La ronda catalana
Ayuso toma el mando de la Volta en La Molina
El ciclista español derrota a Roglic en un vibrante duelo y anota el primer triunfo local desde 2018, después de cinco ediciones de total dominio extranjero en la ronda catalana que este jueves asciende a Montserrat.

Juan Ayuso, izquierda, derrota a Primoz Roglic en la cima de La Molina. / LA VOLTA


Sergi López-Egea
Sergi López-EgeaPeriodista
Periodista especializado en ciclismo desde 1990. He seguido regularmente el Tour como enviado especial desde 1991 al igual que la Vuelta, varias ediciones del Giro, la Volta y Mundiales de la especialidad. Autor de los libros 'Locos por el Tour' (con Carlos Arribas y Gabriel Pernau, RBA), 'Cumbres de leyenda' (con Carlos Arribas, RBA y reedición en Cultura Ciclista), 'Cuentos del Tour', 'Cuentos del pelotón', 'Cuentos del equipo Cofidis' y 'El Tourmalet', todos ellos de Cultura Ciclista.
Juan Ayuso estaba pletórico en la cima de La Molina. Había sido sólo un suspiro de ‘foto-finish’ ante Primoz Roglic, pero lanzaba la bici sobre la nieve de la estación de esquí y se abrazaba con Paco Lluna, su masajista. Victoria y liderato. Pero no era un triunfo cualquiera, más allá del logrado en la tercera etapa de la Volta, porque había batido a Roglic y era una señal, una prueba de que está fuerte, de que lo gana todo esta temporada y que es ya es un referencia en el ciclismo mundial.
Ayuso lidera la Volta y este jueves subirá a Montserrat vestido con el jersey verdiblanco que identifica al líder de la carrera. No era La Molina un escenario para ofensivas lejanas porque el puerto es como un tobogán, aprieta, pero relaja, y encima con el viento fresco que frenaba cualquier tentativa en solitario, atacar desde lejos era una locura. En La Molina, es lo que hizo Ayuso, la batalla empieza en el último kilómetro. Y Juan lo sabía porque así lo había hecho, por ejemplo, Alejandro Valverde, en 2018, en la última victoria española no sólo aquí en los Pirineos sino en la clasificación general.
Para ganar en La Molina había que pasar por La Masella camuflado, que fueran otros los que guiasen el pelotón. Unas veces era Pablo Torres, una maravilla de corredor madrileño, fichado por el UAE, de sólo 19 años, pero que va para estrella, uno más en la cantera inagotable del conjunto árabe. Otras, Marc Soler, que tapaba y a la vez atacaba cuando algún ciclista de calidad, como Sepp Kuss, levantaba el brazo y mostraba las intenciones de atacar y llevarse el triunfo de etapa.
Con paciencia
Ayuso aguardaba sereno y sabedor de que esta temporada está siendo fantástica para él. Lo está ganando todo. Lleva ya cinco triunfos con el de La Molina. Uno de ellos, nada menos, que la victoria absoluta en la Tirreno-Adriático, la carrera que se colocó en el zurrón antes de venir a la Volta y camino de esta preparación hacia el Giro donde ya se está convirtiendo poco a poco en favorito. Porque en Italia se encontrará también con Roglic, el mismo que en La Molina se llevó un aviso, una muestra de que no lo tendrá fácil, pese a que pueda ganar, tanto en la Volta como en el Giro.

La cuarta etapa. / LA VOLTA
Corría el viento, el que cortaba la cara, el que te obliga a abrigarte como si estuvieses en invierno en vez de primavera, con el sol que parece que ya se convertirá a partir de ahora en otro ciclista de la Volta. Y subía Ayuso frenándose, aguardando la señal de Soler, que iba unos segundillos por delante controlándole la situación. No había que precipitarse, tranquilo, que queda poco, apenas medio kilómetro.
Roglic se mueve
En eso se movió Roglic y ya había que reaccionar, que el grano va caro, que no podía permitirse, en el primer asalto de importancia de la carrera, caer derrotado ante el astro esloveno. Fue un combate de titanes, quién ganaba, quién sería el más fuerte. Ayuso salió por la derecha. Roglic trató de cerrarlo, pero el corredor español encontró un hueco, una libertad de verdad, hacia la victoria. Roglic no se entregaba, que por algo es uno de los seis grandes de este deporte. Ayuso necesitó un esfuerzo más, otra pedalada de magia para ganar por unos pocos centímetros, apuntarse los 10 segundos de bonificación y convertirse en el líder de la Volta.
Desde Valverde, desde 2018, ningún ciclista local había ganado ni una etapa de la Volta. Todo eran victorias extranjeras, de todas las nacionalidades. Y, por supuesto, tampoco se había puesto un corredor español al frente de la general. Muchas novedades, enormes alegrías en La Molina, en la Volta del cambio, en la ronda catalana que Ayuso quiere ganar. Por ahora, ya le ha mostrado la candidatura a Roglic. Y a todo esto, Mikel Landa, tercero de la general. Un bello día de ciclismo.