Óbito

Atletismo: Fallece a los 76 años Dick Fosbury, el hombre que revolucionó el salto de altura

El joven de Portland fue uno de los grandes nombres de los Juegos de México-68 con su estilo de espaldas al listón, que el dio el oro olímpico

Salto de Dick Fosbury en 1968.

Salto de Dick Fosbury en 1968.

José Carlos Sorribes

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Hay imágenes del deporte que quedan para la historia, y la de Richard Douglas Fosbury saltando de espaldas en los Juegos Olímpicos de México-68 es una de ellas. El hombre que revolucionó el salto de altura falleció el domingo, según anunció Ray Schulte, amigo de la familia, por una recaída en el linfoma diagnosticado en 2008. Cumplió 76 años el pasado día 6.

Dick Fosbury, un joven de Portland (Oregón), sorprendió al mundo a sus 21 años cuando se proclamó campeón olímpico con el estilo bautizado con su nombre, 'Fosbury flop', en la final olímpica. Sorprendió por su estilo y por la marca, 2,24, con la fijó un nuevo récord olímpico, y se llevó el oro por delante de su compatriota Ed Caruthers (plata) y del soviético Valentin Gavrilov (bronce). En los JJOO del Black Power, de los velocistas John Carlos y Tommie Smith con el puño en alto y un guante negro en el podio de los 200 metros, y del prodigioso salto de longitud de 8,90 de Bob Beamon, un joven rubio también pidió su sitio en el escalafón más alto de la historia olímpica.

Lo hizo Dick Fosbury en el momento cumbre de una carrera atlética que inició muy joven y en la que pronto empezó a experimentar con su peculiar técnica. Alto (1,93), las piernas largas no le ayudaban a practicar el rodillo ventral imperante. Pero ni las burlas y chanzas que merecía su estilo en su época escolar le arredraron. Él fue a lo suyo y a los 16 años se centró exclusivamente en desarrollar y mejorar el 'Fosbury flop' que le llevó a la gloria olímpica.

Ni él imaginó entonces que su técnica iba a convertirse en una revolución amparada en el estreno de las colchonetas de espuma en México para paliar el impacto de la caída, y la desaparición del foso de arena. Fue una transformación radical que dejó poco a poco para el archivo atlético la del rodillo ventral, de frente al listón, con nombres tan insignes como el del soviético Valery Brummel, poseedor del récord mundial desde 1963 con 2,28, altura que Fosbury nunca superó. El 2,24 del 20 de octubre de 1968 en México fue la marca de su vida.

Carrera atlética efímera

Pero Fosbury no pasó a la historia por su récord olímpico sino por la huella indeleble de un revolucionario, de un pionero. Tuvo, además, una carrera atlética efímera. La concluyó cuando no pudo clasificarse en los 'trials,' las pruebas de selección de Estados Unidos, para los Juegos de Múnich-72. Reanudó entonces sus estudios universitarios y se licenció en ingeniería civil. Hombre de convicciones progresistas, tuvo una breve etapa política en el Partido Demócrata.

Después de México-68, la mayoría de saltadores se fueron decidiendo progresivamente por su estilo, hoy hegemónico de forma absoluta. En España hubo quien alternó los dos estilos. Martí Perarnau fue olímpico en Moscú-80 con el rodillo ventral, que mantuvo hasta su retirada en 1985, tras experimentar 10 años antes una temporada con el 'Fosbury flop'.