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Medallas olímpicas en mal estado: más de 100 atletas devuelven sus metales conseguidos en París

Según la versión de LVMH, la responsabilidad recae en La Monnaie de Paris

La medalla de bronce de Yohann Ndoye Brouard de París 2024.

La medalla de bronce de Yohann Ndoye Brouard de París 2024. / Yohann Ndoye Brouard / X

Alexandra Costa

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La euforia y el brillo de los Juegos Olímpicos de París 2024 han dado paso a una controversia inesperada: el deterioro de las medallas. Apenas unos meses después de que la llama olímpica se apagara, más de 100 atletas han devuelto sus metales debido a su mal estado, desatando una polémica que ha salpicado a la industria del lujo y puesto en entredicho la calidad de las preseas. La historia, que comenzó con la queja del skater estadounidense Nyjah Huston, ha escalado hasta convertirse en un escándalo que pone en tela de juicio la imagen de uno de los eventos deportivos más importantes del mundo.

La queja de Nyjah Huston

La alarma saltó cuando el skater Nyjah Huston, apenas unos días después de colgarse su medalla olímpica, denunció públicamente que el recubrimiento de bronce de su presea se estaba deteriorando. Sus palabras, acompañadas de imágenes que mostraban el metal perdiendo brillo y empezando a descascararse, encendieron la mecha de una crisis que nadie esperaba. Huston no dudó en expresar su decepción ante la aparente baja calidad de las medallas, dejando en evidencia que el brillo inicial no era sinónimo de durabilidad. Su queja, compartida en redes sociales, se viralizó rápidamente, llegando a oídos de otros atletas y desatando una ola de preocupación.

Más de 100 devoluciones

Lo que comenzó como un caso aislado pronto se reveló como un problema generalizado. En los meses siguientes a la denuncia de Huston, más de 100 atletas de diversas disciplinas han devuelto sus medallas a la organización olímpica, denunciando el mismo problema: el deterioro del recubrimiento, la pérdida de brillo y la aparición de grietas en el metal. Esta avalancha de devoluciones ha dejado claro que el problema no es un caso aislado, sino que afecta a un número significativo de medallas, lo que cuestiona la calidad de los materiales y los procesos de fabricación utilizados.

LVMH se desliga

La polémica ha puesto el foco en LVMH, la empresa de productos de lujo encargada del diseño de las medallas. Ante la creciente presión, la compañía se ha pronunciado para negar cualquier responsabilidad sobre la calidad de los metales. Un portavoz de LVMH ha asegurado que su participación se limitó al diseño, en colaboración con la joyería Maison Chaumet, y que no intervinieron en la producción de las medallas. Según la versión de LVMH, la responsabilidad recae en La Monnaie de Paris, la institución encargada de la fabricación de la moneda nacional y, en este caso, de la producción de las medallas olímpicas.

La Monnaie de Paris, la entidad señalada por LVMH, es la responsable de la fabricación de las medallas, que incluyen en su centro un trozo de hierro procedente de la Torre Eiffel. La composición de las medallas también ha sido objeto de debate: las de oro están hechas de plata con un baño de oro, mientras que las de bronce son una aleación de cobre, zinc y estaño, materiales que, según los expertos, se oxidan de forma natural al exponerse al aire y la humedad. La pregunta que surge es si este deterioro acelerado se debe a una mala elección de los materiales, a un proceso de fabricación deficiente o a una combinación de ambos factores.

Quejas en redes sociales

Las redes sociales se han convertido en el principal canal para que los atletas expresen su malestar y muestren el estado deplorable de sus medallas. Los nadadores franceses Clément Secchi y Yohann Ndoye Brouard fueron de los últimos en denunciar públicamente el deterioro de sus medallas de bronce, compartiendo imágenes en las que se observaba el metal sin brillo y con la capa externa resquebrajada. Los comentarios irónicos y las comparaciones con "piel de cocodrilo" evidenciaban la decepción y la incredulidad de los atletas ante la mala calidad de las preseas que habían conquistado con tanto esfuerzo.

El escándalo de las medallas deterioradas ha generado un gran daño a la imagen de los Juegos Olímpicos y ha puesto en entredicho la calidad de los productos asociados a este evento deportivo. La situación exige una respuesta rápida y eficaz por parte de las entidades implicadas. Es necesario que se realice una investigación exhaustiva para determinar las causas del deterioro y que se ofrezca una solución a los atletas afectados. La reputación de los Juegos Olímpicos está en juego y se debe garantizar que los símbolos del triunfo deportivo representen la excelencia y la calidad que se espera de una competición de este nivel. La historia de las medallas de París 2024 se ha convertido en una lección de que el brillo y el lujo no siempre garantizan la calidad y la durabilidad, y que es necesario prestar atención a los detalles y a los procesos de fabricación para evitar que este tipo de errores vuelvan a repetirse.

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