Pulso intenso
Montjuïc y la batalla de los derbis: Camacho, el doblete de Tamudo, el puñetazo de Rijkaard y las bengalas de los Boixos
El Espanyol regresa este domingo al estadio en el que vivió 12 años entre la demolición de Sarrià y el estreno de Cornellà. El Barça ejercerá ahora de local antes de su retorno al Camp Nou.
Lukebakio fulmina a un Espanyol triste y sin respuestas

Tamudo, presionado por Puyol, en el derbi del 16 de octubre de 2004 en Montjuïc. / JORDI COTRINA


Raúl Paniagua
Raúl PaniaguaPeriodista
La historia se repite pero con los vestuarios cambiados. Montjuïc volverá a acoger este domingo una batalla entre el Barça y el Espanyol, una circunstancia que ya se dio en el pasado. Sucedió por primera vez hace 95 años, con un partido de Liga en 1929 en el estadio olímpico y se repitió a mediados del siglo pasado, pero los recuerdos más inmediatos remiten a la etapa en la que la montaña mágica se convirtió en el hogar de los pericos entre 1997 y 2009. Allí vivió de alquiler el club blanquiazul y lo hace ahora el Barça, a la espera de que concluyan las obras del Camp Nou.
La presencia del Espanyol en Segunda evitó que el derbi ya se reviviera el año pasado en Montjuïc. Con el ascenso de los pericos la cita llegará este domingo 3 de noviembre, 16 años después del último duelo entre pericos y culés en el Lluís Companys. Ocurrió, concretamente, el 27 de septiembre de 2008 y el cuadro azulgrana, dirigido por Pep Guardiola, doblegó al bloque de Tintín Márquez (1-2).
El último, de Messi
Coro adelantó a los locales, que se quedaron con 10 en el minuto 45 por la expulsión de Nené. Henry, tras pase de Xavi, y Messi, de penalti en el 90, remontaron el pulso. Neeskens y Tito Vilanova, ambos fallecidos, eran los ayudantes de Pep en un choque al que acudieron casi 32.000 espectadores, recordado también por el lanzamiento de bengalas de los Boixos Nois contra seguidores pericos.

Bengalas de los Boixos Nois en el estadio de Montjuïc en el derbi del 27 de septiembre de 2008, el último antes del traslado a Cornellà del equipo perico. / JORDI COTRINA
Ese triunfo culé cerró una docena de derbis en Montjuïc saldados con seis éxitos azulgranas, dos blanquiazules y cuatro empates, con 16 goles del Barça y 12 de un Espanyol que vivió buenos momentos deportivos en una casa fría que nunca sintió como suya. El drama se inició el 20 de septiembre de 1997 a las 17.04 horas con la demolición del estadio de Sarrià, víctima de la nefasta gestión de los dirigentes. Fueron dos segundos y 60 centésimas, pero una eternidad en el alma de los pericos. Un mes antes de la explosión ya se había producido el debut del equipo en el Estadio Olímpico de Montjuïc, denominado oficialmente Lluís Companys desde 2001.
Tablas en el primero
La plantilla se presentó en el nuevo hogar en agosto de 1997, con Daniel Sánchez Llibre de presidente y el regreso de José Antonio Camacho al banquillo. En abril de 1998 llegó el primer derbi en el exilio, que concluyó con tablas (1-1). Figo marcó en la primera mitad para el conjunto de Van Gaal y Sergio González evitó la derrota perica. El Barça, ya con Mourinho de segundo entrenador, fue el campeón incontestable de aquel curso, mientras el Espanyol se movió siempre por la zona media-alta y acabó décimo.

Valdés (en primer plano), Luis García, Milito y Márquez observan cómo el balón se dirige al fondo de la red en el derbi contra el Espanyol celebrado en Montjuïc el 1 de diciembre de 2007. / JORDI COTRINA
Meses después se produjo la primera victoria culé en la montaña olímpica (1-2). Kluivert y Giovanni, de penalti en el minuto 82, convirtieron en estéril el tanto de De Lucas para el cuadro de Brindisi. En enero de 2000, con Paco Flores en el banquillo, volvió a equilibrarse la cosa (1-1) con goles de Benítez y Kluivert. Las tablas se repitieron el año siguiente (0-0) y en diciembre de 2001 se impuso el Espanyol con un doblete de Tamudo (2-0).
El cuadro blanquiazul sumaba así su primera victoria en Montjuïc ante un rival dirigido en aquella ocasión por Rexach. Eran tiempos difíciles para el Barça, que acabó cuarto en la Liga dos temporadas seguidas y sexto en la 2002-03, ya con Antic como técnico. En ese curso, los azulgranas tumbaron al Espanyol de Clemente con tantos de Cocu y Xavi (0-2).
Seis expulsados
Mención aparte merece el derbi del 13 de diciembre de 2003, que acabó con seis expulsados, tres por bando. Cocu, Márquez y Quaresma se fueron a la calle por el Barça y De la Peña, Lopo y Soldevilla siguieron el mismo camino en el Espanyol, que perdió 1-3. "Fue una pasada, los ánimos estaban muy calientes con declaraciones de todo el mundo. A mí me echaron, era un derbi y yo me transformaba en esos partidos", explicó Soldevilla en EL PERIÓDICO. Jordi Cruyff, que jugó el partido completo, marcó el 1-0 para los blanquiazules, pero el Barça remontó por la vía rápida gracias a los goles de Ronaldinho y Kluivert (2).

El árbitro muestra una roja en el derbi del 12 de diciembre de 2003 que acabó con seis expulsados. / JORDI COTRINA
Decó selló la victoria del Barça de Rijkaard en el derbi de octubre de 2004 (0-1) y repitió diana el curso siguiente en un partido en el también anotaron Tamudo y Etoo (1-2). La segunda noche de gloria de los pericos en el derbi en el exilio llegó el 13 enero de 2007 con una victoria (3-1) que siempre será recordada por el puñetazo de Rijkaard al metacrilato del banquillo.
"Se habló mucho de aquello. Hasta tuvieron que pagar el destrozo. Que un tío tan tranquilo como él hiciera eso demuestra que dejamos tocado al Barça", apuntó Javi Chica, titular en aquel choque en el lateral izquierdo y actual técnico del juvenil A perico. Luis García, Tamudo y Rufete firmaron el éxito del conjunto de Ernesto Valverde. Desde entonces, no ha vuelto a ganar el Espanyol al Barça como local en la Liga y ya van 15 intentos.
"Jugaremos en casa"
La penúltima cita en el hogar temporal de los pericos tuvo lugar en diciembre de 2007 en un pulso equilibrado (1-1, goles de Iniesta y Coro). Nueve meses después se cerró la docena de derbis con ese triunfo certificado con el penalti de Messi.

Messi bate de penalti a Kameni en el derbi del 27 de septiembre de 2008, el último del Espanyol como local en Montjuïc antes del traslado a su casa de Cornellà. / JORDI COTRINA
La historia se retoma 16 años después con un intercambio de casetas. "Vamos a Montjuïc. Jugaremos en casa", dijo hace días con ironía Manolo González. El Barça, el poderoso líder de la Liga, recibirá al austero Espanyol, que apelará a su orgullo y corazón para evitar otro descalabro como los sufridos por el Bayern y el Madrid.
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