El regreso de la campeona del mundo

Locura absoluta por ver a Messi: la increíble pelea por conseguir entradas ante Panamá

 

Más de un millón y medio de personas trataron de obtener tickets para el amistoso ante Panamá en la primera aparición de la albiceleste en casa

Almada, Enzo y Messi, en el entrenamiento de Argentina.

Almada, Enzo y Messi, en el entrenamiento de Argentina. / Juan Ignacio Roncoroni

Abel Gilbert

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Llegó el otoño, ha quedado atrás la peor ola de calor de la historia, el precio del dólar amenaza con hacer estragos los bolsillos. Pero los miedos y las carencias parecen ser laterales por estas horas de locura: la selección argentina se presenta por primera vez en la ciudad de Buenos Aires desde la noche mágica de la obtención de la Copa del Mundo en Qatar.

El partido ante Panamá es una excusa ceremonial: de lo que se trata es de festejar con los campeones y con Leo Messi a la cabeza. Más de un millón y medio de personas peleó a destajo en internet para conseguir las 60.000 localidades habilitadas en el estadio de River Plate. El festejo será para pocos si se toma en cuenta el nivel de locura colectiva que tiene lugar en este país. Los argentinos en su inmensa mayoría volverán a reunirse frente a una pantalla de televisión para prolongar los festejos de finales de diciembre.

Lionel Scaloni, en la rueda de prensa previa al Argentina-Panamá.

Lionel Scaloni, en la rueda de prensa previa al Argentina-Panamá. / Juan Ignacio Roncoroni

Lionel Scaloni, quien en pocos años pasó de ser un entrenador subestimado y objeto de ironías a convertirse en otro de los héroes deportivos de esta época, dijo en la previa del partido algo que es prácticamente imposible, dado el grado de euforia existente: “Me gustaría que los jugadores puedan salir a la calle y vean lo que es la gente, con la energía y alegría. Ojalá los chicos puedan salir y ver el reconocimiento porque es increíble".

Scaloni es, a estas alturas, La Escaloneta. En principio fue un apodo despectivo, ahora, una distinción. Él y los jugadores son parte del mismo fenómeno colectivo. Cuando volvieron a encontrarse en la ciudad de Buenos Aires sintieron la vibración. “La gente está contenta porque ve a los jugadores y a nosotros como héroes por decirlo de alguna manera. Nos pone contentos. Está bueno". Todo está permitido para ellos, al menos hasta que comiencen las eliminatorias.  

El propio Messi comprobó hasta qué punto reina el ansia y el entusiasmo. A comienzos de la semana fue a cenar con su familia y unos amigos en el barrio de Palermo de la capital. Cientos de hinchas rodearon la parrilla Don Julio y no dejaron de corear su nombre, así como el hit global 'Muchachos' que marcó el ritmo de la hazaña de Qatar.

Leandro Paredes y Ángel di María bromean en el primer entrenamiento de Argentina en Ezeiza.

Leandro Paredes y Ángel di María bromean en el primer entrenamiento de Argentina en Ezeiza. / Juan Ignacio Roncoroni

Messi ejerce de actor

A diferencia de lo que le sucedía antes de 2021, cuando Argentina ganó la Copa América, el capitán del seleccionado es objeto de una adoración sin reparos. Atrás quedaron las comparaciones con Diego Maradona. Messi es la deidad del presente y el mejor del mundo disfruta de la situación, tan contrastante con la que experimenta en el PSG.  En la noche del martes, Leo apareció en las pantallas de televisión en el programa del presentador Marcelo Tinelli. Llevó consigo la Copa.

No será esta la única aparición de La Pulga en las pantallas. El productor televisivo Adrián Suar confirmó la presencia de Messi en la segunda temporada de Los Protectores, una serie sobre dos representantes de futbolistas. “Si lo vieron bien jugando al fútbol, véanlo actuar. Hace todo bien, hasta actúa bien. Es un actor de carácter. Lo hizo muy bien, ya lo van a ver". Podría decirse que, dada la fascinación que tienen por estas horas los argentinos con el 10, lo aplaudirían haciendo cualquier cosa delante de ellos.

Cinco horas antes

La Federación recomendó a los hinchas que vayan temprano al estadio de River Plate. Las puertas se abrirán cinco horas antes. La espera de los jugadores se amenizará con distintos espectáculos. Naturalmente, la multitud entonará no solo el himno nacional sino Muchachos, a estas alturas la canción de la patria futbolística.

Cinco días más tarde, Argentina jugará en la provincia de Santiago del Estero, unos 1.000 kilómetros al norte de la capital, con Curazao. Será apenas la excusa para extender en el interior del país la fiesta mundialista. En estos partidos, Messi podría lograr dos nuevos récords de su carrera sin par. El exjugador del Barcelona ha anotado 98 goles con la casaca celeste y blanca y 799 en todos los equipos que ha jugado. Puede volver a París con un centenar de dianas con Argentina y 800 a nivel general.

La locura que ha desatado el partido amistoso ha tenido su inmediato ribete político. El Gobierno del presidente Alberto Fernández ordenó que la televisión pública transmitiera los amistosos, cuyos derechos pertenecen a DirecTV Latinoamérica.