España conquista el bronce en el Mundial con otra exhibición de coraje

Pocos conjuntos pueden presumir del coraje y espíritu competitivo de los Hispanos. La selección española masculina de balonmano volvió a demostrar este domingo que jamás se rinde. Ni siquiera ante un durísimo adversario como Suecia, que jugaba en Estocolmo con el apoyo de 22.650 hinchas.

El bronce fue para el equipo de Jordi Ribera, que sumó su quinta medalla consecutiva en las grandes citas (36-39) con una segunda parte para enmarcar que resume el potencial de un bloque admirable. Dinamarca, mientras, se llevó su tercer oro mundialista consecutivo al batir en la final a Francia (29-34).

Los Hispanos siguen sin bajarse del podio. Después superar casi milagrosamente los cuartos de final ante Noruega y caer contra Dinamarca en semifinales, la batalla contra la poderosa Suecia se presentaba complicada. El último recuerdo no era favorable para los españoles, que cayeron ante los escandinavos en la final del último Europeo en un agónico duelo. Mejor era el precedente del Mundial de 2011, cuando España también se colgó el bronce contra Suecia tras caer en semis ante los daneses.

Ritmo frenético

Volvió a repetirse la secuencia de aquel torneo, pero nada hacía presagiar el feliz desenlace después de una primera parte en la que Suecia se mostró letal. La anfitriona, tremendamente intensa y eficaz, comenzó con las ideas más claras que España, superada por la verticalidad del adversario.

Los nórdicos jugaron el primer tiempo con una velocidad más, liderados por Hampus Wanne, que acabó el encuentro con nueve tantos. España se vio superada por el ritmo frenético del choque y nunca se encontró cómoda ante un rival desatado que se marchó cuatro arriba al descanso (22-18). 

Cambio de defensa

Todo cambió en la segunda mitad. Ribera apostó por una defensa 5:1 y Rodrigo Corrales bajo palos en lugar de Gonzalo Pérez de Vargas. El plan funcionó, España se fortificó y firmó un fantástico parcial de 0-6 que volteó el duelo (23-25, m. 39). La inspiración de Adrià Figueras (9 goles) y Alex Dujshebaev (7) sostuvo la ventaja. 

Lo intentó todo Glenn Solverg, el seleccionador sueco, pero España nunca bajó la guardia y certificó una segunda parte maravillosa (14-21). Es la sexta medalla, la quinta consecutiva, en las ocho grandes citas desde la llegada de Jordi Ribera al banquillo tras la decepción que supuso quedarse fuera de los Juegos Olímpicos de 2016.