El Espanyol firma un buen punto para seguir fuera del descenso

El punto le basta al Espanyol para seguir fuera de la zona roja. Al Athletic, en cambio, no le basta para acercarse a la lucha por la Liga. Un punto que es muy valioso para el equipo blanquiazul, capaz como fue de aprovechar la candidez de Unai Simón, aunque luego no supo mantener la importancia de ese tanto de Roberto Fernández porque el tiro de Sancet golpeó en el cuerpo de Calero para lograr la igualada.

Fue el único disparo que esquivó la gran actuación de Joan García, el meta perico, el pilar donde se sostiene, sobre todo, la obra de Manolo González. Y todo ocurrió el mediodía en que se volvieron a escuchar gritos racistas desde la grada del RCDE Stadium contra Maroan Sannadi por lo que el partido se tuvo que detener durante tres minutos.

El Espanyol-Athletic se paró por insultos racistas a Iñaki Williams

Era un saque de banda a favor del Athletic. Y en campo propio. No había, por lo tanto, peligro alguno en esa acción. Inició la jugada con calma el equipo vasco hasta que la pelota llegó a los pies de un confiado Unai Simón. Confiado e imprudente porque en el área pequeña regaló el gol al Espanyol, un gol que premia la tenacidad y la persistencia de Roberto Fernández.

Mientras en el palco del RCDE Stadium emergía el rostro impertubable de Luis de la Fuente, el seleccionador español. Tal vez fuera a ver a su portero, es Unai el titular de la selección, sino a detectar todas las cosas buenas que está haciendo Joan García, el meta del Espanyol, felino y ágil en todos sus movimientos.

El tanto perico nació en un saque de banda a favor del Athletic. Y en otra jugada a balón, un córner servido desde la banda derecha, permitió el empate de Sancet. El inmenso regalo de Unai Simón tuvo la respuesta posterior del cuerpo de Calero, quien desvió, y muy a su pesar, el disparo de Sancet para trazar una trayectoria que despistó el vuelo inicial de Joan García. Fueron, en realidad, dos goles que no llegaron por el juego sino por el error (el 1-0) y el infortunio (el 1-1).

Todo comenzó con ese aire de sobradez que irradia, el guardameta del Athletic llevó el caos a su equipo. Él ni se inmutó después. Ni rasgo alguno de inquietud o preocupación, al menos en su rostro. Todo iba por dentro, camuflado en esa máscara tan de Unai Simón, que no se deja vencer por los errores. Ni siquiera esos tan groseros como el que cometió ante el Espanyol.

El partido transitaba con aire mortecino. Aburrido y plano. No pasaba nada trascendente, al menos en el plano futbolístico. Hasta que cierto sector de la grada del RCDE Stadium, como ocurrió hace cinco años, decidió romper esa monotonía de la peor forma posible emitiendo insultos racistas contra Maroan Sannadi, lo que provocó que el encuentro tuviera que ser detenido para activarse el protocolo fijado por LaLiga.

Luego, el balón volvió a rodar, pero nada importante ocurría, al menos en la primera parte dominada por el aspecto defensivo de ambos equipos. Apenas sobresalió el talento de ataque. Ni del Espanyol, ni tampoco del Athletic. La hora (14.00) tampoco invitaba demasiado, a pesar de que se registró una excelente entrada en el RCDE Stadium, con 26.645 espectadores que aplazaron o adelantaron su hora de comer. El fútbol se lo merecía.

El valor de Joan García

Y eso que antes de que se escucharan los insultos racistas contra Maroan Sannadi transitaba el mediodía casi entre bostezos. Hasta que el Athletic, gracias a Maroan Sannadi el imponente nuevo que se ha traído el ‘Txingurri’ Valverde del Barakaldo, hizo trabajar a Joan García, el meta perico. Buena resultó también su intervención al disparo posterior de Iñaki Williams. Todo en apenas un minuto.

Pero el portero del Espanyol jamás se desconecta, atento y fiable como acostumbra. Poco dejaba, sin embargo, el equipo de Manolo González en el área de Unai Simón. No pisaba apenas territorio peligroso para el Espanyol hasta que llegó la torpeza del meta vasco que desató una ola de entusiasmo en el universo perico. 

A partir de ahí se vivió otro partido. Fue entonces cuando el equipo de Manolo González llegó con criterio y peligro gobernando el partido sin apenas sufrir. O eso creía porque un córner lanzado al segundo palo hurgó en la debilidad blanquiazul.

Nadie siguió a Sancet, el jugador más venenoso del Athletic, cuyo disparo no parecía excesivamente preocupante para Joan García, pero tocó en el cuerpo de Calero y la pelota, caprichosa ella, cambió de trayectoria para burlarse del meta perico. De nuevo, otro encuentro. Y ahí ya no mandaba el Espanyol, que terminó parapetado en su área, sufriendo en cada córner por su mala gestión de los espacios que debía defender. 

Así terminó el equipo de Manolo González esos minutos finales después de que Valverde revolucionara con los cambios -entraron Nico Williams, Vesga, De Marcos, Paredes y Guruzeta- para someter a un asedio a Joan García, pero este resistió con grandeza para sostener a un buen Espanyol que se marchó on un excelente punto para huir del descenso.