La fe de Melanie Serrano: de los campos de tierra a ganar la Champions

Hace poco más de un año que Melanie Serrano colgó las botas. La jugadora que personifica la profesionalización de la sección dejó el primer equipo después de vestir durante 18 temporadas la zamarra azulgrana. Estuvo en todas las etapas, desde los campos de tierra hasta levantar la Champions de Göteborg en 2021. Ahora, ha dado un paso más en su carrera tras alejarse del césped: codirige el Infantil D con el que ha ganado la liga en su debut como entrenadora.

La final del año pasado en Turín fue la última que vivió desde el banquillo. "Fue duro. Ver el dolor y el sufrimiento de las personas que vinieron, por toda la gente que se volcó con nosotras y no le pudimos devolver ese esfuerzo que hicieron. Cuando pierdes, todo el mundo está triste, lo pasas mal, te sientes culpable. Son momentos duros y seguro que han aprendido muy bien la lección y este año será diferente", reflexiona Melanie Serrano, quien verá la final de Eindhoven desde la cabina de comentarista de TVE.

Emblema culé

"Siempre dije que cuando fuera campeona de la Champions me podía retirar. Hasta que no lo conseguí, no lo hice [ríe]. Siempre he querido conseguir lo máximo con el Barça, llegar a lo más alto. Empezar desde abajo, de cero, y llegar a conseguir esa Champions es la mayor satisfacción del mundo que puedes sentir como deportistas", relata Melanie Serrano a EL PERIÓDICO.

La sevillana llegó al club azulgrana en 2003 y desde entonces formó parte de todas las etapas del equipo hasta que este se convirtió en el mejor del mundo. Con 15 años, tres veces por semana y pasadas las diez de la noche recorría los cerca de 80 kilómetros que separan el Miniestadi de Blanes, donde vivía con su madre y su hermana. Cada día tenía que salir minutos antes del entrenamiento para poder llegar al tren, donde se quedaba dormida por la hora que era, esperando que llegara su momento de bajar. Jugo en campos de tierra, se quedó cuando bajaron a Segunda División y encabezó el proyecto que las llevó a la profesionalización.

Ahora, mirando con distancia esa etapa, se enorgullece de todos los sacrificios y esfuerzos hechos. "Yo, con 14 años, entrenaba con gente que me doblaba la edad. Mi día a día, mi entrenamiento, no tenía tanto diálogo. Eran otros tiempos. No hay nada igual en los tiempos que tenemos ahora. Es verdad que hemos crecido, que ha habido una evolución, pero lo ha hecho el Barça. El resto de equipos y clubs se han quedado un poco estancados y esa evolución no la han hecho al mismo tiempo. Es por eso que el Barça está donde está y el resto no", relatan convencida.

Un adiós difícil

"Si tomo la decisión de formar una familia, tengo que asumir todas las consecuencias que eso conlleva. Quería ser mamá, disfrutarlo y estar siempre presente. Es una cosa que a lo mejor solo vivimos una vez en la vida y no me lo quería perder por nada del mundo", relata, pensando en Natura e Itzel, sus dos pequeñas, claves en su decisión. "Cuando eres jugadora en un club como el Barça y en un momento en que todo fluye, es difícil tomar ese tipo de decisión. Nunca quieres que llegue y deseas alargarlo lo máximo posible. Tenía que pensar con la cabeza, no con el corazón. Realmente sufría mucho, lo pasaba mal, sobre todo los últimos dos años donde no estaba siendo protagonista ni ayudando tanto al equipo como me gustaría. Me restaba más que me sumaba".

Ahora, pese a dar un paso al lado, Serrano no se ha desligado del club de su vida. "Siempre supe que quería ser entrenadora y no tuve miedo de coger el Infantil D. Estoy muy contenta, más que por el título, por el aprendizaje, el crecimiento de las niñas ganando una liga contra chicos en la que se han esforzado mucho". Primera temporada como técnica de La Masia, primer título en el bolsillo.