Fútbol

Un clásico sin sede: de rezar por las obras del Camp Nou a la rocambolesca opción del Johan

La junta de Laporta no encuentra alternativas viables para el Barça-Madrid. Los vecinos de Les Corts se resisten a que los obreros trabajen 24/7. La idea de las gradas supletorias en el Johan ya fue cuestionada.

Grada del estadio Johan Cruyff de Sant Joan Despí.

Grada del estadio Johan Cruyff de Sant Joan Despí. / Adrián Quiroga

Francisco Cabezas
Jordi Ribalaygue
Barcelona
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Hay algún directivo de la junta de Joan Laporta que asume que sólo les queda cruzar los dedos y confiar en que Limak, la constructora responsable de la construcción del Spotify Camp Nou, cumpla esta vez sí con los plazos y el primer equipo del Barça pueda regresar a su hogar para jugar los partidos de mayo (el clásico Barça-Madrid del fin de semana del 10-11, el partido de Liga contra el Villarreal del 17-18 y una hipotética semifinal de la Champions los días 29 y 30 de abril o 6 y 7 de mayo). 

Ocurre, sin embargo, que aunque ese sea el discurso que haya que transmitir para dar algo de calma a la masa social, los «imponderables» a los que siempre se refieren tanto el presidente azulgrana como la vicepresidenta Elena Fort hacen difícil que el estadio pueda estar a punto, y con todos los permisos en regla, para ser abierto. 

Las asociaciones de vecinos del entorno del Camp Nou, además, se oponen a que las obras se alarguen durante 24 horas a lo largo de toda la semana para acelerar los plazos. «La negativa va a ser total», explica el presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Ramon, Andrés Quílez. «La posición de todas las entidades es decir que no. Lo pueden imponer, claro, pero no estamos de acuerdo», añade el dirigente vecinal. Quílez comenta que la ampliación «no se ha llegado a plantear nunca» a los representantes de los vecinos del estadio. «El Barcelona no cumple», acusa Quílez. «Si en otras ocasiones hubiese cumplido, a lo mejor aceptaríamos un acuerdo, pero no lo hace. Van a venir diciendo que es para hacer instalaciones, como pasó tiempo atrás, pero hacían ruido meneando hierros y usando radiales hasta las 12 de la noche», se queja.

Los conciertos de Montjuïc

Mientras, en la cúpula de poder del Barcelona van lanzándose todo tipo de ideas. Pidió el Barça al Ayuntamiento, a través de BSM, poder extender el uso del Estadi Olímpic Lluís Companys hasta el próximo 23 de abril. A partir de aquí, las promotoras musicales podrían cumplir con sus planes de conciertos para el mes de mayo en Montjuïc, con los Rolling Stones esperando a poder confirmar que pueden traer su gira mundial a Barcelona. En cualquier caso, no está la puerta de Montjuïc completamente cerrada. Aunque no quedaría otra que llevar al límite la negociación tanto con BLM como con los intermediarios musicales.

Pero las urgencias son tales que Laporta también tiene en mente una vieja idea en la que ya pensó antes de que comenzaran las obras del Camp Nou. Se trata del estadio Johan Cruyff de Sant Joan Despí, tal y como avanzó Catalunya Ràdio. Su capacidad es de apenas 6.000 espectadores, así que todo pasaría por levantar gradas supletorias -lo que también requeriría permisos de seguridad más que complejos, y que en ningún caso aceptaría la UEFA para jugar unas semifinales de Champions- para alcanzar una capacidad de 17.000 espectadores, que es justo el número de socios con abono para Montjuïc.

La alcaldesa de Sant Joan Despí, Belén García, ya fue explícita en octubre de 2021 en RAC1, rechazando la posibilidad de ampliaciones artificiales (en aquel entonces, Laporta habló incluso de ampliarlo a 50.000 personas). Sobre todo por una cuestión de movilidad, sin que los accesos estén preparados para acoger a tal volumen de personas. Incluso la alcaldesa habló de la incompatibilidad con las obras de soterramiento de la vía del tren de Sant Feliu.

Continúan sin descartarse la opción de buscar otro estadio. Una opción sería Montilivi, aunque el Girona juega en casa contra el Villarreal el mismo fin de semana del clásico. La Cartuja sevillana de la Federación Española podría ser también valorada. Igualmente complejo sería trasladar el Barça-Madrid al extranjero (aunque es la alternativa más atractiva a nivel económico), porque requeriría, otra vez, de permisos por parte de LaLiga, la Federación, la Asociación de Futbolistas Españoles, la UEFA y la FIFA. En Miami, sueño prohibido e incumplido de Javier Tebas para trasladar partidos de la Liga española, se corre, por cierto, el GP de Fórmula 1 el fin de semana del 2 al 4 de mayo. Es decir, una semana antes de un clásico aún sin sede.