LAS REACCIONES
Flick proclama su felicidad y su orgullo: "Un 2-4 aqui es enorme"
La crónica: El Barça culmina una rebelión de campeonato ante un Atlético que se desintegra
La contracrónica: Donde las dan, las toman
Las claves del Atlético-Barça: Lewandowski y Ferran, los 'nueves' de la tormenta

Hansi Flick da instrucciones a sus jugadores durante el duelo contra el Atlético en el Metropolitano. / Afp


Joan Domènech
Joan DomènechPeriodista
Periodista. Título de Entrenador de fútbol nivel A. Deportista vocacional. Tras retirarme como futbolista, empecé a trabajar en Mundo Deportivo (12 años, 1988-2000). He asistido a cuatro Mundiales y cuatro Eurocopas. Coautor de varios libros. Miembro del colectivo ‘Periodistes Solidaris’ y 'Amics de Johan'.
"Es que son muy buenos", musitó Diego Pablo Simeone, rendido ante el Barça. Sin una excusa, sin una justificación. El Atlético tenía un 2-0 a favor en el minuto 70 en su propia casa, y acabó sucumbiendo por 2-4 cuando De Burgos Bengoetxea, el árbitro, que cumplía 39 años, pitaba el final en el minuto 99. El Barça le había pagado con la misma moneda con que su equipo arrancó el triunfo en la Liga con un gol de Sorloth en el minuto 97 (1-2) y sobrevivía con un empate a 4-4 con dos goles en los minutos 84 y 88.
"Es increíble, es increíble", repitió varias veces Hansi Flick, que se quedaba sin palabras, en blanco, por la gesta que acababan de perpetrar sus muchachos. "Unbelievable, unbelievable", decía en cada respuesta, tan sorprendido como emociohado. No es muy común remontar un 2-0 en contra en el minuto 70 ante ningún rival, menos al Atlético, imbatible con esa renta desde 2007, en 662 partidos.

Simeone y Flick se abrazan antes del Atlético-Barça en el Metropolitano. / Afp / Javier Soriano
Felicidad y orgullo
"Un 2-4 aquí es enorme", dijo, tras apuntarse otra victoria de prestigio, del calibre del 0-4 del Bernabéu, el 4-1 al Bayern, el 25 de la Supercopa, incluso el 4-5 de Lisboa, en otra situación agónica que sus muchachos superaron. Tan sensible estaba el técnico alemán, poco dado a la expresividad, que en la sala de prensa subrayó "lo feliz y orgulloso que estoy de estos jugadores".
"Somos un gran club, formamos una gran familia y hay un gran ambiente y eso significa mucho para mi. Es fantástico lo que siento como entrenador. Amo trabajar para este club, con este staff, con estos jugadores y ver cómo están conectados entre ellos", explicó, dando a entender que el grupo remontó más por voluntad que por fútbol. "Nunca se rindieron, nunca se rinden", añadió, recordando anteriores episodios, tal vez el de Lisboa.
"Somos un gran club, formamos una gran familia y hay un gran ambiente y eso significa mucho para mi. Es fantástico lo que siento como entrenador. Amo trabajar para este club, con este staff, con estos jugadores y ver cómo están conectados entre ellos"

Los jugadores del FC Barcelona celebran el cuarto gol de su equipo. / Ballesteros / EFE
Faltaba algo
No era la primera vez que pronunciaba palabras semejantes. Flick, en cambio, destacó que sus hombres superaran la herida de los dos goles cuando el Barça había dispuesto de alguna ocasión para marcar; por ejemplo, dos tiros de Lamine Yamal y Lewandowski que repelieron los postes. El 1-0 al descanso certificaba que "al equipo le faltaba algo", y el técnico lo detectó.
"Cometimos errores en los tantos del Atlético", admitió, sin concretar que en ambos casos fue Iñigo Martínez quien rompía la línea del fuera de juego. El central lo compensó con el centro a Lewanodwski del 1-2, inmediatamente después del gol de Sorloth. Muy protestado por los azulgranas por una clara mano rojiblanca que De Burgos Bengoextea no vio.

Raphael Dias, Raphinha', agotado al final del encuentro. / AFP7 vía Europa Press / AFP7 vía Europa Press
"Ir dos goles por detrás y marcar cuatro goles en 20 minutos demuestra que el equipo cree en lo que hace y la confianza que tiene"
"Ir dos goles por detrás y marcar cuatro goles en 20 minutos demuestra que el equipo cree en lo que hace y la confianza que tiene", explicó Flick. La euforia no empujó a Flick a levantar la voz ni a mostrarse más optimista cuando le mencionaron la palabra títulos. "Queda un largo camino aún", dijo, aunque reconoció que los del Metropolitano "son tres grandes puntos". Por la remontada, por aventajar a uno de los dos rivales y por recuperar el liderato por encima del otro, el Real Madrid, que ya se relamía con conservar la privilegiada plaza las dos semanas del parón liguero.
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