Mundial de Balonmano

Petar Cikusa, el líder de la nueva generación de España: “De pequeño ya quería demostrar que era el mejor”

La selección española de balonmano afronta el Mundial rejuvenecida con la generación 2004/05 liderada por el joven central azulgrana

Petar Cikusa, jugador del FC Barcelona e internacional español de balonmano

Petar Cikusa, jugador del FC Barcelona e internacional español de balonmano / Slavko Kolar / Europa Press

Jordi Grífol

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Con barba ya en el rostro, la sonrisa metálica propia de los ‘brackets’ y las mechas rubias en el pelo evidencian la juventud de Petar Cikusa (Bordils, 2005), presente y futuro del Barça y la selección, que en la pista sigue siendo aquel niño descarado y juguetón que no se cansaba de marcar goles junto a su mellizo Djordje en Bordils. Consolidado ya en el primer equipo del FC Barcelona y partícipe de la consecución de la Champions la pasada temporada, Petar lidera ahora la nueva generación que se suma a la inacabable selección española de Jordi Ribera para afrontar el nuevo ciclo olímpico.

Cuatro veinteañeros - Petar y Djordje Cikusa, Ian Barrufet y Víctor Romero - acostumbrados al éxito en las categorías inferiores que se integran al grupo para pelear por el Mundial de balonmano que se disputa en Croacia, Dinamarca y Noruega. En los dos últimos Mundiales, España mordió el bronce; lo mismo ocurrió este verano en París. Chile (jueves, 18.00 h.), Japón (sábado, 18.00 h.) y Suecia (lunes, 20.30 h.) son los primeros escollos en la fase de grupos, con la baja sensible de Aleix Gómez, que se perderá el torneo por las molestias en el hombro izquierdo, la de Kauldi Odriozola (entra Carlos Álvarez), y y sin Ferran Castillo, el quinto júnior finalmente descartado.

“Esta generación va volando y los que estamos aquí es porque lo hemos demostrado”, asegura a este diario Petar Cikusa. Una generación, la 2004/05, abonada al triunfo; campeona del Europeo y el Mundial en edad juvenil y del Europeo en categoría júnior el pasado verano. Sobrados técnicamente, son los veteranos como Gonzalo Pérez de Vargas y Álex Dujshebaev los que trabajan en inculcarles el gen competitivo de la selección, clave para entender tantos años de éxitos y medallas.

“De los veteranos he aprendido, sobre todo, a no rendirme nunca hasta el final y a esforzarme hasta el último minuto”, cuenta el joven central, que asegura que vienen “generaciones diferentes y que quieren morder mucho”. Jugar el Mundial junto a su hermano Djordje, también del Barça pero cedido en el Montpellier, es "un sueño" que tenían desde pequeños.

Talento natural

Los mellizos Cikusa, de padre croata y madre serbia, no habían cumplido dos años y ya estaban practicando lanzamientos con el balón en casa. Su padre, Zoran, hizo carrera como balonmanista en el Croacia de Zagreb, Gijón y Guimaraes antes de establecerse en Bordils (Girona) al final de su carrera. En el club del pequeño pueblo gerundense pasó de jugador a entrenador y director deportivo, siempre con sus hijos correteando por el pabellón, entrenando, jugando y observando.

Un talento forjado “de manera natural”, como reconoce Petar. “De pequeño ya era muy competitivo. Me gustaba mucho meter goles y demostrar que era el mejor”. Capacidades y ambición que no pasó desapercibida en el Barça, que les propuso mudarse a La Masia cuando tenían 13 años.

Dejar Bordils y estar lejos de la familia y los amigos no fue fácil para los hermanos. “Al principio yo no quería ni ir a La Masia. No me lo esperaba y se me hacía duro dejar a la familia, sobre todo a nuestra madre y hermana. Mi hermano y yo solos allí sin conocer a nadie…”, recuerda Petar. “Yo soy muy familiar, de tenerlos cerca… entonces tampoco sabía lo que era sentirse jugador del Barça”.

Momentos duros que tuvieron su recompensa. La lesión de gravedad de Domen Makuc en 2023 le abrió las puertas del primer equipo a Petar Cikusa, capaz de anotar cuatro goles en su debut europeo ante el Montpellier con 17 años. “Fue muy rápido y con un poco de suerte. No me imaginaba estar ahí y jugar tantos minutos. Se me hacían más duros los entrenamientos que los partidos”, expresa Cikusa, que también notó la dureza de los defensas en la élite y los golpes recibidos a cada finta. 

La bendición de Dika Mem

Dika Mem, líder del Barça y uno de los mejores jugadores del mundo, aseguró que Petar podía marcar una época en el Barça. La bendición de Mem, que quizás se ve reflejado en el de Bordils, sin duda es “especial” para él.

La capacidad ofensiva de Petar, eléctrico y descarado, y su desequilibrante uno contra uno le convierten ya en una poderosa arma para desarbolar defensas, también un disfrute en época de ‘highlights’. Más cerebral es Djordje, el primero en debutar con el Barça aunque haya tenido que irse cedido al Montpellier. Un lateral derecho completo, sólido en defensa y ambidiestro, capaz de armar el brazo con ambas manos.

“Es verdad que el año pasado llegué a estar por las nubes, pero todo eso ha pasado y ahora soy un jugador más del equipo disfrutando e intentando dar lo máximo de mí. Estar donde estoy es lo que me mantiene con los pies en el suelo”, concluye, centrado en ganar un poco más de masa muscular.