GIRONA-BETIS (1-3)

El Betis empuja al Girona al borde del precipicio

Los jugadores del Betis celebran el 0-1 de Johnny mientras Gazzaniga recoge el balón de su área.

Los jugadores del Betis celebran el 0-1 de Johnny mientras Gazzaniga recoge el balón de su área. / Efe / David Borrat

Marcos López

Marcos López

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Betis destrozó al Girona y lo empujó, ahora ya sí oficialmente, al borde del precipicio. Empezó la noche con ilusión, pero le duró poco (apenas seis minutos) y terminó la primera parte atormentado porque miró el marcador (0-3) y se vio tan cerca del descenso -tan solo le separan tres puntos-, que se quedó bloqueado.

Aturdido lleva semanas porque encadena 10 jornadas consecutivas sin ganar un partido habiendo sumado solo tres puntos de 30 posibles. Aturdido y desorientado porque ni cuando insinúa señales de recuperación -lo hizo pero erró dos ocasiones, una de Yangel Herrera; otra de Asprilla- es capaz de levantarse, siendo Gazzaniga, su portero, el mejor. Con eso queda todo dicho por mucho que intentara reaccionar con orgullo, pero de manera infructuosa solo sostenido por el eterno Stuani.

Se marchó al descanso con un 0-3 que le dejó desnudo y tiritando porque el abismo está ahí al lado. Cada vez más acorralado. El jueves, además, le espera el Leganés en Butarque en uno de esos partidos que determinan hasta la carrera deportiva de cualquier jugador. O de un entrenador. Y, por supuesto, de un club.

Míchel, el técnico del Girona, durante el duelo contra el Betis en Montilivi.

Míchel, el técnico del Girona, durante el duelo contra el Betis en Montilivi. / Afp

A balón parado marcó el Betis. A balón parado se adelantó el equipo andaluz, castigando el mal inicio del Girona, quien no supo aprovechar la tormenta anímica que se vivió en Montilivi. Hasta tres acciones, y casi de forma consecutiva, (córner, falta desde el borde del área, y córner), adivinaban ese tanto bético, que retrató la desidia de la defensa del equipo de Míchel, que dejaron vendido a Gazzaniga.

De error en error

Se levantó Johnny con toda comodidad en el corazón del área del Girona, sin ser molestado o incordiado por nadie, para rematar ese saque de esquina. Ni le rozó un defensa, feliz como estaba antes de conectar ese cabezazo que no logró, sin embargo, silenciar a un estadio repleto. Repleto de esperanza y, a la vez, aunque no lo confesara también de miedo.

Empezó el Girona perdiendo y el partido entró en un territorio de locura, sin control alguno. De ida y vuelta. Sin centro del campo, aunque Míchel, que jugó sin ‘nueve’ ya que ubicó ahí a Asprilla, escoltado en la derecha por Rsygankov y Danjuma en la izquierda, cambió la piel de su equipo. Más vertical que de costumbre. Más vertiginoso que lo habitual, aunque con la misma falta de contundencia de siempre. 

Johnny celebra su cabezazo con Bartra, que le daba el 0-1 al Betis en Montilivi sobre el Girona en la primera parte.

Johnny celebra su cabezazo con Bartra, que le daba el 0-1 al Betis en Montilivi sobre el Girona en la primera parte. / Efe / David Borrat

Al Girona marcar un gol le supone casi una gesta. Toda una hazaña. Yangel Herrera, un experto cabeceador, ni rozó la pelota tras el exquisito centro de Tsygankov desperdiciando la primera gran ocasión. Luego, Asprilla no rentabilizó el enorme espíritu defensivo de Arthur, capaz como había sido de rebañarle un balón a Isco.

Pero el disparo del joven colombiano fue despejado por Adrián, el meta del Betis. Llegaba y amenazaba el equipo de Míchel. Pero se quedaba solo en eso. Y el Betis, un equipo que otea la Champions, no está para perder el tiempo.

Isco se adelanta a Miguel para cabecear el 0-3 del Betis al Girona en la primera parte del duelo de Montilivi.

Isco se adelanta a Miguel para cabecear el 0-3 del Betis al Girona en la primera parte del duelo de Montilivi. / Efe / David Borrat

Una pérdida, una irresponsable pérdida de Tsygankov, desató al conjunto de Pellegrini que empezó de maravilla la primera mitad. Y la acabó todavía mejor. Ese balón que regaló el ucraniano acabó siendo un soberbio contragolpe andaluz sellado por Antony.

Pero lo peor aún estaba por llegar cuando Isco, sí ¡Isco!, firmaba de cabeza el 0-3 para enfado de Gazzaniga, a quien volvieron a dejar más que vendido sus compañeros.

Adrián, el portero del Betis, evita el cabezazo de Stuani, el capitán del Girona, en la segunda parte del duelo de Montilivi.

Adrián, el portero del Betis, evita el cabezazo de Stuani, el capitán del Girona, en la segunda parte del duelo de Montilivi. / Efe / David Borrat

Ese horrible inicio de la primera parte resumido en la falta de atención defensiva del córner de Johnny se agravó con el desastre de dos goles en tres minutos que provocó que Montilivi pitara a su equipo cuando enfilaba el camino del vestuario.

Portu y Stuani, la 'vieja guardia'

Recién iniciada la segunda mitad, y todavía bajo el descorazonador impacto del 0-3, el Girona sucumbió. Y fue, de nuevo, por su falta de contundencia, refugiado, una noche más, en la astucia de Stuani. Si no marca el capitán no marca nadie. Danjuma tiró a la basura una ocasión y Portu topó con el cuerpo de Adrián y los posteriores pies de Natan.

Johnny celebra su cabezazo, que le daba el 0-1 al Betis en Montilivi sobre el Girona en la primera parte.

Johnny celebra su cabezazo, que le daba el 0-1 al Betis en Montilivi sobre el Girona en la primera parte. / Efe / Siu Wu

El Betis, en cambio, no preguntaba. Llegaba al área del Girona y hacía siempre daño. Suerte tuvo de que Gazzaniga, con una doble parada (primero a Antony; luego a ‘Cucho’ Hernández), evitara el 0-4. 

Y Míchel, entretanto, iba retirando a jugadores que debían ser estructurales (Asprilla y Danjuma) para ponerse en manos de la ‘vieja guardia’ (Portu y Stuani), además de modificar, otra vez, su sistema táctico.

Abandonó el 4-3-3 y con la entrada de David López terminó jugando con una línea de tres centrales. No, no era para ganar o remontar ante el Betis sino, tal vez, para idear el plan que debe jugar el partido más importante de la temporada el próximo jueves en Butarque.

Así llegó el estéril gol de Stuani, el máximo goleador del equipo con siete tantos, mientras Míchel ni miró al banquillo para sacar a Miovski, el delantero que vino en el verano pasado para darle goles al Girona. Ni pisó Montilivi.