Barcelona - Betis (1-1)
El Barça más terrenal se lleva un chasco contra un gran Betis
El equipo de Flick, con Pedri desesperado y Lamine agotado, se estrella con el plan defensivo de Pellegrini y, pese a aumentar a cuatro puntos su ventaja con el Real Madrid, desaprovecha una formidable oportunidad

Lamine Yamal, tendido sobre el césped de Montjuïc. / Ap


Francisco Cabezas
Francisco CabezasJefe de Deportes de EL PERIÓDICO
Francisco Cabezas es jefe de la sección de Deportes de El Periódico desde junio de 2023. Antes, trabajó en el diario El Mundo, donde fue cronista de los partidos del Fútbol Club Barcelona desde 2004. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha sido enviado especial en los Juegos Olímpicos de París 2024, el Mundial de Fútbol de Qatar (2022) y el Mundial de Fútbol de Rusia (2018). Además, ha cubierto tres Eurocopas (Polonia y Ucrania 2012, Francia 2016, multisede con final en Londres en 2020) y cinco finales de Champions (París 2006, Roma 2009, Londres 2011, Berlín 2015 y Estambul 2023). Ha cubierto también grandes eventos de otras disciplinas como los Mundiales de Natación de 2013 en Barcelona o el Mundial de Baloncesto de 2014 en España.
En 2017 fue galardonado con el premio al mejor trabajo periodístico del año por la revista Panenka.
Profesor de Periodismo Deportivo en la Universitat Pompeu Fabra-BSM.
Colabora con las emisoras de radio RAC1 y Onda Cero.
En junio de 2022 publicó su primera novela, ‘Perder’ (Panenka).
Pedri estaba harto. Gesticulaba, pedía explicaciones a sus compañeros, abría los brazos y preguntaba a quien pasara por su lado qué demonios estaba pasando. Lewandowski, que poco aportó, lo miraba desde otra dimensión. Mientras, Lamine Yamal tiraba a la nada un pase que parecía sencillo y escondía la cara bajo la camiseta. Manuel Pellegrini podía ofrecer respuestas convincentes al porqué de semejante frustración. Al porqué de un Barça de repente terrenal, incapaz de aprovechar del todo la derrota del Real Madrid contra el Valencia. Aumentaron los azulgranas hasta los cuatro puntos su distancia con los de Ancelotti, pero quizá perdieran una buena oportunidad para decir adiós a su gran rival.
El técnico chileno del Betis basó su plan de partido en corromper la circulación del Barcelona. Podía el equipo azulgrana tener el balón, eso se presuponía, pero en ningún caso debía darle sentido al cuero. Lo logró Pellegrini a partir de una alineación parida precisamente para ello, por mucho que tuviera que sacrificar de inicio a su 'wonderboy' Jesús Rodríguez. Una decisión comprometida y poco popular. Aunque Pellegrini, a sus 71 años y siempre con ese porte imperturbable, está ya de vuelta de todo. Sancionado Isco, su gran timonel, tuvo sentido recargar la zona ancha y que Lo Celso tuviera como compañero a Altimira, pero sobre todo a Fornals, más interior que extremo mentiroso. Todo para ofrecer aún más espacio al correcaminos Antony, al que Balde tenía que mirar de reojo y confiar en que Cubarsí se multiplicara para detenerlo.
La cercanía de la Champions
Los reajustes de Flick, en cambio, tuvieron más que ver con la cercanía de la ida de cuartos de la Champions frente al Dortmund que con el partido en sí. Frente a un Betis en plena buenaventura, podía ser peligroso. Intenta el técnico alemán gestionar como puede esfuerzos y molestias varias. Raphinha, que ya volvió algo dolorido del parón internacional, se quedó en el banco hasta el último tramo tras su titularidad en el Metropolitano. Su lugar lo ocupó Ferran Torres, que ejerció de mediapunta.
Gavi, el mejor azulgrana en la fría noche, pletórico y ejecutor en el gol inaugural tras una gran asistencia de Ferran al primer toque, había recuperado su sitio en la zona ancha. Preocupó la ausencia por una «pequeña lesión fibrilar en el glúteo» de Iñigo Martínez. No quiere forzar más de lo debido Flick a un central capital para su esquema con todo lo que viene. Pero con Araujo y sus extrañas desconexiones, nunca se sabe.
Fue el central uruguayo el encargado de la marca de Natan en el 1-1 tras un saque de esquina. Araujo le sujetó desde atrás. Ni siquiera miró dónde estaba el balón, pese a que podía haber tenido ventaja. Pero se quedó a la espalda y Natan, tan pancho, remató a unos pocos palmos de Szczesny. El meta polaco sólo tuvo tiempo de girar el cuello para ver que el balón le había pasado por encima de su cabeza.
Embudo
El Barça se obcecaba en pasar por el embudo al ver que Balde no podía con Ruibal en la orilla y que Lamine Yamal, controlado por Perraud, parecía comenzar a pagar tanta tralla.

Gavi y Diego Llorente se llevan por delante al árbitro Gil Manzano. / Afp
Pellegrini jugaba al palo y la zanahoria con Flick, intimidación con Chimy y granito con Carvalho. Y el alemán respondía echando mano de Raphinha y de Eric. Tal era el desasosiego que incluso se puso a calentar Ansu Fati, desterrado desde hace semanas. Adrián sacó una buena mano a Koundé, y los azulgranas, sin el desborde de Lamine y con Pedri ya en el banco, se rindieron al empate ante un Bartra titánico.
En mayo de 2007, un brasileño apellidado Sobis arrancó un 1-1 al Barça de Rijkaard y Ronaldinho en el Camp Nou que aún recuerdan los béticos y que todavía provoca alguna pesadilla a los hinchas azulgranas que peinan canas. Qué circular es el fútbol.
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