EL ANÁLISIS TÁCTICO

El derbi Barça-Espanyol en cinco claves: Olmo impacta y multiplica

La crónica del derbi: El Barça despluma al Espanyol (3-1)

El silencio inicial de la Grada de Animación para replicar a Laporta

Bauza y Dani Olmo pelean por un balón en el derbi de Montjuïc entre Barça y Espanyol.

Bauza y Dani Olmo pelean por un balón en el derbi de Montjuïc entre Barça y Espanyol. / Jordi Cotrina

Marcos López

Marcos López

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El derbi lo resolvió el Barça en media hora. No necesitó más tiempo. Luego, en la segunda mitad, se tiró a la bartola encajando el gol del Espanyol, con todo el trabajo hecho gracias a ese 3-1. Y el público, sin afición visitante, pero con 48.843 espectadores, completó la segunda mejor entrada de la temporada, solo superada por la visita europea del Bayern Múnich (50.312).

El Barça celebra el 1-0 al Espanyol en Montjuïc, marcado por Dani Olmo.

El Barça celebra el 1-0 al Espanyol en Montjuïc, marcado por Dani Olmo. / Jordi Cotrina

Cuatro remates, dos goles de Dani

Ni una hora estuvo en el césped. Ni una hora necesitó Dani Olmo para convertirse en la estrella del Barça. No solo por los dos goles (uno en el interior del área; otro desde fuera aunque su disparo rozó el cuerpo de Cabrera) sino porque todo lo que genera a su alrededor multiplica y aumenta el valor. Es el impacto de un jugador que gobierna el partido con el balón y, al tiempo, detecta los espacios para asomarse con peligro transformado en un delantero.

Suma cinco tantos en la Liga, solo uno menos que Mbappé, por ejemplo, a pesar de que Olmo ha estado mes y medio lesionado. Un cabezazo que se fue fuera (m. 8), un disparo flojo atrapado por Joan García, el meta del Espanyol, un gol (1-0, m. 12) y otro con un lanzamiento lejano (3-0, m. 31).

Lamine Yamal inicia una jugada de ataque en el derbi entre Barça y Espanyol en Montjuïc.

Lamine Yamal inicia una jugada de ataque en el derbi entre Barça y Espanyol en Montjuïc. / Jordi Cotrina

El 'mágico' exterior de Lamine Yamal

Se ha convertido esa acción en una marca propia. En una seña de identidad para Lamine Yamal, capaz de sorprender desde cualquier rincón del campo. No necesita ni estar dentro del área tal es su capacidad de intimidación porque ese golpeo rasga defensas con un veneno que las deja inutilizadas. Así nació el primer gol del Barça. Un golpeo con el exterior de su delicado pie izquierdo desnudó a la zaga perica y dejó a Dani Olmo ante Joan García, el meta blanquiazul.

Pero tiene otra versión el extremo azulgrana, que suma siete asistencias en 12 jornadas de Liga, ocho si se incluye la que hizo en la Champions. Con el exterior asistió a Dani Olmo y con el interior centró aunque a Pedri le faltó una talla de bota mayor para llegar a ese delicado balón. 

Raphinha supera a Joan Garcia para anotar el 2-0.

Raphinha supera a Joan Garcia para anotar el 2-0. / Jordi Cotrina

Una línea mal tirada que acabó siendo una curva

En los dos primeros goles del Barça (Olmo y Raphinha) quedó en evidencia el desajuste defensivo del Espanyol. No solo porque fueron tantos que nacieron con llegada desde la segunda línea sino porque el equipo de Manolo González cometió varios errores.

El primero fue no colocar al lanzador bajo presión. Ni con Lamine Yamal en el 1-0. Ni con Marc Casadó en el 2-0, donde se retrataron esas disfunciones. Sin presión sobre el mediocentro azulgrana tiró el Espanyol la ínea del fuera de juego tan mal que fue una curva haciendo legal el astuto desmarque de Raphinha.

Hansi Flick da instrucciones a sus jugadores ante Manolo González, el técnico del Espanyol, en el derbi de Montjuïc.

Hansi Flick da instrucciones a sus jugadores ante Manolo González, el técnico del Espanyol, en el derbi de Montjuïc. / Jordi Cotrina

Y Montjüic ovacionó un fuera de juego bien hecho

Era el minuto 45. Y era Carlos Romero, el lateral del Espanyol, quien entraba en posición antireglamentaria porque Casadó, con una valentía casi irresponsable, y Héctor Fort se cosieron a la línea del centro del campo. Sellados parecían ambos para conseguir su objetivo y lo hicieron, provocando algo realmente insólito en Montjuïc.

El público celebró ese quinto fuera de juego del Espanyol con una espectacular ovación, tal si fuera un gol. A eso ha llevado el Barça de Flick. A festejar las obras bien hechas con ovaciones, aunque sean tender la trampa al rival. Y todos caen: Sevilla, Bayern, Madrid y ahora el Espanyol.

No hubo, sin embargo, mayor frustración para el equipo perico que ver como el gol de Jofre, festejado con un sentido beso al escudo, quedaba invalidado porque Omar estaba en fuera de juego. O sea, una herida terrible para el Espanyol. Pasó del 2-1 al 3-0. Luego, a Tejero se le anuló otro gol al caer en la trampa ‘flickniana’.

Marc Casadó intenta atrapar a Kral en el Barça-Espanyol de Montjuïc.

Marc Casadó intenta atrapar a Kral en el Barça-Espanyol de Montjuïc. / Jordi Cotrina

Con 7 de la cantera y una posesión aplastante

En el derbi, la cantera del Barça fue mucho más numerosa que la del Espanyol. Solo había que mirar el once inicial azulgrana para detectar hasta siete jugadores formados en las categorías inferiores, siendo unos intrusos un polaco (Lewandowski), un vasco (Iñigo Martínez), un canario (Pedri) y un brasileño (Raphinha). Iñaki Peña, Héctor Fort, Pau Cubarsí, Balde, Marc Casadó, Dani Olmo y Lamine Yamal avalan el trabajo de formación de La Masia, a quien Flick ha construido el ecosistema adecuado para que disfruten a lo grande, sin reparar en el rival.

En el Espanyol había cinco futbolistas que se cosntruyeron en la ciudad deportiva Dani Jarque: Joan García, Omar, Jofre, Puado y Bauza, que llegó en edad juvenil y debutaba en Primera División. Y el partido demostró que Flick no solo maneja el formato vertical sino que también aplasta con una posesión descomunal: 77% llegó a tener en la primera mitad. Y con el 77% acabó el partido.