Opinión | Apunte

Jordi Puntí

Jordi Puntí

Escritor. Autor de 'Confeti' y 'Todo Messi. Ejercicios de estilo'.

¿Y ahora qué, Messi?

Leo Messi en las celebraciones de la Copa del Mundo, en la rua de Buenos Aires

Leo Messi en las celebraciones de la Copa del Mundo, en la rua de Buenos Aires / TOMAS CUESTA / AFP

Hace 11 días que se jugó la final del Mundial y parece que en la Avenida 9 de Julio, de Buenos Aires, todavía hubiera un grupo de argentinos incansables celebrando la victoria. Quizá sea solo un efecto de las redes sociales, pero nunca hasta ahora el éxito de un equipo y en especial de un jugador —Messi— había sido tan celebrado globalmente con tanto entusiasmo, y es difícil que vuelva a ocurrir. A no ser, claro, que los propios protagonistas decidan repetirlo para intentar el más difícil todavía: la defensa del título.

El ritmo de competición del Mundial, cada cuatro años, favorece la renovación de jugadores, y así vemos las tres edades del hombre condensadas en la vida futbolística: juventud, edad adulta y vejez. Pero el deporte profesional se alarga cada vez más y salen talentos precoces (como Bellingham) y veteranos que parecen parientes de Dorian Gray (como Modric). Estas evidencias pueden hacernos creer que Messi aún podría jugar el Mundial que se disputará en Canadá, Estados Unidos y México. ¿Es realista, sin embargo? De momento ha dicho que quiere continuar en la selección “para honrar al título”, y sabemos de su carácter competitivo, pero además hay que tener en cuenta que el próximo Mundial se jugará dentro de tres años y medio, en verano de 2026. Messi llegaría con 39 años, que es una edad extrema si no eres el portero del equipo, por eso parece más lógico que su horizonte final con la selección sea la Copa América de 2024.

¿Volverá al Barça?

En todo caso es evidente que Messi debe empezar a pensar cómo quiere cerrar su carrera, sin que la vanidad le enmascare una decadencia penosa, como le ocurre a Cristiano. Cuando la cuestión económica está resuelta, cerrar una carrera significa invertir en lo emocional, mirar hacia el futuro reconociendo el pasado que te ha hecho como jugador y persona. No sabemos si Messi volverá al Barça o no; tampoco si querrá revivir sus inicios en Newell’s. Pero sabemos que hasta ahora ha demostrado una sabiduría única para adaptar su juego a las necesidades del presente, y es esta virtud la que nos hace esperar su futuro con ilusión contenida, y no con disgusto.

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