LA LUZ AZULGRANA

La contracrónica del Valencia-Barça: Pedri juega feliz en el jardín de su casa

Un Barça lanzado vacía Mestalla en una goleada histórica (0-5)

Las claves del Valencia-Barça: Flick repite y Ferran Torres se multiplica

Hugo Guillamón y Pedri, durante el Valencia-Barça copero en Mestalla.

Hugo Guillamón y Pedri, durante el Valencia-Barça copero en Mestalla. / Reuters / Pablo Morano

Marcos López

Marcos López

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Acabada la primera mitad, con un parcial de 0-4 en Mestalla que era, en realidad, de 11-1 incluyendo el duelo anterior en Montjuïc, Pedri se miraba inquieto sus tobillos. Temió lo peor el mago que enciende la luz del Barça, el joven que juega como un veterano.

Tiene 22 años, aunque da la sensación de que lleva toda la vida en ese lugar donde habitan las pirañas. Allí donde no hay espacios. Pero él, tímido y prudente como se comprota fuera del campo, se transforma en irreverente y luminoso cuando se desliza por el césped. Acabó todo en un escandaloso parcial de 12-1, algo nunca visto en los Valencia-Barça.

Los jugadores del Barça celebran el 0-1 de Ferran Torres al Valencia en Mestalla en la Copa del Rey.

Los jugadores del Barça celebran el 0-1 de Ferran Torres al Valencia en Mestalla en la Copa del Rey. / Efe / Biel Aliño

Es el jefe. Y se siente el jefe. A su alrededor, todo fluye. El fútbol se convierte en algo delicioso cuando Pedri es Pedri. O sea, en esta temporada ha sido así durante meses y meses. Dejó pases monumentales, preciosa la asistencia a Fermín en el 0-3, desnudando la línea de tres centrales diseñada por Carlos Corberán, el nuevo entrenador del Valencia, para evitar que se repitiera el 7-1 liguero. No lo logró.

Fue cuando en Mestalla se vio a muchos aficionados camino de sus casas. Ya habían tenido más que suficiente. Pedri es un regalo para cualquier espectador. Y, al mismo tiempo, una auténtica tortura para el rival porque si tu equipo recibe 11 goles en solo 135 minutos lo más lógico es abandonar el asiento de Mestalla y regresar apesadumbrado, temiéndose lo peor. Y no del Valencia en la Copa sino en la Liga donde se juega este domingo su futuro ante el Leganés.

45 minutos/43 pases/41 buenos

No es solo lo que juega Pedri (43 pases realizó en la primera parte, 41 fueron buenos, o sea un prodigioso 95% de acierto) sino lo que irradia a su alrededor. Fluye en el pase corto y deslumbra en el pase largo -cinco intentó, cinco con éxito-, entre ellos la sutil asistencia a Fermín y el inicio de la acción del 0-4.

Fermín, Lamine Yamal y Pedri se lamentan de una ocasión fallada por el joven extremo en el Valencia-Barça de la Copa del Rey.

Fermín, Lamine Yamal y Pedri se lamentan de una ocasión fallada por el joven extremo en el Valencia-Barça de la Copa del Rey. / Afp / Jose Jordan

Detectó con esa panorámica mirada que proyecta el canario la figura de Raphinha asomándose por el centro del área del Valencia. Ahí se estaba gestando el triplete de Ferran Torres. Excelente el pase del canario, soberbia resultó la asistencia final del brasileño para que el exdelantero del Valencia completara la noche que nunca tuvo con el Barça: tres goles en tres disparos a puerta (m. 3, m. 17 y m. 30). Pero todo nació en la luz que encendía Pedri a cada pase que daba. Iba caminando tal si estuviera en el jardín de su casa.

Y hasta presionó con el 0-4

Andaba tranquilo cuando tenía el balón entre sus delicados pies y corría, con espíritu de gregario, cuando necesitaba rec uperarlo iniciando la presión sobre Dimitrievski sin reparar ni un solo segundo en el marcador. ¿Para qué perder el tiempo en ello?Estaba el Barça aplastando al Valencia con sencillez (0-4)y él no tenía suficiente.

Estaba aliviado, eso sí, porque su pierna izquierda resistió la dura entrada de Hugo Guillamón, que ni mereció la consideración de tarjeta amarilla. Sobrevivió el canario también a otro pisotón fuera de lugar de Umar Sadiq. Ambos jugadores, que retrataban la impotencia del Valencia, se acabaron disculpando ante el canario.

En realidad se estaban disculpando los dos ante el fútbol porque Pedri es ya patrimonio de este deporte. Se quedó en silencio Mestalla, ovacionado el canario por los culés que fueron a Valencia.