LA PROPIEDAD EN EL FÚTBOL ESPAÑOL
MAPA | Los clubs de LaLiga controlados por magnates
Nueve años con Chen en el Espanyol: del sueño de la Champions a la pesadilla de los descensos

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Marcos López
Marcos LópezPeriodista
El panorama societario del fútbol español resulta tan diverso, hasta excéntrico, que reúne a personajes singulares de otros tiempos mezclados, eso sí, con la modernidad. Peter Lim podría ser en el Valencia lo que fue el polémico Dmitri Piterman a inicios de siglo en el Alavés.
Hay también multimillonarios que dejan una fortuna en un club y luego ni lo cuidan -Chen Yansheng encarna esa vía en el Espanyol- y nuevos actores que han aparecido en la industria del fútbol como el poderoso City Football Group que tutela con criterio su inversión en el Girona. Al tiempo que leyendas del fútbol, tipo Ronaldo en el Valladolid, suponen el banderín de enganche para comprar un club en problemas y luego lo acaban vendiendo para optimizar su inversión en el menor tiempo posible.
Solo 4 clubs no son SAD
España es, al mismo tiempo, un país singular porque hay cuatro clubs que pertenecen a sus socios, tras esquivar la conversión en Sociedad Anónima Deportiva (SAD). Madrid, que planea abandonar de la mano del reelegido Florentino Pérez ese modelo, Barça, Athletic y Osasuna pertenecen todavía al viejo fútbol. El resto, o sea 16 de los 20 clubs, tienen un dueño.
Y de esos 10 con propietario español, por lo que La Liga no está expuesta como ocurre con la Serie A donde nueve equipos tienen un patrón de EEUU, incluyendo a grandes como Milan, Inter o Roma. En España solo hay seis aunque, poco a poco, el dinero norteamericano comienza a llegar.
Tanto al Leganés (Jeff Luhnow) como al Mallorca (Andy Kohlberg). Aunque no resulta nada comparable, por supuesto, a la hegemonía de EEUU en la Premier, donde posee hasta 10 clubs tras la reciente compra del Everton, que se une así a Chelsea, Arsenal, Liverpool, Manchester United, Aston Villa, Bournemouth, Crystal Palace, Fulham e Ipswich Town.
Familias históricas
En La Liga aún dominan familias históricas. Ahí están los Roig en el Villarreal, modelo de gestión exitosa transformando un pequeño club de un pequeño pueblo en una potencia futbolística de primer nivel. Fue en 1997, ya en el siglo pasado, cuando Fernando Roig compró el ‘submarino amarillo’, que ha llevado incluso a la puerta de una final de Champions, además de ganar títulos como la Europa League.

Fernando Roig, en la presentación del libro del centenario del Villarreal CF. / Efe / Andreu Esteban
No solo eso. Se ha convertido en un modelo a imitar por su exquisito cuidado con la cantera, además de tener un ojo especial para detectar jugadores que luego venden obteniendo grandes plusvalías. ¿Qué decir de los Gil? En el Metropolitano está sentado Miguel Ángel, el hijo y heredero del convulso Jesús que sacudió la historia del Atlético. En Vitoria, por ejemplo, nada ocurre sin el control de los Querejeta, que empezaron levantando el Baskonia en el baloncesto para terminar adquiriendo el Alavés.
Marian sigue la saga de los Mouriño en el Celta
Esas viejas familias cohabitan junto a presidentes que llevan sus clubs desde hace años. Hace más de dos décadas que Ángel Torres adquirió el Getafe. Y ahí sigue. Los Mouriño son los dueños del Celta. Primero a través de Carlos Mouriño, el padre, que compró el club gallego en 2006. Y desde hace poco más de un año la gestión de la entidad viguesa está en manos de su hija Marian, siendo, además, la única mujer que ostenta esa responsabilidad en el fútbol español.

Marian Mouriño, presidenta del Celta, en la última junta de accionistas del club gallego. / @RCCelta
En Sevilla no hay nunca tranquilidad en el panorama accionarial. Y menos en el Sevilla, donde Del Nido padre y Del Nido hijo andan peleados desde hace tiempo por el poder. En el Betis, y en la línea de lo que fue y significó Manuel Ruiz de Lopera, Ángel Haro se convirtió en el máximo accionista hace casi una década.
12 entrenadores en la 'era Lim' en una década
Pero nada sintetiza mejor la inversión extranjera en un club español que el desgobierno que proyecta Peter Lim, el multimillonario de Singapur que compró el Valencia hace 11 años. Pero ni va a la ciudad ni pisa Mestalla, el hogar de su equipo, convertido en un foro semanal de queja y protesta exigiéndole su salida.

Protestas de los aficionados del Valencia en la puerta de Mestalla antes del duelo contra el Girona. / Efe / Manuel Bruque
Él no oye nada y sigue siendo el dueño, a la espera de encontrar un comprador mientras va fagocitando la estructura deportiva liquidando a 11 entrenadores: Nuno Espírito Santo, Gary Neville, Pako Ayestarán, Cesare Prandelli, Voro González, Marcelino, Albert Celades, Javi Gracia, José Bordalás, Gennaro Gattuso y el destituido recientemente Rubén Baraja para hacerle hueco a Carlos Corberán.
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