RUGBY

Crónica reposada del Seis Naciones (4ª jornada): Dupont, ¿víctima o accidente?

El medio melé sufrió una rotura de ligamentos cruzados en un ruck limpiado peligrosamente por los irlandeses en el partido que Francia ganó con suficiencia en Dublín

Antoine Dupont se retira lesionado del partido entre Francia e Irlanda en Dublín

Antoine Dupont se retira lesionado del partido entre Francia e Irlanda en Dublín / France Rugby

Fermín de la Calle

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El fin de semana centró las miradas en el Irlanda-Francia, un partido en el que ocurrieron dos cosas muy noticiables. La primera, la victoria solvente de los galos en Dublín descorchando el champagne el día más oportuno. Pese a apostar por un plan de partido con siete delanteros en el banquillo, la realidad es que los de Galthie alejaron la pelota de los puntos de contacto y allí Bielle-Biarrey, Peanud y Dupont se pusieron las botas. Los tres cuartos franceses descosieron a la línea irlandesa, muy pobre con balón y más deficiente aún sin él. 

Irlanda-Francia

La segunda, la lesión de Dupont, que se ha roto los cruzados y se despide de la temporada tras ser arrollado por Tadhg Beirne en el ruck, sobre el que cargó su compañero Porter. La rodilla del 9 francés se tronchó tras la peligrosa maniobra de los delanteros del trébol, que se lanzaron a la abierta desde arriba hacia abajo en una jugada descontrolada que se llevó por delante a la estrella de Francia. Galthie, seleccionador francés, pidió que fueran citados los dos jugadores irlandeses, pero primó la decisión del árbitro, el australiano Angus Gardner, que entendió que el lance fue un accidente. Exactamente igual que el seleccionador de Irlanda, Simon Easterby: "Es un accidente en el que Tadhg limpia a alguien que está delante de Dupont y él se lleva el golpe. Puede pasar". 

El problema es que los rucks se han convertido en ruletas rusas porque jugadores de más de cien kilos entran como aviones y se lanzan de cabeza, con la peligrosidad que eso conlleva. El reglamento, que insiste mucho a la hora de preocuparse por la seguridad de los jugadores, no es aplicado en las abiertas, donde nadie trabaja sobre los pies. David Campese, el legendario 'Caballo', el mito del rugby australiano, fue de los más punzantes: "En ningún momento Beirne ni Porter hicieron nada para mantenerse en pie. Los entrenadores a menudo hablan de la forma legal de entrar en ruck como si fuera un avión despegando en lugar de un avión aterrizando y, si miras la repetición, los dos irlandeses entraron como si fueran 747 acercándose a una pista corta con el motor en reversa activado. Claramente entraron a despejar de manera imprudente. No hay duda de que la acción fue ilegal y totalmente imprudente. Seamos honestos, Irlanda tiene experiencia en esto. Durante años han llevado el caos de las abiertas mucho más allá de lo aceptable o seguro. Basta con preguntarle a Malcolm Marx, víctima de un incidente similar y posiblemente incluso peor en el verano con Sudáfrica contra Irlanda. Vimos a Josh van der Flier volar hacia un ruck en la Champions de la EPCR, chocar cabezas con uno de los pilares del equipo contrario y luego tener la temeridad de hacerse la víctima ante el árbitro. Así que no me creo la inocencia irlandesa en este caso simplemente por la cantidad de antecedentes, probados o no, que tienen".

La única realidad es que los rucks se han convertido en trampas para los jugadores, donde el primero en llegar gana la posición y peligra ante la tendencia generalizada de los rivales de tirarse de cabeza para limpiar los rucks y dejar la pelota en juego. Dupont se pierde lo que resta de temporada y no podrá estar en París para ganar a Escocia y hacerse con el Seis Naciones, algo que pasará el próximo sábado si no ocurre nada raro. Del partido de Dublín se pueden sacar muchas conclusiones, pero la más clara es que Irlanda confirmó los síntomas inquietantes que había ofrecido ante Inglaterra y Gales. Su delantera ha perdido potencia y su línea no tiene rugby en las manos. Y no es culpa solo de Prendergast, al que superó el partido. En el bando francés Lucu confirmó todo su oficio sacando el juego lejos de los gordos del trébol y allí deslumbró un jugador que está en otra dimensión, Bielle-Biarrey, el nuevo enfant terrible del rugby galo. 

Escocia-Gales

En los otros partidos, Escocia ganó a Gales en un partido del que, sin embargo, salieron con mejores sensaciones los jóvenes dragones que los decepcionantes escoceses. Los el cardo, que convencían al descanso (28-8), se dejaron llevar en la segunda parte encajando un parcial de (7-21), lo que colocó el marcador final en un sufrido (35-29). Los caledonios se limitaron a aprovechar los groseros errores defensivos de sus primos celtas en la primera mitad, pero tras la reanudación Sherratt puso a la chavalada y el orgullo permitió a los visitantes lograr posados por medio de Ben Thomas, Teddy Williams y Llewellyn. Les faltó un poco más de tiempo, pero los dragones sacaron al menos su amor propio. Los silbidos de Murrayfield a los de Townsend retratan el papel de esta Escocia de la que se esperaba mucho y vuelve a decepcionar. Gales, abierta en canal tras la marcha de Gatland a mitad de torneo, vive un cambio generacional que veremos quién lidera finalmente en el banquillo, porque el seleccionador interino tenía planeado volverse a Cardiff. 

Inglaterra-Italia

El domingo ofreció una victoria de esta Inglaterra previsible que volvió a sacar músculo delante de una Italia reconocible. Los de la Rosa se miraron en el espejo y se encontraron a una selección que jugaba a lo mismo. Ninguno quería que se jugase en su campo y los dos pusieron por delante sus delanteras para tratar de generar ventajas que sus tres cuartos rentabilizaran. Los azzurri plantaron cara en la primera mitad, en la que Capuozzo, el Bielle-Biarrey italiano, retrató la debilidad defensiva de la línea inglesa. El ala de Toulouse posó un ensayo y fabricó otro para equilibrar los de Willis y Freeman. El (21-17) al descanso confirmaba el avance de Italia y la mediocridad de una Inglaterra que en la segunda parte rompió a jugar y desnudó la fragilidad defensiva visitante posando cuatro ensayos más y dejando el marcador en un holgado (47-24). Borthwick, que tiene a su selección segunda en la tabla, salvará con honores un torneo que despedirán en Cardiff en el que la mejor noticia es que ha descubierto una bisagra ilusionante con los chicos de Northampton (Mitchell-Fin Smith). Italia progresa adecuadamente y se despedirá en Roma ante una Irlanda en shock tras la derrota con Francia. 

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