La "maquinaria" blanca contra Munuera Montero: las duras consecuencias de expulsar a Bellingham y pitar un penalti contra el Madrid

"Llevo todo el día encerrado en casa sin creerme lo que está pasando. Soy muy fuerte mentalmente pero esto se está yendo de las manos. Mi familia, sin duda, es la que más está sufriendo. Están fatal y preocupadísimos. Yo intento calmarlos". A José Luis Munuera Montero, el árbitro que se atrevió a pitar un penalti del Osasuna contra el Real Madrid y expulsar a Jude Bellingham, le está cayendo encima todo el peso de la ley mediática madridista y encontró en el programa 'El Partidazo' de la Cope un altavoz para expresar su frustración.

Aparte del acoso a él y su familia, en el espacio digital pero también en la vida real, a Munuera Montero lo está despellejando estos días el supuesto periodismo de investigación y de opinión madridista. Y el colegiado andaluz se ha tenido que batir el cobre para defender su honestidad, no solo sobre el césped, sino fuera de él. "Me han puesto más de 100.000 mensajes amenazantes, de amenazas de muerte, de insultos..."

Irremediablemente, se abre paso a codazos una duda razonable: ¿quién se va a atrever a pitar otro penalti en contra del Madrid si las consecuencias son tan tóxicas? ¿Qué grado de valentía hace falta para mantener a raya los exabruptos de Bellingham o las impertinencias de Vinicius? Como expuso un mensaje del Atlético de Madrid, "la maquinaria lleva varias semanas en marcha y tritura todo lo que se pone en su camino. A ver quién es el valiente que imparte justicia sabiendo que puede ser el próximo..."

La "maquinaria" blanca de condicionar los arbitrajes empezó en el chupinazo de la temporada con los vídeos maliciosos de Real Madrid TV, alcanzó temperatura volcánica con el comunicado del club dirigido a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en que denunció los arbitrajes tras el partido contra el Espanyol -en el cual hubo una entrada por detrás a Mbappé que posiblemente merecía una expulsión-, y culminó con la erupción total tras el encuentro contra el Osasuna, en que el poderoso aparato madridista al completo se ha lanzado en tromba contra Munuera Montero. Hasta Carlo Ancelotti, al que suponía por encima de estas veleidades, se ha apuntado a las tesis conspiranoicas.

Han salido en su defensa los árbitros a través de un comunicado el lunes y otro este mismo miércoles, en que han hablado de "un ambiente de odio y violencia generalizada contra nuestro colectivo". Él mismo ha denunciado el acoso y derribo. "Tengo sobrinos menores de edad que los están vilipendiando, tengo nueve hermanos que los están reventando y tengo un padre de 80 años que esta mañana iba a misa y... mejor me callo. ¿De verdad tenemos que llegar a esto? ¿Qué estamos creando? En varios periódicos de tirada nacional se escriben las barbaridades. ¿Estamos locos? ¿Controlamos la violencia o la promovemos a través de los medios?", ha aventado el colegiado en la Cope.

Medios madrileños, secundados con personalidades mediáticas conocidas, se han tirado a la yugular del andaluz a cuenta de su participación en una empresa llamada Talentus Sports, que el colegiado no ocultaba, sino que lo mostraba en su perfil de Linkedin, que ofrecía servicios a entidades deportivas, adivinando un borroso conflicto de intereses.

Munuera Montero, en un comunicado, ha afirmado con contundencia que dicha empresa "no ha facturado desde su creación ninguna cantidad a entidad deportiva alguna, ya sean clubes, federaciones o empresas de la industria del deporte". Defiende que se trata de una herramienta de promoción para las ofertas de trabajo que emiten los propios clubes, pero que lo hace sin recibir nada a cambio.

Para rizar el rizo, un medio ultraconservador señalaba que hay un mural de Leo Messi en la pared exterior de la sede social de esta empresa en Córdoba, "una mansión", subrayaba con énfasis, y que eso no dejaba dudas de las preferencias futbolísticas del colegiado. "Esa es la sede fiscal de otra empresa de uno de los socios.", se ha defendido el árbitro.

Evidentemente, no se hurgó en Munuera Montero ni en su familia cuando ignoró un penalti a favor del Celta ante el Madrid y perdonó la expulsión a Endrick. Ahora el colegiado está incluso bajo investigación por la RFEF por Talentus Sports y no será designado para ningún partido hasta que concluyan las pesquisas. El poder del relato siempre pertenece a los mismos, pero la cuestión permanece: ¿quién va a atrevirse a pitar con justicia y honestidad al equipo de Ancelotti a partir de ahora? De momento, en su carrera y en su vida personal habrá siempre un antes y un después tras la expulsión a Bellingham.