Valencia - Espanyol (1-1)

Un gol de Puado y otro milagro de Joan García afianzan al Espanyol en Mestalla

El capitán adelantó al equipo perico, Javi Guerra puso las tablas y el meta evitó el triunfo del Valencia con una fantástica parada.

Puado celebra su gol contra el Valencia.

Puado celebra su gol contra el Valencia. / Manuel Bruque / EFE

Raúl Paniagua

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El Espanyol prolongó su estado de felicidad en Mestalla. No pudo firmar su cuarta victoria consecutiva, pero sí sumó un valioso empate ante un Valencia que también llegaba al pulso con la flecha hacia arriba (1-1). Un punto para cada uno y un pasito más hacia la ansiada permanencia. Los pericos atisban ya esa preciada meta gracias a sus dos mejores piezas: el capitán Javi Puado, autor del gol, y Joan García, que amplió su colección de milagros. El objetivo está realmente cerca con seis partidos aún por delante, incluyendo el del próximo domingo en Vila-real, aplazado en su día por la Dana. 

Volvía el cuadro perico al lugar del crimen, al estadio donde se certificó el último descenso en la nefasta tarde del 28 de mayo de 2023. También acabó en tablas aquel duelo (2-2), pero las consecuencias fueron terribles para un Espanyol que vio como le anulaban de forma surrealista el gol de César Montes que suponía el 1-3. Había ganas de revancha. Certificar la salvación en el mismo campo en el que se bajó de forma dolorosa habría tenido su justicia poética, pero quizá era pedir demasiado. El empate ya puede considerarse un resultado satisfactorio. 

Expósito, al poste

No hay nada como tener confianza y seguridad, algo que también se traslada al terreno futbolístico. El Espanyol de 2025 es un equipo rocoso, convincente y eficaz que cree en sus posibilidades sin fisuras. Dirigido por un técnico que acaba de ser elegido como el mejor de la Liga en abril, ha sabido explotar al máximo sus cualidades. En Mestalla se medía con un rival en un contexto muy similar, un equipo que parecía condenado a Segunda y que ha reaccionado de maravilla tras la llegada del técnico Carlos Corberán.

Manolo González grita a sus jugadores en el partido de este martes en Mestalla.

Manolo González grita a sus jugadores en el partido de este martes en Mestalla. / Manuel Bruque / EFE

No necesitó el Espanyol ese relevo en el banquillo para experimentar la misma reacción. Con Manolo al frente, el cuadro blanquiazul sonríe con todo el merecimiento del mundo. El técnico mantuvo este martes el once que le ha llevado a la gloria en las últimas semanas con la única novedad de Puado, sancionado ante el Getafe, por Antoniu Roca. A los 80 segundos, Carlos Romero ya dio el primer aviso, pero su disparo se marchó fuera. 

Edu Expósito, tan entonado como en las últimas citas, acarició el gol con un zurdazo que se estrelló en el poste. Poco después, se encendieron las alarmas pericas al ver a Joan García quejándose de unas molestias musculares. Llegó a calentar Fortuño, pero el meta de Sallent continuó bajo palos. La igualdad se mantuvo hasta el tramo final del primer tiempo, cuando una falta lanzada por Expósito la desvió de maravilla Puado hacia la red (m. 40). 

Vuelo maravilloso

Las sensaciones pericas eran inmejorables, pero todo se empezó a torcer tras el descanso. El Valencia empezó con una marcha más, dispuesto a golpear a su adversario hasta derribarlo. Lo consiguió finalmente Javi Guerra con un tiro raso (m. 57) que establecía unas tablas justas en un estadio con 42.500 espectadores. Ardía Mestalla con su equipo, que se volcó con todo en busca de la remontada. 

Joan García, tras hacer una parada contra el Valencia.

Joan García, tras efectuar una parada en Mestalla. / AFP7 vía Europa Press / AFP7 vía Europa Press

El conjunto local dominaba y apretaba, mientras el visitante esperaba su momento en algún contragolpe, una pócima que ya había dado resultados antes. Ya en el desenlace, volvió a emerger Joan García con una fantástica parada en un cabezazo de Gayà (m. 80). El vuelo del portero de moda de la Liga salvó de nuevo al Espanyol. Fue un milagro más de una amplísima colección que ha dejado a los pericos al filo de la permanencia.