Atletismo

La atleta Femke Bol bate un récord de hace 40 años de la historia interminable del dopaje

Todavía perduran en los registros de atletismo una decena de plusmarcas logradas principalmente por representantes de la RDA en la década de los 80 del siglo pasado.

La mediofondista neerlandesa tumbó el domingo la marca de los 400 metros en pista cubierta de la checa Jarmila Kratochvilova que se mantenía desde 1982.

Femke Bol récord

Femke Bol récord / EUROPEAN ATHLETICS

Sergi López-Egea

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Femke Bol hizo historia el domingo en la ciudad neerlandesa de Apeldoorn al tumbar uno de los récords más antiguos y sospechosos de la historia del atletismo, el que poseía la checa Jarmila Kratochvilova desde 1983 en los 400 metros en pista cubierta. Bajo techo los registros atléticos siempre han tenido menos glamur que los logrados al aire libre pero el de Kratochvilova llevaba nada menos que 41 años sin que ninguna otra mujer lo pudiera batir.

La atleta neerlandesa, considerada como un fenómeno en las pruebas de 400 metros (con o sin vallas), superó la vieja marca en 33 centésimas para pasar de los 49.59 que poseía Kratochvilova a los 49.26 segundos La plusmarca se batió durante los Campeonatos de los Países Bajos que se celebraron en el fin de semana. Kratochvilova sigue en posesión de otro récord tan enorme como sospechoso, en este caso, al aire libre y en la distancia de 800. Desde que la corredora checa paró el cronómetro el 26 de julio de 1983 en Múnich con un tiempo de 1.53.28 minutos nadie ha sido capaz de bajar la marca por intentos que se haya hecho desde entonces. Es la decana de las marcas mundiales en atletismo.

En 2023, cuando las técnicas antidopaje marcan una nueva época en todos los deportes, cuando los métodos de entrenamiento están mucho más desarrollados que los que se practicaban en países desaparecidos como Alemania Oriental en la década de los 70 y los 80 y cuando todavía Rusia cumple sanciones internacionales, al margen de las que ahora se han producido por la invasión de Ucrania, por el dopaje de estado descubierto la década pasada, los viejos registros de los 80 del siglo XX siguen figurando en las listas oficiales de la Athletic World, la federación internacional de atletismo.

El caso de Florence Griffith Joyner

Todavía aguanta una decena de récords tanto en categoría masculina como femenina de los países amparados por el régimen comunista de la Unión Soviética y otros dos bajo el manto del capitalismo de los Estados Unidos; en concreto, los récords de 100 metros (10,49 segundos) y 200 (21,34) de Florence Griffith Joyner, fallecida en extrañas circunstancias mientras dormía el 21 de septiembre de 1998. La velocista californiana consiguió los récords mundiales en 1988, en Indianápolis, y en los Juegos de Seúl. Acabada la cita olímpica, coincidiendo con la decisión de comenzar a hacer controles por sorpresa, Griffith se retiró. Siempre corrió con la sospecha como compañera de viaje. Famosa por su imagen, por sus largas uñas y por su musculatura, el fallecimiento reactivó en Estados Unidos la polémica acerca de si la muerte había tenido relación con el consumo de fármacos durante la etapa atlética.

Pero, sin duda, sigue sobresaliendo otro récord mundial entre las mujeres. Es el que estableció Marita Koch, quizá la atleta más famosa de Alemania Oriental, el 6 de octubre de 1985, en Canberra, en los 400 metros -la misma distancia que el domingo corrió Bol, aunque al aire libre- con un tiempo de 47.60 segundos. Solo Kock y Kratochvilova han sido las dos únicas mujeres que han logrado bajar de los 48 segundos. ¿Podrá Bol batirlo este verano?

Más registros

Koch, en una entrevista publicada en ‘El País’ en 2010, rehuyó hablar de dopaje, a pesar de ser la abanderada de la RDA y de batir entre 1977 y 1985 todos los récords mundiales habidos y por haber, en 200 y 400 metros. Se retiró con 28 años y se casó con el entrenador de toda su vida, Wolfgang Meier. Los atletas de la RDA se mostraron imparables en esa época. Investigaciones y confesiones posteriores desataron un dopaje de Estado con los anabolizantes a la orden del día.

Jürgen Schult, lanzador de disco que también compitió con pasaporte de la RDA, mantiene todavía el récord de la especialidad con 74,08 metros desde el 6 de junio de 1986. Curiosamente, otra antigua compatriota, Gabriele Reinsch, con 76,80 metros posee el registro femenino desde el 9 de junio de 1987. Y aun así quedan marcas mundiales de la década de los 80 del siglo pasado en martillo (Yuri Sedyj, fallecido el año pasado), con 86,74 metros desde 1986; Stefka Kostadinova (Bulgaria), altura, con 2.09 metros; Galina Chistyakova (URSS), en longitud con 7.52 metros desde 1988, y el relevo de 4x400 de la URSS desde Seúl 1988. Asimismo, otra representante de la RDA, Heike Drechsler, conserva el de longitud en pista cubierta desde 1988 con 7,37 metros.

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