El Atlético se lleva un palo con el que no contaba: cae en Leganés y pone fin a la mejor racha de victorias de su historia

La racha, histórica, se detuvo en 15. En un derbi madrileño, pero no en la Castellana, como podría ser lo más razonable de pensar. El sur de Madrid, y más en concreto Leganés, fue el lugar donde el Atlético de Diego Pablo Simeone enterró el mayor periodo de su historia ganando partidos. En un choque que pudo incluso golear, se estrelló con los postes y Dmitrovic y no pudo levantarse tras el solitario gol de Nastasic, a pesar de contar incluso con un penalti a última hora que Griezmann desperdició.

Apostó Simeone por el once que ya prácticamente se conoce todo el mundo de carrerilla. Sin Giménez, lesionado, Le Normand y Lenglet ejercían de centrales, acompañados en la banda derecha por un Nahuel Molina que parece haber adelantado a Llorente en las preferencias del técnico argentino con el cambio de año. El resto, los habituales, con Julián y Griezmann en punta y Giuliano y Gllagher en los costados.

Apenas un minuto tardó el Leganés en poner en aprietos al Atlético. Un balón a la espalda de Galán lo recogió Rozier, que centró atrás buscando la llegada de Juan Cruz. Su disparo se marchó lamiendo el poste derecho de la portería de un Jan Oblak que dio el susto, y se quedó tendido un buen rato en el área, aunque luego pudo continuar sin problemas.

El susto del Lega puso sobre aviso al Atlético, que respondió asumiendo el control del esférico y reactivándose. Era un partido de brega y choque, y el el ataque rojiblanco se volcó, como no podía ser de otra forma cuando así es, por la banda derecha de Giuliano. Así llegó alrededor del minuto 10 la primera ocasión de peligro de los de Simeone, al pelear su hijo un balón en profundidad y ceder atrás a la llegada de Julián, que estrelló su disparo en el larguero de la portería que defendía Dmitrovic.

Y así, también, llegó apenas dos minutos después otra aún más clara, esta vez gracias a la internada de Nahuel, que como antes volvió a ceder atrás para Julián. Esta vez no fue el poste, sino Sergio González el que apareció en el último momento para taponar una picadita que ya había superado a Dmitrovic.

Asediaba el Atlético, que a pesar de estar acompañado de un cierto punto de imprecisión, lo intentaba de mil formas. Lo hizo Barrios, al que Simeone pide goles, con un trallazo desde la frontal que se fue por poco. Y mucho más cerca aún estuvo Griezmann, cuyo remate se estrelló con el poste tras otra internada y otro buen balón al área pequeña de Giuliano. Y Gallagher, que en la jugada siguiente cabeceó al larguero en una acción muy ajustada en la que el linier señaló fuera de juego, pero que habría sido susceptible de una revisión del VAR de ir para dentro.

Nastasic adelanta al Lega en su primera ocasión

Estaba muy cómodo el conjunto rojiblanco, que firmó una primera media hora de juego a la que solo le faltó el gol. Lo único importante, por otro lado. Presionaba arriba, recuperaba rápido, imprimía un ritmo alto... pero se estrellaba contra los elementos en el remate y en los últimos metros. Y eso fue dando aire a un Leganés que, pasada la tormenta, empezó a estirarse. E incluso hizo trabajar a Oblak en un par de balones parados antes del descanso.

Ante la falta de acierto, optó Simeone por no esperar y mover el árbol ya en el descanso. Al campo Lino, y a la caseta Gallagher. Más verticalidad, ahora también por la banda izquierda. Pero lo que se encontró, sin haber pasado ni cinco minutos, fue el tanto en contra obra de Nastasic, que remató solo a la salida de un córner y puso por delante al Leganés en la primera de peligro del cuadro pepinero en todo el partido.

Y ahí cambió por completo el choque. Lo que hasta entonces era calma en el Atlético se convertió en precipitación ante un Lega crecido y que, a la contra, empezó a encontrar vías de agua en la defensa rojiblanca. Pudieron aumentar la ventaja Raba y Juan Cruz, y agotaron la paciencia de Simeone, que dio rienda suelta al carrusel de cambios.

Entraron al campo Koke, Correa y Llorente, primero, y después el canterano Niño, sustituto del lesionado Sorloth. Y el choque se convirtió, conforme pasaban los minutos, en un ejercicio de ristencia en su área del Leganés, pertrechado en manos de un segurísimos Dmitrivic.

Pudo empatar Correa tras una gran jugada de Julián, que le dejó solo delante del portero serbio, pero su disparo se marchó lamiendo el poste. Y llegó, en el 90, el momento clave del choque, cuando Griezmann desperdició un penalti que había sido señalado sobre Le Normand tras la intervención del VAR. Sin fuerza, como si fuera una metáfora de lo que fueron las definiciones del equipo rojiblanco durante todo el choque, el balón se marchó llorando a la izquierda de la meta de Dmitrovic sin que ni siquiera tuviera que detenerlo. Y así, en Leganés, se despidió el Atlético de la mejor racha de su historia.