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'Gales, golf, Madrid': final de trayecto del 'Expreso Bale'

El exdelantero se retira tras una carrera marcada tanto por sus goles en las finales de Champions como por su lesiones y desplantes al madridismo

Gareth Bale sosteniendo la famosa bandera 'Gales. Golf. Madrid. In that order'

Gareth Bale sosteniendo la famosa bandera 'Gales. Golf. Madrid. In that order'

Roger Pascual

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‘Gales, golf, Madrid, en ese orden’. Esa pancarta resume la trayectoria de Gareth Bale. Se retira a los 33 años, aunque ya estaba semirretirado desde hacía tiempo. Tras ocho años y cinco Champions en el Madrid, en su última temporada como blanco el extremo galés jugó más con su selección que con la camiseta madridista. Su único aliciente era jugar el Mundial con Gales. Y, tras medio año en Los Ángeles Galaxy para llegar a tono para la cita mundialista, una vez cumplido su sueño, colgó la camiseta para centrarse en el golf.

El ‘Expreso de Cardiff’ ha marcado siempre su ruta, alejada de las convencionales. La retirada llega tan pronto, ahora que muchos jugadores de élite alargan sus carreras hasta los 40, como precoz fue su estreno: debutó a los 16 años en el Southampton y con la selección de Gales, siendo el segundo debutante más joven en su club y su país. Era por aquel 2006 un lateral izquierdo centelleante y su salto a un grande estaba cantado. 

Apenas jugó 43 partidos antes de irse la temporada siguiente al Tottenham, donde Harry Redknapp decidió reconvertirlo en extremo zurdo. Desligado de las prosaicas tareas defensivas demostró ser un rayo que descosía con su velocidad endiablada las zagas rivales. El Madrid no dudó en pagar por él 100 millones de euros en 2013 y, pese a las molestias físicas que marcarían su carrera, esa misma temporada ya dejó una imagen para el recuerdo blanco: su esprint, en el que dejó en evidencia a Bartra, decantó la balanza en la final de Copa del Rey contra el Barça. Esa sería la tónica que marcaría su carrera madridista: lesiones y goles decisivos. 

Pocos jugadores pueden presumir no solo de haber ganado cinco Champions sino, además, de haber marcado en tres finales continentales. En su primera temporada, un cabezazo suyo abrió el camino de la Décima en Lisboa ante el Atleti y, pese a estar cojo, tiró uno de los penaltis en la tanda contra los colchoneros en la Undécima dos años después. Pero su final más recordada sería la de 2018, donde firmó un doblete ante el Liverpool, con una chilena para la historia.

Solo estos cuatro tantos deberían bastarle para estar en el santoral blanco para siempre, con la BBC que formó con Cristiano Ronaldo y Benzema. Pero el tramo final del 'Expreso de Cardiff' emborronó su imagen a ojos del madridismo. Tras el doblete de Kiev su estrella blanca se apagó y empezó a ser más noticia por sus lesiones (hasta 32) y sospechosas ausencias. En noviembre de 2019, tras lograr el billete para la Eurocopa con Gales, posó junto a la lapidaria pancarta de ‘Gales, golf y Madrid’

El pitorreo sentó como un tiro en el Santiago Bernabéu. Florentino Pérez no dudó en cederle al año siguiente al Tottenham. Pero con el regreso de Carlo Ancelotti, su gran valedor, se quedó en Madrid para cumplir el año que le quedaba de contrato. Tras dos años sin lucir el escudo blanco, el pasado mes de abril jugó su último partido en el Bernabéu: apenas 16 minutos en los que respondió a los pitos de su afición con una sonrisa burlona. La misma que esbozó al irse con Gales al día siguiente de perderse su último Clásico por unas “molestias en la espalda”.

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