EL ANÁLISIS

Las claves del Barça-Atlético: Un festival de los de antes, pero sin Romario ni Messi

Pau Cubarsí, que marcó el 2-2 a la salida de un córner, felicita a Iñigo Martínez, autor del 3-2 al Atlético, también tras otro saque de esquina lanzado por Raphinha.

Pau Cubarsí, que marcó el 2-2 a la salida de un córner, felicita a Iñigo Martínez, autor del 3-2 al Atlético, también tras otro saque de esquina lanzado por Raphinha. / Jordi Cotrina

Joan Domènech

Joan Domènech

Barcelona
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El Atlético ejecutó al Barça en la Liga con el 1-2 en el minuto 96 y neutralizó la derrota en el 93 (4-4) en un formidable partido que recuperó el espíritu de los viejos duelos entre Barça y Atlético y que interrumpió Diego Simeone con su racanería. Como aquellos que sublimaron Romario o Messi y al que se sumaron Robert Lewandowski y Alexander Sorloth. Entraron al mismo tiempo y anotaron el cuarto tanto de cada equipo. Un 4-4 que se suma a la lista de los episodios formidables (4-3, 3-.4, 5-2, 6-0, el célebre 5-4…) que brindaron en el pasado. Hubo goles del primer minuto al último.

El gol de Julián Álvarez, que significaba el 0-1 del Atlético al Barça en Montjuïc.

El gol de Julián Álvarez, que significaba el 0-1 del Atlético al Barça en Montjuïc. / Jordi Cotrina

47 segundos

Solo Szczesny, entre los azulgranas, tocó el balón antes que el Barça encajara el primer gol. Y fue para evitar que llegara a los 22 segundos. Simplemente lo aplazó unos instantes. Llegó a los 47 segundos. Invirtió más tiempo el Atlético en los festejos que en la fabricación de ese tanto que insinuaba una catástrofe de la que hubo pruebas fehacientes con el 0-2 a los 6 minutos.

El partido lo jugaban Griezmann y Julián Álvarez, ni rastro de los demás, tal que hubieran salido únicamente ellos al campo. Ellos y Szczesny.

Julián Álvarez celebra su gol, el 0-1 del Atlético al Barça en Montjuïc.

Julián Álvarez celebra su gol, el 0-1 del Atlético al Barça en Montjuïc. / Jordi Cotrina

La redención de los culpables

Pero no. Aparecieron 22 jugadores en el campo, y la remontada la empezaron a gestar dos de los responsables de los goles rojiblancos. Koundé, que había dado el pésimo pase que interceptó Julián para el 0-2, dio uno maravilloso en la otra área a Pedri, que había perdido el marcaje de Julián en el 0-1.

Quedaron con el ánimo en paz, sin sentimiento de culpa. Y mucho menos cuando, 99 segundos después, el partido volvía al punto de partida con el 2-2. Empezaba el partido de ida de la semifinales de la Copa del Rey. Iba a durar 70 minutos.

Pau Cubarsí besa el escudo del Barça tras marcar su primer gol con el primer equipo, el 2-2 al Atlético en Montjuïc.

Pau Cubarsí besa el escudo del Barça tras marcar su primer gol con el primer equipo, el 2-2 al Atlético en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Dos córners, dos centrales

El primer gol encajado llegó con un córner preparado. La furiosa respuesta del Barça fue rápida y contundente. Como el tahúr que no se arruga cuando está al límite, el Barça se sacó de la manga dos goles de córner. De sus dos centrales. De sus dos centrales. Del aprendiz y del veterano. De Cubarsí -el primero que se apunta con el primer equipo, el primero desde que llegó al Barça- y de Iñigo Martínez, que celebraba el tercero de la tenporada. Los anteriores fueron en la Champions.

Iñigo Martínez, con su característica celebración tras anotar el 3-2.

Iñigo Martínez, con su característica celebración tras anotar el 3-2. / Jordi Cotrina

La diferencia de la Copa

Debió maldecir Ferran Torres esa jugada. Pocos goles tan fáciles se le presentan a un delantero centro: sobre la línea y sin portero. Él había jugado los 68 minutos anteriores, tal que la Copa fuera su territorio. Lo es más que de Lewandowski, que había intervenido apenas en Barbastro con dos goles y añadió otro al aparecer en la segunda mitad. Con él entró Sorloth.

Ferran Torres no logra aprovechar una gran ocasión en la primera parte del Barça-Atlético en Montjuïc.

Ferran Torres no logra aprovechar una gran ocasión en la primera parte del Barça-Atlético en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Flick apostó por Ferran y dispuso de dos ocasiones muy claras, que el valenciano marró. Pese a que enfrente, en el Atlético, jugaba el portero de la Copa. Juan Musso, argentino de 30 años, ocupó el puesto de Jan Oblak, el menos goleador de la Liga. Se notó la diferencia.