LA PIZARRA

Las claves tácticas del Barça-Osasuna: Balde, el lateral-extremo que asiste

La crónica: La felicidad incompleta de un gran Barça (3-0)

La contracrónica: Olmo paga el peaje del partido maldito

El problema: Dani Olmo marca de penalti el 2-0 y se marcha lesionado

Ferran Torres y Balde miran a la cámara de televisión tras el 1-0 del Barça a Osasuna en Montjuïc.

Ferran Torres y Balde miran a la cámara de televisión tras el 1-0 del Barça a Osasuna en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Marcos López

Marcos López

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Y, de repente, Hansi Flick modificó su dibujo táctico para reunir a cuatro centrocampistas: Frenkie de Jong, Dani Olmo, Gavi y Pedri. Pero le duró media hora su idea, aunque no modificó el plan ni con la lesión del exjugador del Leipzig porque recurrió a Fermín. Y en medio de tanta futbolista con toque emergió la figura de Alejandro Balde. Antes era lateral; ahora es lateral, interior y extremo.

Ferran Torres abraza a Balde, que le dio la asistencia del 1-0 del Barça a Osasuna en Montjuïc.

Ferran Torres abraza a Balde, que le dio la asistencia del 1-0 del Barça a Osasuna en Montjuïc. / Jordi Cotrina

No estaba Raphinha, pero sí Balde. No había extremo puro. Gavi no lo es. Pero eso no supuso un problema para el asimétrico Barça dibujado por Flick, quien le concedió toda esa banda izquierda al lateral. Y tuvo un impacto inmediato, no solo por la precisa asistencia en el 1-0 de Ferran sino porque conectó a distancia con Frenkie de Jong, mientras Gavi revoloteaba por esa zona. Acabada la primera mitad, Balde solo había fallado un pase, prueba de su fiabilidad. Se ha hecho adulto

Ferran Torres besa mirando a la cámara festejando el 1-0 del Barça a Osasuna en Montjuïc.

Ferran Torres besa mirando a la cámara festejando el 1-0 del Barça a Osasuna en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Está enrachado. Todo lo que toca acaba en gol. O casi. Es, en teoría, y en la práctica, el delantero centro del Barça. Ferran Torres completó un partido prácticamente perfecto, siendo el autor del 1-0, interesante resultó su combinación previa con Frenkie de Jong antes de atacar el área navarra con tal voracidad que se adelantó a toda la defensa de Osasuna haciendo del centro de Balde todo un tesoro. Suma ya 14 goles, ocho en la Liga, dejando, además, en la primera mitad un soberbio lanzamiento de falta directa, escupida por el larguero. Montjuïc despidió a Ferran Torres puesto en pie cuando entraba Lewandowski.

Pedri inicia una jugada de ataque en el Barça-Osasuna en Montjuïc.

Pedri inicia una jugada de ataque en el Barça-Osasuna en Montjuïc. / Jordi Cotrina

No se entiende al Barça de Flick sin Pedri. Lo juega todo. No descansa nunca. Da igual que haya sido capital con la selección española en el doble duelo contra Países Bajos. Y ante Osasuna se volvió a ver la mejor versión del centrocampista canario, quien se ha convertido en el verdadero líder de la Liga. Juega con maestría, se asoma al área contraria tras recogerla en la propia.

Y además se inventa pases como ese, preciso y bello, con el que dejó a Dani Olmo en el área, forzando el penalti de Herrera. Luego, con el cambio de Frenkie de Jong, quedó Gavi como improvisado medio centro. Se marchó el neerlandés y se instaló ahí en ese rol el andaluz, quien heredó el brazalete de capitán que le legó su amigo Pedri.

Szczesny se dispone a atrapar el balón durante el Barça-Osasuna en Montjuïc.

Szczesny se dispone a atrapar el balón durante el Barça-Osasuna en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Está tan cómodo y feliz en el Barça que disfruta hasta jugando con los pies. En la primera parte, y ante la presión de dos jugadores de Osasuna, Szczesny se inventóun regate, tal si estuviera disfrazado de extremo. No tuvo vértigo alguno, a pesar de que estaba dentro del área pequeña. Salió de ese laberinto con naturalidad y sencillez provocando un murmullo de admiración entre la afición azulgrana.

Había 42.319 aficionados en Montjuïc en un día tan inusual. Un jueves de Liga. Y TEK continúa con su racha. No ha perdido ni un solo partido desde que se puso bajo los palos del Barça. Son 15 victorias y dos empates. Y otra portería a cero, son ocho. Se coreó su nombre tras ese arriesgado y, a la vez, mágico regate.