REENCUENTRO EN EL VESTUARIO

Xavi gestiona y atenúa la 'tormenta Gündogan'

Gündogan, tras la derrota en el clásico: "No he venido aquí para perder este tipo de partidos"

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Xavi observa el entrenamiento del Barça preparando la visita del sábado a San Sebastián para medirse a la Real Sociedad.

Xavi observa el entrenamiento del Barça preparando la visita del sábado a San Sebastián para medirse a la Real Sociedad. / FCBARCELONA

Marcos López

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Tras el clásico, Xavi dio descanso a la plantilla. Tras la primera derrota del curso, que llegó al partido 14, el técnico entendió que lo mejor era airear a sus jugadores, una decisión tomada incluso antes de la ‘tormenta Gündogan’. Concedió Xavi casi tres días libres (tarde domingo, lunes y martes completo, mañana del miércoles) a los futbolistas para que reflexionaran en privado sobre la caída ante el Madrid.

Xavi, entretanto, debatía ese tropiezo en común con su cuerpo técnico buscando soluciones para atenuar el bajón del equipo, que ha descendido hasta el cuarto puesto de la Liga, situado ahora a cuatro puntos de Madrid y Girona, que mandan en la Liga, con 28, y uno del Atlético, que es tercero (25), con un partido menos.

Xavi durante el clásico contra el Madrid en Montjuïc.

Xavi durante el clásico contra el Madrid en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Días de análisis para Xavi, que ha visto como el Barça transitaba de su mejor momento desde que era entrenador con aquellas dos goleadas a Betis (5-0) y Amberes (5-0). Parecen lejanas, pero no tanto. Ocurrió a mediados de septiembre. Luego, el equipo empezó a perder piezas esenciales en el camino, al tiempo que emergían jóvenes ilusionantes como Lamine Yamal y Fermín, mientras otro (Gavi) asumía el papel de veterano.

Desde la contundente victoria sobre el Amberes (19 septiembre), se han disputado ocho partidos donde el Barça emitía señales de inquietud, detectadas por su entrenador, hasta que el ‘ciclón Bellingham’ destapó los problemas. Ocho encuentros, cinco victorias, todas por un solo de gol de diferencia, dos inoportunos empates ligueros (2-2 en Mallorca, 2-2 en Granada) y la derrota en el clásico.

Tras dar casi tres días libres a la plantilla, Xavi activa al Barça para solucionar los problemas tácticos y atenuar la denuncia de Gündogan, que agitó al grupo

Derrota que precipitó la denuncia de Gündogan, quien lanzó un mensaje que iba mucho más allá de ser una simple queja. "No he venido aquí para perder este tipo de partidos", reveló el excapitán del Manchester City, dolido porque no había visto "el enfado" que imaginaba en el vestuario tras esa caída con el Madrid.

Ilkay Gundogan posa con su mujer Sara Arfaoui.

Ilkay Gundogan posa con su mujer Sara Arfaoui. / FRANCK FIFE

Era, sobre todo, un aviso de que toca cambiar. Aviso urgente ahora que hay tiempo para solucionarlo todo. Apenas 11 jornadas de Liga. Aviso de un recién llegado, desprovisto, por lo tanto, de cualquier carga emocional previa que limitara su mensaje.

Limpio de cualquier ‘contaminación’ en ese vestuario que está renovando los liderazgos, con Sergi Roberto, De Jong, Ter Stegen y Araujo como dueños del brazalete. Un modo radicalmente distinto al que imperaba antes con Messi en su día. O con Busquets, Piqué, Alba, por ejemplo.

Reencuentro en el vestuario

A Xavi, por lo tanto, le toca, una vez analizados en el plano táctico los errores del clásico, centrarse en la gestión la ‘tormenta Gündogan’ . Este miércoles, 72 horas más tarde, se han reencontrado todos en el vestuario. Quien denunció y los denunciados, aunque el alemán no citó nombre alguno. Y el técnico estaba delante de ellos. Está a punto de cumplirse su segundo aniversario en el banquillo (fichó el 6 de noviembre de 2021 y debutó el 20) y Xavi no había tenido hasta ahora un asunto de esta dimensión.

El técnico, que recuperó en el clásico a Lewandowski, Raphinha y Koundé, aunque el francés no jugó, confía ahora en tener a Pedri y De Jong para ir el sábado a San Sebastián

Estuvo el ‘caso Dembélé’ y su apuesta decidida por un jugador que el club quiso vender porque al final él se marchó cuando quiso a París. Estuvo el ‘caso Negreira’ y la necesidad de cerrar las puertas del vestuario para que no afectara al grupo.

Xavi protesta una falta en el clásico de Montjuïc tras una jugada entre Gündogan y Valverde.

Xavi protesta una falta en el clásico de Montjuïc tras una jugada entre Gündogan y Valverde. / Jordi Cotrina

Estuvo, además, el volcánico día a día de un Barça que echó a Messi poco antes de que fuera campeón del mundo con Argentina y no pudo recuperar a Messi cuando él quería. O la dificultad que supone trabajar en un club que derrochaba el dinero y ahora vive en la miseria, condicionado por el ‘fair play’ de la Liga y por las deudas.

Coser las grietas

Pero hasta ahora no había tenido Xavi un asunto tan sensible para el día a día del grupo como la denuncia, aviso, mensaje, queja de Gündogan. Nada de eso se había escuchado desde que llegó el técnico desde Catar. Y él, que debía estar igual de enfadado (o más) que el alemán el sábado, aunque escogiera en público divulgar un discurso positivo, debe reconstruir los puentes de diálogo.

Aprovechando la inminente vuelta de Pedri y De Jong, tras las reapariciones estériles de Lewandowski y Raphinha en el clásico, tiene Xavi que coser algo que se ha roto. Coserlo pronto y bien porque el sábado viaja a San Sebastián para enfrentarse a la lozana Real de Imanol Alguacil, un equipo tan alegre como complejo de descodificar.