EL ANÁLISIS TÁCTICO
Las cinco claves del Celta-Barça: Gavi vuelve a bombear su genio
La crónica: El Barça acaba desquiciado en Balaídos

Raphinha y Gavi celebran el 0-1 del Barça al Celta en Balaídos marcado por el brasileño en la primera mitad. / Afp / Miguel Riopa


Joan Domènech
Joan DomènechPeriodista
Periodista. Título de Entrenador de fútbol nivel A. Deportista vocacional. Tras retirarme como futbolista, empecé a trabajar en Mundo Deportivo (12 años, 1988-2000). He asistido a cuatro Mundiales y cuatro Eurocopas. Coautor de varios libros. Miembro del colectivo ‘Periodistes Solidaris’ y 'Amics de Johan'.
Expulsión de Marc Casadó en el minuto 82, gol de Alfon en el 84 y gol de Hugo en el 86. Una sucesión de malas noticias, sin tiempo de digerirlas una detrás de otra, arruinó las buenas noticias que emitía en Balaídos: el regreso de Gavi a la titularidad, la asistencia de Koundé, los goles de Raphinha y Lewandowski... No había empatado ningún partido el Barça todavía. Pasó en Balaídos, donde siempre pasan cosas para que los azulgranas nuna se marchen contentos.

Hansi Flick da instrucciones a sus jugadores ante Claudio Giráldez, el técnico del Celta, en Balaídos. / Ap / Lalo R. Villar
369 días después
El 19 de noviembre de 2023 disputaba Gavi su último partido como titular. No lo acabó. En aquel España-Georgia se rompió los ligamentos de la rodilla derecha y parte del menisco y abrió un paréntesis que se cerró ayer en Balaídos. Un año y cuatro días después entraba de inicio para comenzar un partido desde cero. Apenas había jugado seis ratos que no sumaban ni 50 minutos.
Flick ha comprobado, sobre todo en los entrenamientos, que Gavi bombea genio. "Es un corazón con patas", fue la descripción que hizo del pequeño andaluz Xavi, que lloró su ausencia como nadie. Flick no desaprovechó la oportunidad de meterle entre los once para que inyectara sangre al Barça alicaído que cayó en San Sebastián. Cuando fue sustituido, el equipo decayó.

Gavi inicia una jugada de ataque en Balaídos durante el Celta-Barça. / Ap / Lalo R. Villar
Raphinha y Olmo se mueven
Lo metió, asumiendo que movería varias piezas de sitio. La vacante de Lamine Yamal era un problema que no se solucionó con Ferran ni con Fermín, así que devolvió a Raphinha a su antigua posición natural de extremo derecho. Para que diera salida a Koundé y para crear zozobra en la zaga viguesa con sus frecuentes desmarques. No perdió entusiamo ni regateó dedicación Raphinha, que disfruta más en el centro.
Más forzado fue el desplazamiento de Dani Olmo a la izquierda, donde perdió lustre, actividad y gol. Se abrieron a los costados Raphinha y Olmo para ceder el espacio noble a Gavi, el más adelantado del centro del campo. El equipo perdía remate, pero ganaba presión sobre un Celta al que le gusta salir paseando desde atrás.

Koundé controla el balón de forma acrobática durante el Celta-Barça en Balaídos. / Afp / Miguel Riopa
Koundé asume su error
Cuando se interrumpió la Liga, Jules Koundé era uno de los futbolistas más inspirados. Había dado los pases de los tres últimos goles del Barça. Los de Belgrado, porque en San Sebastián el Barça regresó de vacío. Sin goles y sin punto. La segunda derrota, sin Lamine Yamal de titular, ausente en el once inicial de Pamplona.
Koundé dio su séptima asistencia de gol. No es delantero, cabe recordarlo. Igualó a Lamine Yamal y sólo le supera Raphinha, el receptor de su pase. Un pase largo y vertical que persiguió el brasileño. Anduvo listo para aprovechar la indecisión de Òscar Mingueza. Koundé creó la victoria y luego la estropeó con una indecisión impropia, consumándose el tercer partido sin ganar en ausencia del extremo juvenil. "Asumo mi error, no se puede perder la concentración", admitió Koundé, que antes de regaalr el balón que supuso el 1-2, se había desentendido de una acción que había terminado en gol por un exceso de confianza suyo.

Aspas lamenta una jugada ante Dani Olmo, Gerard Martín y Gavi en el Celta-Barça de Balaídos. / Ap / Lalo R. Villar
Una falta
Sólo una falta cometió el Barça en el primer tiempo, un dato que puede tomarse en sentido positivo –qué lección de deportividad– o en el negativo: una pasividad inadmisible. Llegó en el último minuto de la fase inicial. Seis hizo el Celta.
La cometió Gerard Martín sobre Iago Aspas. Fue tan alevosa que mereció la tarjeta amarilla. Soto Grado no se la enseñó. Ya le había mostrado una en el minuto tres: en una acción que no señalizó como falta al conceder la ley de la ventaja en un ataque de Celta. Martín andaba tan desbordado, y estaba tan señalado, que Flick le sustituyó en el descanso. El expulsado fue Marc Casadó, Gavi no estaba, y el Barça se vació.

Iñaki Peña atrapa un balón durante el Celta-Barça en Balaídos. / FCBARCELONA
Aspas enloquece
Aspas se las prometía felices ante el Barça, un equipo ante el que se forra de goles. Se las prometia felices, aunque no estuviera Ter Stegen, sino Peña. No le salió nada y apeló a la búsqueda de faltas para disponer de más ocasiones tras fallar una muy clara.
Faltaron los goles de Aspas (11 en 21 enfrentamientos con los azulgranas), pero no sus aspavientos ni sus protestas para echar al público sobre el árbitro. El Barça no gana sin Lamine Yamal y tampoco con Soto Grado.
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