ATHLETIC 3 - ATLÉTICO 0
De Williams a Williams, el Athletic masacra al Atlético para alcanzar una nueva final de Copa
Un gol de cada hermano y otro más de Guruzeta catapultan al equipo de Valverde hacia la final de Sevilla, en la que se medirán al Mallorca
Cerezo denuncia que aficionados del Atlético han sido "heridos de gravedad" en Bilbao

Copa del Rey | Athletic Club - Atlético de Madrid, en imágenes / Miguel Toña


Sergio R. Viñas
Sergio R. ViñasPeriodista
Sergio Rodríguez Viñas nació en Sabiñánigo (Huesca) en 1989 y se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 2011. Desde 2009 y hasta 2021, trabajó en El Mundo como corresponsal de Deportes en el País Vasco y Navarra. En septiembre de 2021, se incorporó al equipo fundacional de El Periódico de España como redactor y posteriormente jefe de Deportes, cubriendo el Mundial de Qatar 2022 y los Juegos Olímpicos de París 2024. Desde abril de 2025 forma parte de El Periódico, como redactor especializado en los clubes de fútbol de Madrid (Real Madrid y Atlético) e instituciones como LaLiga, la RFEF, el CSD y el COE.
De Williams a Williams, de Nico a Iñaki, de Iñaki a Nico. Símbolos ambos de una época, no solo del Athletic, también de Euskadi y de toda España. Cómo hemos cambiado. Por sus venas vascas de hijos de la inmigración africana circula la sangre de los Goikoetxea, Dani y Sarabia, de aquella última y lejana generación bilbaína que alzó una Copa del Rey en 1984. Han sido ya seis intentos fallidos, pero no desiste el Athletic, que este jueves pasó por encima del Atlético (3-0) para brindarse un nuevo intento. Será el 6 de abril frente al Mallorca de, ironías de la vida, el 'Vasco' Aguirre.
De Nico a Iñaki se redactó el trazo del primer gol. De Iñaki a Nico, el segundo. Y ambos se sumaron al que había anotado Berenguer en el Metropolitano (0-1 en la ida) para empezar a perfilar una nueva ilusión de gabarra, El Dorado bilbaíno. Guruzeta abrochó la goleada en la segunda mitad. Sin Griezmann, pero dio la sensación de que tanto hubiera dado con él, por mucho que sea uno de los grandes ogros modernos de San Mamés, el Atlético fue presa del extraño embrujo de este Athletic que alcanza su sexta final en los 15 últimos años.
Compitió durante un rato el equipo de Simeone, sí, hasta arrancó con más brío que su empoderado rival, pero hincó la rodilla en cuanto recibió dos zarpazos. Y nunca se creyó capaz de levantarse ni el Athletic se lo permitió. No encontró escudo el Atlético para protegerse de las estocadas que les propinaban los dos hermanos por los costados. Ni tampoco supo alzar un muro en su área para que las punzadas fueran indoloras. Esa legendaria solidez defensiva que impregnó de esencia al 'cholismo' hace tiempo que es historia. Y un magistral Ernesto Valverde supo sacar provecho ante la máxima asistencia de la historia de San Mamés: 52.061 espectadores.
Disturbios en la previa en San Mamés
Antes de que el balón echara a rodar, ya había noticia en San Mamés. Y no precisamente buena. Volvió a quedar patente que en el seno de la gran afición del Athletic hay un detestable grupúsculo de violentos. Forzaron a miembros de la Ertzaintza a refugiarse en el estadio para protegerse de una lluvia de objetos y agredieron a aficionados atléticos, algunos de los cuales sufrieron "heridas graves", según denunció su presidente, Enrique Cerezo.
Lo peor que tiene el Athletic dio paso a lo mejor, sus futbolistas, que confirmaron que su pésimo partido ante el Betis fue un mero desliz. Encajaron con concentración y eficacia el empuje inicial del Atlético y a los 13 minutos consiguieron morder al primer intento. Internada de Nico por la izquierda, centro al área y volea de Iñaki con la caña que sorprendió a un Oblak que, como el 'cholismo', hace tiempo que no es lo que era: el mejor portero del mundo.
El Atlético fingió que el golpe no le había afectado, trató de persistir en su idea de cargar el área con intensidad y velocidad, pero el Athletic había salido del vestuario bañado en acero. Nada le hacía daño, solo pareció temblar con un disparo alto de Correa. Preludio de una nueva internada exitosa por banda, en este caso de Iñaki por la derecha, en este caso para que fuera Nico el que rematara a gol antes tres zagueros colchoneros, incapaces de evitar un tanto que colocaba al Athletic con los dos pies en la final en el minuto 42.
Tres cambios de Simeone
Simeone, sorprendentemente, renunció a hacer cambios tras el descanso, que arrancó con un cuarto de hora de retraso por una emergencia médica en la grada. Un serio aviso de Nico y Sancet a los cinco minutos le hizo cambiar de opinión, dando entrada a Memphis, Reinildo y Barrios de una tacada. Todo o nada. Iba a ser nada. El Athletic no iba a permitir otro desenlace.
Lo confirmó Guruzeta a la hora de partido, marcando el tercero de la noche para los locales, después de un deficiente despeje de Oblak a disparo de Sancet. Ahí murió todo lo que quedara aún con vida, rumbo a una media hora de penitencia madrileña, de goce bilbaíno, desbordado tras dos paradones de Agirrezabala. Sevilla ya espera al Athletic como desde hace dos días aguardaba al Mallorca. Y Arabia Saudí, de paso, les guarda sitio a ambos para la próxima Supercopa. Cómo hemos cambiado, también en esto.
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