EL ANÁLISIS

La contracrónica del Barça-Mallorca: el partido de los enfadados

Ansu Fati fue titular por segunda vez esta temporada, junto a Héctor Fort (cuarta), y los cambios en la alineación refrescaron al equipo, que disparó 24 veces al marco del Mallorca en el primer tiempo.

Ansu Fati encara a Valjent.

Ansu Fati encara a Valjent. / Jordi Cotrina

Joan Domènech

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Barcelona
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“Salid y demostradme que merecéis ser titulares”, era el mensaje subliminal de la alineación. Tal vez fue el mensaje real expresado por Hansi Flick en el vestuario. El entrenador escribió en el once titular los nombres de los enfadados del sábado, de aquellos que airearon su malhumor por haber jugado menos de lo querían y de los que no habían jugado nada.

Dio voz Flick a la reivindicación de Héctor Fort, cansado de ser suplente de Koundé, y que solo ha sido titular cuando el francés fue castigado por llegar tarde. Mantuvo a Ferran en el equipo, el más titular de los suplentes, que se marchó jurando en hebreo al ser sustituido ante el Celta, Y, lo más relevante, por sorprendente e inusual, escribió Flick el nombre de Ansu Fati en la pizarra por segunda vez esta temporada después de patear la nevera el sábado. La primera fue el 20 de octubre ante el Sevilla. Fue fácil de encontrar. No marcó en el 5-1. Fermín, el menos vehemente de los enfadados, se sentó en el banco.

Héctor Fort inicia una jugada de ataque en el Barça-Mallorca de Montjuïc.

Héctor Fort inicia una jugada de ataque en el Barça-Mallorca de Montjuïc. / Jordi Cotrina

Siete cambios

Se le fue la mano a Flick con las rotaciones. Nunca había hecho siete cambios en la formación inicial respecto a la anterior. Ni en la primera eliminatoria de Copa, en Barbastro, oportunidad para sacar el fondo de armario. Fueron seis cambios entonces, que se repitieron a continuación con el Athletic en la Supercopa de España. Para el inventario: las novedades fueron Araujo, Fort, Eric, Olmo, Gavi, Ansu Fati y Lamine Yamal, que había descansado ante el Celta.

La revolución tuvo sus consecuencias en los dos sentidos. El operario de televisión no había tenido tiempo de insertar el reloj en la pantalla –ni 15 segundos corrió el reloj del árbitro Ortiz Arias– y Antonio Sánchez se había colado en el área. Aún andaban los azulgranas acomodándose en el campo, con Eric de lateral derecho, Fort en la izquierda, Gavi ejerciendo de mediocentro y Olmo de interior derecho.

Szczesny rechaza un centro del Mallorca en la primera parte del duelo de Montjuïc.

Szczesny rechaza un centro del Mallorca en la primera parte del duelo de Montjuïc. / Jordi Cotrina

Fort y Ansu, acelerados

Fort y Ansu Fati empezaron embravecidos, acelerados, dispuestos, efectivamente, a reivindicarse. Era la oportunidad. Les desbordaban las ganas de tanto esperar sentados. Contagiaron a todos y el resultado fue un grupo más joven y fresco, dinámico, que llegó a disparar 24 veces al marco del Mallorca en la primera mitad. Un bagaje solo superado por los 33 remates ante la Real Sociedad (4-0) y los 27 al Las Palmas (1-2) ¡en todo el partido! Acabaron siendo 40 remates para un triste gol.

Flick, en el banquilllo durante el Barça-Mallorca en Montjuïc.

Flick, en el banquilllo durante el Barça-Mallorca en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Abrazos finales

Marcó el Barça en el remate 25 justo al comienzo del segundo tiempo. Dani Olmo fue el primero que acertó y el último. Ansu Fati se marchó con él a los 62 minutos, sustituidos ambos, después de cuatro remates fallidos y tres regates no completados. Flick le abrazó y él se dejó abrazar.

Luego fueron reemplazados Ferran y Fort, también aplaudidos y agasajados por el entrenador. El penúltimo en entrar fue Pau Víctor, otro suplentísimo, y un modelo de comportamiento.