Anda p'allá, bobo

Xavi pide, con razón, que las internacionales lo cuenten todo

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Emilio Pérez de Rozas
Emilio Pérez de Rozas

Periodista

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“Desconozco qué ha pasado y qué pasa. Las futbolistas tienen que hablar claro y no dar pie a la confusión. Me entristece. En el mejor momento de la historia del futbol femenino español, la situación es caótica. Tienen que dar explicaciones, dar sus motivos. Ellas, no yo. Me entristece que lo que se ha conseguido tras tantos años acabe así. Que lo aclaren ellas para resolver la situación”, explicó Xavi Hernández, el pasado viernes, en su conferencia de prensa previa del magnífico Barça-Betis.

Si la frase la hubiese pronunciado cualquier otro no le daría la importancia y, sobre todo, la relevancia que merece. Un monstruo del fútbol muestra sus dudas. El enfrentamiento entre las jugadoras internacionales, se diría que de todos los vestuarios del fútbol femenino español, con la Real Federación Española de Fútbol viene de lejos (septiembre del 2022) y, sí, se ha acentuado, con razón, por los dos gestos inapropiados, injustificados y vergonzosos de Luis Rubiales en el palco de la final del Mundial, a mi entender mucho peor tocarse los testículos en la primera fila del palco, junto a la Reina de España, que el pico con Jeni Hermoso.

Cuando empezó este enfrentamiento, que enseguida derivó en guerra sin cuartel, las internacionales consideraban que no podían seguir acudiendo a las citas con la selección en las condiciones que se daban pero jamás, jamás, explicaron abierta y públicamente cuáles eran esas condiciones que les hacían trabajar en una situación incómoda, que, ahora, definen como “poco segura”.

Golpe de efecto

El primer problema de aquella denuncia fue que no fueron ellas quienes llevaron la voz cantante liderando aquel estallido sino, muy hábilmente, el departamento de Marketing y Comunicación de la Federación, que filtró el plantón de las futbolistas a los medios de comunicación, tomando la iniciativa. A partir de aquel momento, todo fueron dudas, ataques, comunicados y un feo enfrentamiento, donde ninguna de las dos partes ha contado jamás la verdad, ni dado explicaciones completas, de por qué ese distanciamiento y ruptura.

El caso es que aquello que parecía el fin del estupendo despertar del fútbol femenino acabó convirtiéndose en uno de los éxitos más grandes del deporte español en toda su historia, la conquista del Mundial femenino, que, al final, tuvo una celebración muy cutre (es más, todavía colea el homenaje de la Casa Real a las campeonas ¡todavía!) y, encima, casi sin dueño, pues ellas dicen que ganaron ellas y la Federación se apunta el tanto porque resistió y triunfó la idea de Jorge Vilda.

El poder deportivo, mediático, el apoyo total, insisto, pese a la carencia de explicaciones y motivos, que han adquirido las internacionales españolas en su enfrentamiento con la Federación, es de tal envergadura que ha quedado instalada en todo el mundo la sensación de que tienen razón, toda la razón.

Fiesta de la selección femenina de fútbol en Madrid.

/ RODRIGO JIMÉNEZ / EFE

Y, sí, hay una lista, ¡claro que hay una lista!, de personas, de federativos/as y profesionales que, según ellas, las han coaccionado, intimidado y forzado a que se posicionen para quitar hierro al pico Rubiales-Hermoso. Pero, insisto, es un rumor, lo que cuentan aquellos/as que están cerca de las jugadoras, pero no ellas.

¿Tienen razón de qué? y ¿por qué? No se puede utilizar el pico y la marcada de paquete de Rubiales, impresentable hasta el punto de convertirse en la demostración de que el CSD debió cargárse al presidente mucho antes por sus desmanes previos, para intentar ganar la batalla que se perdió en su día y que culminó, repito, con la conquista del Mundial de Australia y Nueva Zelanda.

No es la selección femenina de fútbol la que debe provocar los cambios en la RFEF. Cierto, ellas no piden el despido de nadie, pero tratan de imponer sus reglas. El problema es que jamás explicaron por qué se plantaron antes del Mundial y tampoco explican, ahora, por qué nada les gusta, ni siquiera consideran válido el nombramiento de Montse Tomé como seleccionadora, pues piden para ese puesto un técnico/a profesional, con experiencia, con una cierta trayectoria internacional y no la prolongación del 'método Vilda'. Dicen. O rumorean.

Enorme poder

Uno tiene la impresión de que se sienten tan poderosas, tan apoyadas por la sociedad española, vamos, por todo el mundo, que se creen con derecho a cambiar todo lo que no les gusta, cuando uno tiene la impresión de que están tratando de tomarse la revancha de la ‘no victoria’ tras su primera reivindicación.

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Repito, como intuye Xavi Hernández, desde la lamentación de la pérdida de un momento histórico, si hubo ‘momentos Rubiales’ en algún instante a lo largo de los últimos años, que los cuenten; si Vilda no tiene ni idea, según ellas, de fútbol, que lo expliquen; si violaron su intimidad en las concentraciones, que lo denuncien; si fue su unión y autogestión, tras la goleada de Japón, lo que enderezó el rumbo en el Mundial, que lo relaten; si alguien se sobrepasó con ellas, que lo señalen; si les faltan recursos, si sus viajes son cutres, si la alimentación lamentable (bocadillos y ‘tupperware’ pobrísimos), si los preparadores físicos son amigos de Vilda, si les falta un/a netrucionista….¡qué se yo!, que lo digan, que lo hagan público y reforzarán su postura.

Sin escuchar sus explicaciones, que, tal vez, tendrían una contundente réplica por parte de la Federación (estoy convenció que los directivos guardan material explosivo para soportar el pulso), es difícil creerlas a pies juntillas, como está haciendo mucha gente. Ni siquiera aquellos que conocen los auténticos motivos de aquel inicial desplante han contado o escrito lo que saben.