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Contra los tabúes: Olga Alexandrova, la gran maestra del ajedrez defiende el póker

Barcelona, capital del póker

Olga Alexandrova, ajedrecista y jugadora de póker, con piezas y cartas de ambos juegos.

Olga Alexandrova, ajedrecista y jugadora de póker, con piezas y cartas de ambos juegos. / Jordi Otix / EPC

Joan Domènech

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Barcelona
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Pocos juegos, o ninguno, tienen tanta mala fama como el póker. Un estigma que dura décadas y que se va transformando con el tiempo; en su origen, por el ambiente de lumpen, la asiduidad de las trampas y los trágicos desenlaces que podían producirse, tan recreados en las películas; ahora, por la lacra de la ludopatía y las adicciones. Siempre el dinero por medio.

Y no deja de ser el póker un juego de cartas, uno más de esa familia genérica de pasatiempos. Aunque mueve miles de millones, es cierto, se va despojando de ese cliché de ser un juego de fulleros malcarados y tramposos.

No habrá tahúres ni inmundicia ni oscuridad ni trampas ni armas ni, es de esperar, asesinatos en el Circuito Nacional de Póker Winamax que se va a celebrar en Barcelona la próxima semana. No es un congreso de vicio. Todo lo contrario: luz y claridad en una atmósfera de pulcritud, amateurs y profesionales que se dedican con la pretensión lógica y natural de ganar, sea a la butifarra, al mus o a la oca, en este caso la segunda etapa del circuito español.

Olga Alexandrova, ajedrecista y jugadora de póker.

Olga Alexandrova, ajedrecista y jugadora de póker. / Jordi Otix / EPC

Dos juegos analíticos

Tal vez ayude a transformar la mala imagen del póker el caso de Olga Alexandrova, campeona y emblema de un juego absolutamente distinto (o no tanto), acaso el más prestigioso: el ajedrez. Maestra internacional y Gran Maestra Femenina, participará en el torneo con la naturalidad de quien ve y proclama las similitudes entre el ajedrez y el póker. No podrá hacerlo esta vez su marido, con quien comparte profesión y afición: Miguel Illescas, multicampeón español de ajedrez y jugador de póker.

“Son dos juegos analíticos”, sostiene Alexandrova (Járkov, Ucrania, 28 de enero de 1978), pese a que el punto de partida es muy distinto: en el ajedrez solo hay un rival, están expuestas las fichas, colocadas en su correspondiente posición en el tablero, bien visible la trazabilidad que siguen; en la modalidad Texas Hold’Em de póker, el jugador solo ve sus dos cartas, y las cinco que irá descubriendo el croupier y con las que combinará su jugada. Él y los demás apostadores de la mesa, cada uno ocultando el par de naipes recibido al tiempo que van haciendo sus apuestas o renunciando a la partida.

Olga Alexandrova.

Olga Alexandrova. / Jordi Otix / EPC

Un 5% de mujeres

“En el póker también tienes que analizar mucho, igual que en el ajedrez: si yo hago esto, qué hace el otro, qué piensa él que yo haré… Hay mucha psicología. El conocimiento de tus rivales ayuda mucho; si uno es agresivo, si este es regular, si ese es joven… Les miras para ver si están nerviosos o no. A los principiantes se le nota enseguida si se dan cuenta de haber hecho una mala jugada”, explica Alexandrova que, como sus rivales, ha de ser capaz de convertir el engaño, la simulación, en un arte si se trata de aparentar un farol. Ya no se guardan ases en las mangas.

A ella no le asusta sentarse en una mesa de póker. Viene de un deporte en el que ha permanecido siete horas frente al tablero en una sola partida. “He llegado a estar 14 horas jugando, con descansos” en las de póker, que se van sucediendo con mayor rapidez. Ni le intimida tampoco ser mujer y sentarse ante el tapete rodeada de hombres.

Apenas se cuenta alrededor de un 5% de participación femenina en los torneos. La barcelonesa Leo Margets, exestudiante de empresariales y marketing, fue de las primeras en romper tabúes, sin reparos en proclamar que era jugadora profesional de póker. Alexandrova, 47 años, madre de dos hijas, no lo es por falta de tiempo.

Leo Margets, jugadora de póker.

Leo Margets, jugadora de póker. / Valentí Enrich

Habilidades personales

Las instrucciones son sencillas en ambas disciplinas, pero el aprendizaje las complica exponencialmente. “Para jugar bien tienes que echar muchas horas. Cuanto más aprendes, más te das cuenta de que no sabes nada”, dice Alexandrova, con conocimiento de causa.

“Adrián, uno de los mejores jugadores de la historia [Adrián Mateos], emplea entre siete y ocho horas diarias”, comenta. Preparadores físicos y nutricionistas empiezan a incorporarse a los grupos de trabajo por la exigencia de desarrollar múltiples habilidades personales: habilidad, introspección, cálculo, autocontrol…

El ordenador y las partidas online han facilitado ese aprendizaje individual que requiere una constante toma de decisiones. Con la interferencia del azar. “En el póker, por muy principiante que seas, puedes ganar. En el ajedrez es casi imposible porque en el ajedrez no existe la suerte. A mí me gusta ese porcentaje de suerte que influye”, reconoce la exajedrecista, que hace diez años abandonó los peones y los alfiles tras un episodio de arritmias.

“En el póker, por muy principiante que seas, puedes ganar. En el ajedrez es casi imposible porque en el ajedrez no existe la suerte"

Olga Alexandrova

— Gran Maestra de ajedrez

Olga Alexandrova, frente a un tablero de ajedrez, esta semana en Barcelona.

Olga Alexandrova, frente a un tablero de ajedrez, esta semana en Barcelona. / Jordi Otix / EPC

La fuente de estrés

“Me pasó en Noruega, en las Olimpiadas de 2014, donde había una amenaza terrorista en aquel momento. Era la última ronda. En medio de una partida, de pronto alguien empezó a gritar 'attack, attack'. La gente se levantaba de las sillas, dejando las partidas y echándose a correr. Y resulta que era un 'heart attack', un ataque al corazón que sufrió un señor mayor. Murió. Decidí que mi último torneo sería aquí, en el campeonato de Catalunya por equipos, que ganamos en 2015”.

Los médicos le aconsejaron que se apartara “de la fuente de estrés si deseaba vivir tranquila”, y esa fuente era el ajedrez. Diez años después, se sentará a la mesa con el mismo espíritu que la ha guiado: “Jugar a las cartas, en general, es algo muy positivo”.

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