Fútbol

El osado Barça de Flick lleva su revolución al Bernabéu

El equipo azulgrana, sostenido por La Masia y afilado por Raphinha y Lewandowski, mide su nuevo relato ante un Madrid que ha ganado los últimos cuatro clásicos

Real Madrid – Barça, en directo: horario y última hora del Clásico

Hansi Flick atiende al entrenamiento de Lamine Yamal en la víspera del clásico.

Hansi Flick atiende al entrenamiento de Lamine Yamal en la víspera del clásico. / Afp7

Francisco Cabezas

Francisco Cabezas

Barcelona
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Las revoluciones, siempre emocionantes, acostumbran a traer peligros asociados, especialmente el de la fugacidad del impacto y el traslado a la cotidianidad. Algo más que complicado en un deporte tan dado a la exageración y los altibajos. Pero una vez el Barça de Hansi Flick demostró la consistencia de su nuevo relato en el monumental triunfo ante el Bayern (4-1) -sepulturero de la última gran era azulgrana-, la visita este sábado al Bernabéu no tiene el carácter de examen, sino de desafío.

El Real Madrid ha ganado los últimos cuatro clásicos y cuenta en sus filas con dos de los mejores solistas del continente, el próximo Balón de Oro (Vinicius) y el nuevo jugador franquicia (Mbappé). Pero mientras el equipo de Ancelotti lleva semanas buscando anudar piezas para que el monólogo no sea el único hilo conductor, el jovencísimo equipo de Flick corre, presiona, arriesga y juega en grupo. Con el ansia adolescente de quien nada teme.

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En la Ciutat Esportiva Joan Gamper están más que encantados con Hansi Flick. Sin ansia alguna de protagonismo, está logrando hacer ver a sus jugadores un sinfín de cualidades en las que no siempre repararon. El caso más llamativo es el de Raphinha, un proscrito hace unos meses, y que ahora, con el brazalete de capitán anudado al brazo, está dando la razón a la insistencia en su día de Deco cuando éste lo ponía por delante de Dembélé, adorado por Xavi Hernández hasta que el francés le hizo 'ghosting'. O el de Koundé, al que ya no se le ve torcer el gesto ubicado en su carril derecho. O el de Iñigo Martínez, cuya titularidad junto a Pau Cubarsí nadie puede discutir ahora que sus músculos resisten. O incluso el de Pedri, cada vez más en paz con los miedos físicos que coartaban su creatividad.

El nervio de Casadó y Fermín

Aunque nada define mejor este nuevo tiempo azulgrana que el sostén de La Masia, motor emocional, pero también del juego de un equipo que no se cae ante las dificultades y sólo comprensible a partir de la insistencia de un puñado de críos que juegan con el espíritu y la pillería del barrio.

Marc Casadó y Fermín, dos demonios de 21 años, uno de Sant Pere de Vilamajor, el otro de El Campillo, deberían ser titulares en el Bernabéu junto a Pedri, a la espera de que Dani Olmo se ponga a punto y Frenkie de Jong encuentre su lugar. Deberían ser Casadó y Fermín los que arrastren a su equipo a defender atacando, animando a sus delanteros a que se lancen a por los centrales rivales, y a sus defensores a que suban la línea hasta el centro del campo. Luego ya sería el turno de Lamine Yamal, que comienza a ejercer de gran estrella futbolística pero también mediática (estrena en el clásico unos 'brackets' con unas estrellas azul y grana), de Raphinha, en el momento de su vida, y de Lewandowski, que a sus 36 años amontona 15 goles en 13 partidos oficiales.

El Barça, líder con tres puntos de ventaja sobre el Madrid, está construyendo algo más que un equipo: la identificación del barcelonismo con un proyecto.