Apunte

¿Valores?

Uno pagó a Enríquez Negreira, el otro calla. Entre el honor y el dinero, como dice el refrán, lo segundo es lo primero. ¿Valores? ¿Dónde?                 

Apunte Mónica Marchante

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Mónica Marchante

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Siete días después de que la cadena SER desvelase la punta del iceberg del 'Enríquez Negreira gate', el panorama se ha vuelto aún más sombrío. Un goteo de información que va dibujando 17 años de extorsión y de vergüenza para todos los actores que tomaron parte en esta trama, en la que ninguno de los cuatro presidentes de esa época se plantó ante esa presunta extorsión del vicepresidente del CTA.Uno de ellos es el actual presidente del Barça, y según dijo Bartomeu al diario 'ABC' no solo no cortó el asunto, sino que cuadriplicó el “sueldo” del exárbitro.Y todo eso recién aterrizado, en 2003, después de pregonar a través del Elefant blau un mensaje ético según el cual el Barça, además de ganar los partidos debía tener otros méritos, y diferenciarse del modelo de Florentino…¡ajá!

Laporta mató al mensajero en su primera comparecencia vía vídeo, y en la segunda atacó con dureza a Tebas, tras deslizar éste último que si el presidente no se explicaba de forma razonable, tendría que dimitir.”El que intente ensuciar la historia y la imagen del Barça recibirá una respuesta contundente”, dijo después Laporta.

Si alguien ha ensuciado la historia y la imagen del Barça, han sido los cuatro presidentes que, durante casi 20 años, pagaron ingentes cantidades de dinero al vicepresidente del CTA, habiendo facturas o sin haberlas. El problema no son las facturas, (eso será cosa de Hacienda) ni quién levantó el caso ni cuándo se publicó. Tampoco es Tebas.

Lo que es un escándalo de dimensiones siderales es que un club pague casi 7 millones durante 17 años a un alto cargo de los árbitros. Laporta salvó una moción de censura en 2008. Esta vez lo tiene imposible. Para que se produzca una extorsión tiene que haber algo que ocultar.

Ni siquiera le ayuda el silencio de su principal socio en la Superliga. Al contrario. Que el Real Madrid no se haya pronunciado es tan decepcionante como revelador. El próximo jueves veremos a dos presidentes en el palco del Bernabeu como si nada. Uno pagó a Enríquez Negreira, el otro calla. Entre el honor y el dinero, como dice el refrán, lo segundo es lo primero. ¿Valores? ¿Dónde?                                

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