Andá p'allá, bobo

Mbappé, pues si ni Atlético ni Barça quieren la Liga, para mí

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas / ·

Emilio Pérez de Rozas

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Se veía venir. Lo venía venir todo el mundo. Es demasiado evidente, con o sin penaltis, con o sin ayudas (bueno, sí, con ayuditas, pero más de los adversarios que de los colegiados), si tú le das la mano al Real Madrid, ellos te toman el brazo y el cuerpo entero. Esté bien o no, que no lo está, el campeón no está para demasiadas bromas y menos después de recibir un meneo de cuidado en la final de la Supercopa.

Es posible, muy posible, que el FC Barcelona empiece a tener otros intereses, al margen de sobrevivir al inmenso caos que provoca su presidente, Joan Laporta, cada semana (este lunes tiene que presentarse a declarar en un juzgado) y, tal vez, este año le gusten más los torneos a vida o muerte (esa adrenalina es lo que les pone a los jóvenes), esa Champions vertiginosa o esa Copa del Rey, cuya final es sencilla de alcanzar.

Es posible, muy posible, que el Atlético de Madrid, que ha empezado también a ser rácano con su manera de afrontar los partidos en el sentido de que, pese a tener un equipazo y un plantillón, siempre está tentado de jugar al 1-0 y al 0-1, ni siquiera se haya creído (bueno, en realidad jamás lo han reconocido ni el Cholo Simeone ni uno solo de sus futbolistas) que pueden, que quieren, que pelearán el título de Liga.

Ya ven, sin fútbol, con un Vinicius Júnior que no sabe ni dónde está, con un Bellingham que no quiere ser el líder y agarrándose a un Mbappé cada vez mejor, el Real Madrid surfea todos sus líos y desastres con un liderato sólido a mitad de campeonato

Y, así las cosas, ya ven, llegamos al primer domingo auténticamente invernal y va el Real Madrid y se encarama, como si nada, después de recibir un golazo nada más empezar el partido frente a Las Palmas (es la puntilla que necesitan siempre para despertar), al liderato de la Liga con una facilidad pasmosa dado, insisto, el poco fútbol que tiene.

Si pretendes jugar con el Real Madrid tienes las de perder. El Barça empezó como un tiro, el Atlético batió su récord de victorias consecutivas y el Real Madrid, mirando al cielo como el que espera llover (títulos), va y, 20 jornadas después, sin fútbol pero con pegada, ya es líder, ojito, con dos puntos más que los colchoneros y siete más que el maravilloso equipo de Hansi Flick, que ya está a siete puntos del campeón, es decir, casi, casi, tres victorias. Y sin casi.

Y eso, repito, lo han hecho los blancos sin jugar a fútbol, sin ser temibles, con mucha suerte, con algún penalti descarado sin señalarse, muy descarado, escandaloso hasta para los buenos madridistas e, incluso, sin saber si van a llegar a Semana Santa con Carlo Ancelotti en el banquillo.

Mbappé celebrando el gol contra el Barça

Mbappé adquiere velocidad de crucero. / AFP

Una cosa sí está muy clara en todo este embrollo que se ha organizado tras cruzar el ecuador de la Liga. No sé si Lamine Yamal quiere esta Liga o está más interesado en su explosión personal; no sé si Simeone quiere celebrar su eterna juventud en el Atlético con el título; ni siquiera sé si el follonero de Vinicius Júnior tiene ya su cabeza más pendiente del dinero de Arabia Saudí que de otro título casero.

Lo que sí sé y este domingo, en el Santiago Bernabéu, quedó muy clarito, demasiado clarito como para no verlo y temerlo, es que quien sí quiere este cetro es el francés Kylian Mbappé, que aprovechó, vaya, vaya, la ausencia de 'Vini' para ir cogiendo velocidad de crucero y, sobre todo, ante la ausencia de un líder auténtico (a Bellingham le da la risa y a ‘Vini’, le da igual) se ha convertido ya en el monarca del coliseum blanco. La comunión con la grada, que le perdona hasta sus gestos retadores, es total. Y empieza a dar cierto miedo. De aquí a nada vemos al Mbappé estratosférico que temíamos.

Despistado por un día el Atlético tras la mejor racha de su historia, perezoso el Barça de Flick, el Real Madrid buscará reforzar su liderato derrotando al Atlético en el derbi (9 de febrero), tras jugar con Valladolid y Espanyol.

Al Real Madrid se le empieza a poner cara de que esto es demasiado fácil. Se le empieza a poner cara de piloto automático. Empieza a tener maneras de aquellos equipos blancos que se autogestionaban y ni siquiera necesitaban entrenador, lo que agradece, y mucho, ‘Carletto’. A Ancelotti ya le va bien que sus chicos hagan lo que quieran. Él, simplemente, los elogia y defiende en la sala de prensa, el resto se lo deja a su hijo Davide y a Mbappé&Cia. Repito, ‘Vini’ ya está en Arabia Saudí.

Ojito porque lo de este domingo, de sencillo, de contundente, puede significar que el Real Madrid más mediocre y liado está ya en la rampa de lanzamiento: primero, Valladolid; luego, Espanyol y la fiesta acaba recibiendo al Atlético, en el Santiago Bernabéu, el 9 de febrero, con el despegue definitivo.