SEVILLA - BARÇA (1-4)
El Barça fluye en Sevilla y entra al galope a por la Liga
El equipo de Flick vuelve a golear, con tantos de Lewandowski, Fermín, Raphinha y Eric, y no le afecta quedarse con 10 por una expulsión a falta de media hora. Ya solo está a dos puntos del Madrid, líder en la clasificación

Fermín, que marcó el 1-2 del Barça al Sevilla en el Sánchez Pizjuan, es felicitado por Balde. / Efe /Julio Muñoz


Albert Guasch
Albert GuaschPeriodista
Hace días que el Barça de Hansi Flick trepó el socavón en que se metió a finales del año pasado. Hace días también que se sacudió el polvo y se puso a galopar de nuevo. Y ahora está muy cerca de adónde quiere llegar. De momento, a un palmo del Atlético y a palmo y medio del Madrid. Es decir, a dos puntos del liderato. No desaprovechó la invitación de los dos clubs madrileños de unirse a la cabeza de una carrera por la Liga que se aprieta y se vuelve apasionante.
La victoria azulgrana en Sevilla tuvo el flow de las últimas semanas. No apabulló como ante el Valencia, pero demostró que es una escuadra con todas las facetas del juego pulidas. Incluso con la expulsión por una impetuosa acción de Fermín, el Barça mantuvo la compostura y la personalidad. Por entonces aventajaba por 1-3 al equipo de García Pimienta, pero quedaba mucha película por delante, más de media hora, y aun así no renunció al juego combinatorio. Y metió un cuarto (1-4). 41 goles en 11 partidos. Se dice pronto.
Fortaleza mental
Muy sólida la obra de Flick. Le dio la razón al Cholo Simeone, que en la víspera había proclamado tras el derbi madrileño que veía al Barça con las prestaciones más fiables de los tres aspirantes al título. “Sigo insistiendo en que el Barcelona es el mejor equipo, ataca muy bien, tiene una velocidad increíble en sus futbolistas y, aparte, juega como equipo muy bien", dijo. Los goles de Lewandowski, Fermín, Raphinha y Eric certificaron esa impresión. La fortaleza mental de jugar con 10 tanto rato y de manera tan fiable, también.

Raphinha, tras asistencia de Pau Cubarsí, celebra el gol que le marcó al Sevilla en el Sánchez Pizjuán, el 1-3 del Barça,. / Reuters / Marcelo del Pozo
No importan los cambios en las alineaciones. Hasta ahora Flick había ido eligiendo 'onces' con poco margen de inventiva. Con la plantilla quitándose vendas y tiritas, se va viendo su gusto verdadero. De la misma forma que le da más seguridad Szczesny que Iñaki Peña, Frenkie de Jong le inspira más confianza que Marc Casadó. Y en el cásting para formar la pareja de centrales, Cubarsí e Iñigo se intuye como su predilecta, aunque Araujo empezó ante el Sevilla. Su temprana lesión en el tobillo naturalizó el eje defensivo.
Voracidad inicial
El Barça se puso en marcha con voracidad, como si tuviera prisa en dar alcance a los dos equipos madrileños. El caudal ofensivo fue meritorio, incluso trepidante, sustentado tanto en el orden como en la avidez. Marcó Lewandowski pronto, retorciendo la pierna en el área en su primer toque en el partido, y el Madrid y el Atlético debían notar ya en la nuca el resuello azulgrana. Pero cuando los narradores no habían acabado de contar la 19ª diana del polaco esta temporada, un contragolpe sevillista concluyó con un remate de Vargas para poner las cosas como estaban.

Lewandowski marca el 0-1 al Sevilla en el Sánchez Pizjuán tras aprovechar un cabezazo previo de Iñigo Martínez. / Afp / Cristina Quickler
Las aguas se calmaron en el Sánchez Pizjuán. Perdió combustión el partido sin que el Barça se dejara arrebatar la sartén. Solo que se dio cuenta de que le tocaba masticar con paciencia. El Sevilla no iba a ser un pan blando. Pedri le fue dando instrucciones sagaces al geniecillo que lleva dentro, Lamine Yamal, siempre cubierto por dos defensas, percutió con entusiasmo juvenil, lo mismo que Koundé, ascendiendo a la zonas de peligro.

Hernández Hernández, el colegiado del Sevilla-Barça, enseña la tarjeta roja a Fermín tras ser revisada su entrada por el VAR. / Ap / José Breton
Pero las vitaminas de verdad las aportó Fermín al entrar en el descanso. Como Lewandowski, al primer contacto con el balón, gol. De cabeza, tras un pase fino y elegante de Pedri, quién si no. Y poco después vino el tanto de Raphinha, que también tiene pólvora con la pierna derecha. Y al final, el de Eric. Un volcan en erupción realizadora es este Barça.
En Sevilla se pudieron advertir también las propiedades de Szczesny, tan discutido. Tiene 35 años, pero se vio que conserva los reflejos. Puso los guantes en varias intervenciones de mérito y, noticia, no provocó ningún desastre. Al contrario. Sacó al equipo de algunos aprietos. Y si hasta Szczesny carbura, tal y como decía Simeone, el Barça resulta realmente temible. No hay duda de que aspira a La Liga con todo el crédito del mundo. Viene al galope.
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