Andá p'allá, bobo
Yo entiendo a Illa, que es 'perico', ¡que se apañen los del Barça!

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas / ·


Emilio Pérez de Rozas
Emilio Pérez de RozasPeriodista
Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB. Hijo de Carlos Pérez de Rozas, sobrino de Kike y Manolo Pérez de Rozas, integrantes de una auténtica saga de fotoperiodistas. Trabajó en Diario de Barcelona, fundador de El Periódico de Catalunya en 1978 también formó parte de la redacción en Catalunya del diario El País. Colaborador del diario deportivo Sport y vinculado al departamento de Deportes de la cadena COPE, que dirige Paco González. Emilio suele completar muchas de sus informaciones con sus propias fotos, en recuerdo a lo aprendido junto a su padre y tíos.
Yo lo entiendo. Lo entiendo perfectamente. Lo que no entiendo es que ellos lo entiendan. Si tú gobiernas Catalunya, si tú eres una persona importante (ya no sé qué es ser una persona importante en Catalunya), si tú has participado en la creación de lo que era la imagen (casi) perfecta, emprendedora, moderna, europea, eficaz, aquella que ofrecimos en los Juegos Olímpicos, la cima de nuestra perfección, de nuestra eficacia y, sobre todo, de nuestra honradez (cero escándalos alrededor de los JJOO del 92), si tú viajas llevando en la solapa de tu chaqueta, cazadora o mochila la versión más chula de ‘made in Catalunya’, no deberías tolerar lo que está sucediendo en el FC Barcelona que es, era, uno de los buques insignia de esa imagen (casi) idílica de la Catalunya más guapa.
Me consta, lo sé, conozco los comentarios, no puedo reproducirlos, que en la reciente firma del nuevo acuerdo para la renovación del Gran Premio de Catalunya de motociclismo, los altísimos y agradecidos políticos catalanes que estaban en la firma y hasta el presidente Salvador Illa expresaron su inquietud y preocupación por todo lo que estaba saliendo del Barça y, sobre todo, por el oscurantismo y sospecha que rodea todas sus decisiones, contratos y confidencialidades. Pero, claro, Illa es ‘perico’ y solo le falta salir al paso de esas sospechas.
Repito, yo ignoro quién debería meterle mano a semejantes escándalos, pero permitir que todo el mundo sospeche del ‘més que un club’, empieza a convertir al Barça, una de las instituciones que, dicen, mejor representan a Catalunya, en la burla, en el meme, en el hazmerreír del mundo entero.

Joan Laporta y su séquito. / EL PERIÓDICO
No solo no cuentan la verdad, sino que divulgan la mentira. Ellos prefieren no contar nada a los dueños del club, al ‘soci’, al que tienen entretenido con Hansi Flick y sus victorias, el resto, incluidas las secciones, cada vez más deprimidas, les da igual. Todo lo que han descubierto los medios, todo, les es indiferente. Ellos creen que nada va a forzarles a la dimisión, a irse.
Cambiaron el Código Ético del club para meter a sus familiares y amigos. Han llegado a proponer pagar deudas ajenas con dinero del Barça. Han hecho transferencias a Chipre por un millón de euros sin saber o, peor, sabiendo a quién se las mandaban. Han concedido negocios a un moldavo que no conoce nadie y que no sabe nada de ese negocio, nada. Han admitido un dineral de un proveedor para poder pagar los intereses de su aval para poder ser directivos.
Han llegado a camuflar a su economista de cabecera, ‘el chaquetas’, en la asamblea de compromisarios para que les convenza, con artimañas de profesor de Columbia, para que den su apoyo a Laporta, con quien aparece implicado en la desaparición del Reus Deportivo. En serio, han hecho de todo y los medios solo hemos descubierto y denunciado la punta de este iceberg, que demuestra que todos ellos, todos, algunos sin trabajo reconocido, han venido a servirse del Barça.
El mundo y Catalunya, claro, están tan preocupados por las barbaridades que pueden hacer, que están haciendo, Donald Trump, Elon Musk y Benjamin Netanyahu, que los escándalos del Barça de Laporta&Cia son poco importantes, aunque dañen la imagen de todo un país
Han traicionado todo lo que dijeron en años anteriores y mentido sobre sus planes de campaña. Ahora les encantan los países ricos, especialmente Catar, Dubai y Arabia Saudí. Bueno, lo que les encanta es el dinero, cuando más mejor y cuanto más fácil llegue, mejor.
Han cambiado concursos para que los ganen los suyos, han perdonado deudas para que no se enfaden los amigos, han creado intermediarios y conseguidores para darles comisiones millonarias, han ocultado todas, todas, las condiciones de los contratos firmados, han engañado a la Federación, a LaLiga, al Gobierno y al CSD.
Ellos viven así y, como el mundo, normal, está más pendiente de Donald Trump, Elon Musk, Volodimir Zelenski y Benjamin Netanyahu, ellos sobreviven sabedores de que la tormenta perfecta no llegará nunca, porque jamás encontraremos el papel adecuado.
Yo entiendo a Salvador Illa y a todos los señores de esta Catalunya que se avergüenza de este presidente y de la junta del Barça, pues tienen otras cosas más importantes de las que cuidarse. Por ejemplo, los trenes. Es muy probable que piensen que, si ya les parece bien a los socios, a los dueños del club, por qué deben meterse en ese lodazal. Que se apañen. De entrar, ni siquiera se lo agradecerían.
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