisseck, el jugador del Inter, en San Siro. / Afp / Piero Cruciatti
Sacó a Correa por Frattesi y Zielinski por Barella. O sea, mutó de los tres centrales a los tres delanteros. El sombrío panorama no le dejaba otra salida al técnico, quien apostó por situar a Correa, el exjugador del Sevilla, junto a Lautaro y Arnautovic.
El reloj transitaba a velocidad vertiginosa para el afligido Inter, frágil atrás e ineficaz arriba, mientras la grada asistía con un miedoso silencio a tan inesperado desplome. Se ha olvidado de ganar. Y ese olvido ya le ha costado la Copa Italia, comprometer su dominio en la Serie A y le espera el miércoles el Barça de Flick.
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